Grupo Parlamentario MORENA, LXV Legislatura

Legislar, ¿para nuestras creencias o para derechos de las personas?

Por: M. Citlalli Hernández Mora*

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, hace casi una semana, se comenzó a refrescar al ambiente de la discusión pública con lo que en algunos sitios ya empezamos a conocer como la “marea verde”. Sus primeros oleajes en el Senado de la República fueron rápidos y un poco golpeados, pero a juicio de quien escribe, es positivo que inicie la discusión de un tema tan controversial, urgente e importante como la despenalización del aborto.

Hay posiciones encontradas, sin duda. En el Senado de la República, un pañuelo verde, que para algunas es un “trapo” símbolo de la muerte y para otras es un símbolo de lucha y de los derechos de las mujeres, fue lo que desató una serie de intercambios respecto a la vida, la muerte, la hipocresía, las mujeres y sus derechos, el sentido de nuestra labor como legisladores, y el aborto.

Fueron unos cuantos minutos de intercambio, pero suficientes para saber que ha llegado el momento, que estamos muy cerca de iniciar una gran discusión nacional respecto al tema. Estoy convencida de que, en esta legislatura integrada por el mayor número de mujeres en la historia, se discutirán y aprobarán grandes pendientes en la agenda más progresista de derechos y libertades. La legalización, la despenalizacióndel aborto, es uno de esos temas. Sin embargo, también ya hay elementos que nos permiten vislumbrar, como era de esperarse, que los intereses más conservadores en la sociedad mexicana se están aglutinando.

Por un lado, desde los inicios de esta legislatura, han llegado a nuestras oficinas, a nuestros correos institucionales y hasta por vía telefónica, exigencias -poco laicas, hay que decirlo-, para que por ningún motivo legislemos para “el mal”, es decir, no aborto, no matrimonio entre parejas del mismo sexo, no despenalización de la marihuana, no prohibición de las mal llamadas “terapias de conversión” que a través de la tortura buscan modificar la orientación sexual de una persona, etc.

Grupos y organizaciones religiosas, movimientos conservadores que se denominan “pro-vida”, son quienes están detrás de estas posturas; se les lee también, coléricos, intolerantes y violentos a través de redes sociales. Preocupados por un probable avance de derechos y libertades para todas las personas.

A pesar de ello, académicas y académicos reconocidos, feministas, organizaciones sociales, legisladoras progresistas, jóvenes y distintas personas, asumimos que este momento histórico puede hacer justicia a las demandas que han sido detenidas y postergadas por el pensamiento conservador, hegemónico y patriarcal.

Va siendo hora de entender, que no debería ser controversial buscar que nunca más en éste país, una mujer pierda la vida por practicarse un aborto de manera ilegal y sin tener acceso al sistema de salud; hablamos de derechos sexuales, del derecho a decidir y de tomar decisiones para las personas y no para nuestras creencias.

No se trata de imponerle nada a nadie. Ha iniciado un debate; será largo y ríspido, pero se abre también la oportunidad, no sólo de avanzar en derechos y combatir la desigualdad, sino también, de sacudirnos el fantasma conservador y fortalecer la letra de nuestra Constitución que nos señala como un Estado laico. A las organizaciones y pensamiento religioso, respeto; a las mujeres y a todas las personas, todos los derechos.

Senado de la República
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