Grupo Parlamentario MORENA, LXVI Legislatura

Versión estenográfica del Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción de la Violencia de Género al interior del Senado de la República, convocado por la senadora Mónica Fernández Balboa, Presidenta de la Mesa Directiva, en la Antigua Casona de Xicoténcatl

PRESENTADORA: Muy buenos días a todos y todas, a esta sede histórica del Senado de la República.

 

Sean todos bienvenidos al evento “Presentación del Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción de la Violencia de Género al interior del Senado de la República”; así como de la conferencia magistral “Todo está en juego”.

 

Para celebrar esta ceremonia, nos honramos con la presencia de la senadora Mónica Fernández Balboa, Presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, anfitriona de este evento.

 

Agradecemos la presencia para este acto, de la senadora Martha Lucía Micher Camarena, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género.

 

Especialmente, damos la bienvenida a la maestra Minou Tavárez Mirabal, filóloga, política y luchadora social dominicana.

 

Saludamos la presencia de las y los integrantes de la Mesa Directiva que nos acompañan. Está con nosotros la senadora Verónica Delgadillo, secretaria de la Mesa Directiva. El senador Primo Dothé Mata. La senadora Verónica Noemí Camino Farjat.

 

Saludamos con gusto a la senadora Patricia Mercado.

 

De igual manera, saludamos la presencia en este recinto, del senador Alejandro de la Peña. Y de la senadora Eunice Romo Medina.

 

También nos complace recibir en este recinto, a directivos y funcionarios del Senado de la República, así como invitados especiales de distintas organizaciones de la sociedad civil, que nos honran con su presencia.

 

Saludamos la presencia de todas y todos ustedes.

 

También nos acompaña la senadora Katya Elizabeth Ávila Vázquez, integrante también de la Mesa Directiva.

 

Muchas gracias a los medios de comunicación y por supuesto, a quienes nos siguen a través de la señal del Canal del Congreso de la Unión.

 

A continuación, solicito a la licenciada María Eugenia López Brun, haga uso del pódium para conducir esta ceremonia.

 

LICENCIADA MARÍA EUGENIA LÓPEZ BRUN: Muy buenos días a todas y todos.

 

Muy buenos días, senadora Presidenta. Con su permiso, vamos a iniciar esta presentación, en un día y en una jornada muy especial, que empezó el lunes y que terminará el 10 de diciembre.

 

Para dar inicio a este importante evento, le solicitamos a la senadora Martha Lucía Micher Camarena, quien preside la Comisión para la Igualdad de Género, que nos presente a nuestra conferencista, a quien ya le hemos dado la  bienvenida y a quien también, a nombre de todo mundo de aquí y de afuera, le damos la bienvenida por el privilegio de que esté en nuestro país, en esta jornada.

 

Por favor, senadora Micher.

 

SENADORA MARTHA LUCÍA MICHER CAMARENA: Buenas tardes a todas y a todos, bueno, buenos días, a mí ya se me hizo tarde, ustedes disculparán.

 

Hoy es un día de fiesta. Un día de fiesta para todas las mexicanas, para quienes estamos aquí presentes, porque tenemos a una de las mujeres más importantes en Latinoamérica.

 

Tenemos un día de fiesta, porque nos brindará una conferencia, hablará de su experiencia en la vida política, hablará seguramente de la importancia de participar en la transformación de la patria, pero para mí es un honor, por supuesto, hablar de esta gran mujer, que es Minerva Miraval.

 

Pero bueno, ella, Minou, porque es Minou, nos acompaña el día de hoy; y quiero decirles que Minerva Josefina Tavárez Miraval, Minou, quien está ahora con nosotras, claro que nos tiene muy felices, muy contentas, porque es la cuarta mariposa o la mariposa mayor en este momento, testimonio de lo que sucedió a tres grandes mariposas hace ya 59 años en República Dominicana.

