Ha transcurrido ya el primer mes del año 2021 y la inmunización contra el virus Sars-Cov-2 ha comenzado a escalar, de manera que ya se habla de 94 498 963 dosis administradas en todo el planeta, siendo Estados Unidos y China los países que lideran por un gran margen la aplicación de estos fármacos. México arrancó este proceso logrando administrar más de 660 000 unidades a la fecha mencionada. Esta cifra, que para algunos parecería minúscula al lado de las dos grandes potencias que van a la cabeza, en realidad representa un gran esfuerzo realizado, en el contexto internacional, y en América Latina, el más significativo.
Primero que nada, hay que señalar que en todo el mundo son más de quince farmacéuticas las que están realizando contratos para vender sus vacunas tras haber alcanzado un nivel seguro para la aplicación de estas. Con 2 200 millones de dosis, la India, el segundo país más poblado del mundo, es el que ha comprado más dosis, seguido de cerca por la Unión Europea y los Estados Unidos. De igual manera, México tiene un importante número de vacunas adquiridas con anticipación, 211 millones de dosis, suficientes para conseguir la inmunidad en una población de 128 millones de personas, ubicándose, al momento de escribir estas líneas, como el décimo primer comprador de vacunas en el mundo según datos de Bloomberg y esperando aprobación de la Cofepris para sacar adelante un nuevo contrato con otra empresa.
La exitosa gestión de la Secretaría de Relaciones Exteriores es reconocida por todos. Con el respaldo y asesoría de las secretarías de Hacienda y Salud, el canciller Marcelo Ebrard se dedicó durante los meses pasados a negociar, no solo contratos tempranos a precios razonables, sino también para acelerar los envíos de dichas unidades. Ello ha hecho que México se convierta en el segundo país de América Latina que más ha avanzado en la aplicación de dosis contra la COVID-19 y en ese mismo sentido ocupemos el puesto número seis entre los diez países más poblados del planeta.
Es muy importante que pongamos en perspectiva internacional el avance de la vacunación en México, pues estamos presenciando la campaña mundial de inmunización más grande en la historia y es de esperarse que esta conlleve obstáculos para todos los países. Los números muestran que México, a pesar de las carencias heredas por las administraciones anteriores en materia de salud pública, se ha podido colocar en un lugar relevante en la carrera mundial por la inmunización. Siguiéndole el paso de cerca a Canadá, somos el cuarto país de América en la aplicación de dosis y desde octubre del año pasado la cancillería realizó la transferencia de dinero para entrar al mecanismo COVAX impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el cual se aseguró la compra de 50 millones de dosis adicionales.
Con esto, valga tener en cuenta que muchos de los países de América Latina, al igual que otros de África y Asia de renta baja, están enfrentando severos problemas para poder adquirir y administrar estos fármacos, pues desgraciadamente la distribución no se lleva a cabo en función de la necesidad o de manera igualitaria, sino siguiendo las lógicas del mercado. También se debe considerar el hecho que para los países de gran tamaño poblacional, como México, conlleva mayor esfuerzo el conseguir un porcentaje de habitantes inmunes que permita reducir los contagios. A pesar de este contexto de dificultad, nuestro país se está distinguiendo en el mundo por su compromiso con la igualdad social en la aplicación de la vacuna y por la firmeza del Gobierno federal de mantener la tutela de la vacunación dentro del país, con lo que se conseguirá más homogeneidad en la aplicación de las vacunas y evitará problemas como los que ya se presentan en los Estados Unidos y Alemania de disparidad entre las regiones internas y confusión entre sus protocolos.
Estamos ante un destacado logro de la ciencia moderna y cada vez falta menos para salir de la crisis en la que nos encontramos. Si bien nos ha quedado claro que la humanidad está a merced de virus y epidemias, el desarrollo de las vacunas contra la COVID-19 en tiempo record, nos muestra que existe la voluntad y la capacidad para hacer frente a amenazas globales. En ese contexto, México confirma su capacidad para rescatar la rectoría del Estado en materia de salud. Hoy se impone el interés público sobre los intereses económicos particulares. Por ello ratificamos que es correcto decir que los mexicanos tenemos el mejor gobierno en el peor de los momentos de la historia. No cabe duda que la luz ya se asoma en este negro túnel de la pandemia. Saldremos adelante.