El día de hoy en el pleno de la Cámara de Senadores aprobamos la Reforma Educativa, por la cual modificamos los artículos 3, 31 y 73 de la Constitución Política de nuestro país.
Esta propuesta da respuesta a una de las demandas más sentidas de las maestras y de los maestros, que es la eliminación de todos los elementos punitivos que convertían la legislación en una herramienta para someter al magisterio.
En este sentido, la reforma aprobada por mayoría calificada entierra por fin, la Ley General del Servicio Profesional Docente, la cual legalizaba la violación de los derechos laborales de maestras y maestros.
Esta propuesta impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, también elimina el dudoso concepto de “calidad”, el cual ha servido para que los gobiernos neoliberales desmantelen a la escuela pública, e incorporen una visión netamente empresarial, sin considerar las necesidades sociales, pedagógicas y escolares del Sistema Educativo Nacional.
En cambio, incorporamos que la educación inicial es un derecho de las y los niños. Además, se agrega que la Educación Superior en nuestro país será gratuita.
Así mismo, se recupera la valiosa idea, referente a que la educación que otorgue el Estado deberá ser laica, además de universal, pública, gratuita e inclusiva.
Un tema no menor, es que en esta propuesta aprobamos que las y los niños tendrán derecho a que se les otorgue una educación que incorpore la perspectiva de género, impulsando desde el aula el país igualitario que queremos.
Igualmente, se establece que las y los niños, aparte de matemáticas y español, podrán estudiar educación sexual, ecología y filosofía; todos estos temas son de una importancia primaria para formar a las futuras generaciones.
Como maestra, trabajé muchos años en comunidades rurales, por eso rescato que esta propuesta incorpora una visión plurilingüe e intercultural, que reconoce las necesidades educativas particulares que tienen las comunidades indígenas.