 

Quiero decirles que he recibido muchas veces la presencia, he tenido la oportunidad de estar al lado de Minou durante muchos años, y su madre, Dedé, me regaló este libro; esté libro que se llama “Tres heroínas y un tirano”. Dedé fue quien quedó a cargo de todos los hijos de Patria, Minerva y María Teresa.

 

Y quiero nada más recordar, antes de presentar a Minou, cómo eran esas tres mujeres, sobre todo Minerva, cuando había pasarela en un espacio donde el señor Leónidas Trujillo mandaba traer a las mujeres de las comunidades, de los municipios, de las ciudades, a las más bonitas, y por supuesto echó el ojo en Minerva Miraval, la madre de Minou.

 

Cuando fueron a pedirle, a invitarlas a la fiesta, al baile, evidentemente, fíjense, la mamá le dijo a quien había llegado a invitar, que estaba enferma, que tenía un problema en la piel, que no quería ir a la fiesta, y todavía se ofrecieron a curar, el doctor a visitar a Minerva para que fuera al baile dichoso.

 

Y cuando fue al baile, porque sí tuvieron que ir al baile, decía el dichoso -ay, es que ese hombre me da no sé qué- no lo menciono, ¿verdad? el innombrable, decía que tenía dos problemas por resolver en República Dominicana: los curas y las Miraval.

 

Y por eso Minerva se llenaba de esperanza y le decía a su mamá y a su papá: Ustedes no tienen que ir a ningún lado. Y decía Minerva: ¿Y tú crees que él se atreva? ¿Tú crees que se atreva, con la situación internacional que tiene encima a hacernos daño, mamá?

 

Y, bueno, pues ni modo, el día del baile primero sacó el señor equis a Minerva, porque después iba a llegar el señor a tomar posesión en el baile de Minerva, y le preguntó, aquí lo tengo, algo así como: “¿Y usted qué piensa…?”, lo separé, pero he separado tantas frases que ya hasta nerviosa me estoy poniendo, porque me deprimo mucho cada vez que leo este libro, y me deprimí mucho por la sesión que tuvimos ayer en el Senado, extraordinaria, gracias al apoyo de todas las senadoras y senadores.

 

Pero lo que quiero contarles es que esta mujer es hija de una mujer guerrera, valiente, de tres mujeres valientes, de una familia valiente; y ella es una gran guerrera en la lucha por la igualdad en Latinoamérica.

 

Minou es filóloga, es profesora y política dominicana. Ha sido diputada del Distrito Nacional desde 2002.

 

Se desempeñó como viceministra de Relaciones Exteriores en el periodo 96-2000.

 

Es fundadora y presidenta del Partido Opción Democrática. En mayo del 2006, fue candidata a la presidencia del país, de los partidos de la Alianza por la Democracia, APD, y Opción Democrática OP, en las elecciones dominicanas del 2016.

 

Realizó sus estudios primarios en el Colegio de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús de Salcedo; estudió idiomas, específicamente inglés y francés en el “Cote de Nerd” en Canadá; es licenciada en Filología y egresada de la Universidad de La Habana, con una especialización en Literatura Hispanoamericana y además tiene un postgrado en Lingüística Hispánica y un máster en Alta Dirección Pública del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset de España.

 

Ha publicado libros como “EL camino que traigo conmigo” y “Mañana te escribiré otra vez”, este que son las cartas que recoge y contextualiza la correspondencia entre sus padres.

 

Es hija de los abogados políticos y héroes nacionales, Manolo Tavares Justo y Minerva Miraval, ambos fundadores del Movimiento revolucionario del 14 de junio, que buscaba el derrocamiento del dictador aquél.

 

Su madre fue una de las víctimas de la dictadura trujillista y su padre fue fusilado por el triunvirato que derrocó al gobierno legítimo de Juan Boch, en 1963, convirtiéndose en huérfana a la edad de 7 años y sus padres son considerados como mártires y héroes nacionales.

 

Es prima hermana de Jaime David Fernández Miraval, vicepresidente de la República Dominicana. Como lo he mencionado, fue fundadora de Opción Democrática y en este momento es vicepresidenta del Partido Alianza País.

 

Vuelvo a repetir, es un día de fiesta y muchas gracias senadora Presidenta por este extraordinario evento, bienvenidas y bienvenidos todos.

 

Muchas gracias.

 

LICENCIADA MARÍA EUGENIA LÓPEZ BRUN: Con esta presentación tan emotiva y tan cercana de Malú, voy a pedirle a Minou Tavares Miraval que pase a este podio a ofrecernos su conferencia.

 

Y voy a pedirles un agradecimiento y mencionar que están aquí funcionarios y funcionarias del Senado de la República, porque hoy es un momento importante para todos y todas ustedes.

 

Así que bienvenidos, bienvenidas, un aplauso para ellos.

 

MAESTRA MINOU TAVÁREZ MIRABAL: Muy buenos días señora Presidenta, señoras senadoras, señores senadores, funcionarios y funcionarias del Senado de la República y de otras instituciones del Estado Mexicano, en donde siempre, siempre, me he sentido muy bienvenida.


Muchas gracias por bienvenirme de nuevo en esta ocasión con toda la fuerza y con toda la solidaridad y la sororidad con que siempre me han distinguido.

 

Yo quisiera empezar, antes de empezar, perdón, pedirles permiso, porque efectivamente tal y como Malú señalaba y Maru también, el 25 de noviembre se inicia la jornada de los 16 días de denuncia de la violencia que nuestras sociedades ejercen contra las mujeres.

 

Y ustedes aquí y en todas partes del mundo las mujeres se han estado movilizando con ese fin desde hace años y desde 1991, en que se aprobó esta campaña de los 16 días y también en la República Dominicana, quisiera compartir con ustedes un corto video, con una hermosa canción que estrenamos en la República Dominicana hace tres días, durante lo que se llamó la Marcha de las Mariposas, que inicia esta campaña.

 

Y es una canción que se ha grabado en diferentes versiones y que su autor me dio el encargo de que consiguiera una cantante mexicana para que la cante en ranchera, o en mariachi. Así que esperamos que podamos cumplir también con ese reto.

 

Así que les voy a pedir que compartamos ese video y entonces vamos a hablar de lo que vinimos a hablar.

 

(Proyección de video)

 

 

MAESTRA MINOU TAVÁREZ MIRABAL: Muchísimas gracias a ustedes por mantener por siempre vivos, en sus corazones, el ejemplo, la inspiración y la lucha de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal.

 

Hay una escena de la novela, 1984, ese todavía inquietante clásico de la literatura distópica, publicada a mediados del Siglo pasado, en que Winston Smith, su protagonista, observa por la ventana una dama de unos 40 o 50 años tender ropa mientras canta.

 

Refiriéndose a la mujer, a esa que lavaba y cantaba, George Orwell, pone en la boca de Smith las siguientes palabras: “probablemente ella nunca había reparado en que quizás era la esclava de 20 o 30 nietos”, caramba.

 

Hoy, con mujeres en la NASA, ganadoras de premios Nóbel, de matemáticas, ciencias, literatura, y con cifras alentadoras de paridad de género en algunos congresos como este de México, seguimos siendo esclavas.

 

Seguimos siendo esclavas de un sistema sexista, antidemocrático, desacreditado y corrupto que se deshumanizó, y donde hay deshumanización se nos pone todo más cuesta arriba a las mujeres, las niñas, las ancianas, el varón y por supuesto al planeta.

 

En lo que a nosotras respecta, baste un botón de muestra, la pobreza extrema a nivel global sigue teniendo nombre de mujer.

 

Me niego a aburrirles con cifras para afirmar que el Continente más desigual y polarizado del planeta.

 

Según todos los informes, la hasta hace pocas semanas relativa paz de la región y los índices de crecimiento macroeconómicos que nos adjudica el Fondo Monetario Internacional, se deben a que existe una mujer que cada vez se levanta más temprano y se acuesta más tarde, una mujer que cada vez se alimenta menos y trabaja más, una mujer que se enferma y envejece más, una mujer menos educada, una mujer jefa de hogar, en nuestro país las cifras de jefatura de hogar, de hogares sin nombre, presentes, alcanza casi el 40 por ciento, mal contados esos hogares, sin nombres.

 

Según las cifras oficiales, esa es la más alta de la región del Caribe, la de la República Dominicana, cada vez existe más una mujer que se prostituye más jovencita, una mujer migrante que feminiza las remesas de nuestra región, una mujer que enriquece, a costa de su desventaja y de la escasa, por no decir inexistente vigilancia del Estado, los rentables circuitos de la trata y contrabando de cuerpos, la prostitución infantil.

 

Y son muchas mujeres, muchas niñas las que están muriendo asesinadas a manos de un conocido, mientras yo les hablo a ustedes.

 

Así como la Grecia floreciente necesitó, detrás del telón, esclavos, extranjeros y mujeres; nuestras democracias de turno, y no detrás del telón; tienen a muchas niñas, mujeres, ancianas pobres, cansadas, enfermas, desesperadas, en pie, feminizando la pobreza, tapando el hueco de un sistema al que le queda poco de democrático y que tiene muchísimo de colonizado, tradicionalizado, militarizado, corrupto y sobreestimado.

 

Las mujeres también en el Caribe, de donde vengo, y en toda América Latina, estamos muy lejos de ser minoría; por lo que nuestros liderazgos políticos tienen que romper nuestro antiquísimo autismo.

 

Autónomas, institucionalizadas, radicales, funcionarias, educadas, analfabetas, ricas, pobres, metropolitanas, campesinas, desempleadas, amas de casa, blancas, negras, mulatas, indígenas, heterosexuales, lesbianas, minusválidas, jóvenes, envejecientes, trabajadoras, empresarias, desempleadas, profesionales, artesanas, políticas. Todas, en fin, todas tenemos que hacernos el firme propósito de hacer confluir nuestras resistencias en una sola agenda, amplia, rigurosa, exigente.

 

A mi humilde juicio, en cuanto a las mujeres, urge un solo plan de acción, cuya prioridad sea un liderazgo político capaz de romper ese autismo y enfocarlo en construir un cambio civilizatorio que dé al traste con la desigualdad y la discriminación por sexo, etnia o clase social.

 

Ese es el salto cualitativo que, insisto, nos desafía a todos y todas, porque en nuestra región y en el mundo, ya es tiempo de que nuestras resistencias se conviertan en confluencias.

 

Por eso, no me canso de repetir la urgencia de que nuestras luchas por la equidad, se comiencen a librar como una reivindicación vinculada a otras reivindicaciones sociales, políticas, económicas, ecológicas; y que se visibilicen como tales, pues para abordar el tema de la ciudadanía, debemos entenderla como una relación de la gente con el Estado, lo que provoca nuevos desafíos en todas direcciones.

 

Sobre todo, porque estamos al final de un tiempo en que gracias al arduo y exitoso trabajo del neoliberalismo, la actividad política, los partidos y el Estado; fueron progresivamente satanizaos, contribuyendo con ello a destruir el vínculo de la comunidad organizada políticamente, el Estado, con la ciudadanía.

 

Gracias a ello, nuestros Estados se precarizaron, su burocracia no sólo disminuyó en número, también en calidad; y ha sido paulatinamente reemplazada por consultores.

 

A ese proceso de descrédito de la política, imposible negarlo, están ayudando hechos innegables como la corrupción, el resurgimiento del autoritarismo y hasta el machismo, claro; al margen de la emergencia de derechos y la exigencia de mayor equidad, seguridad, de políticas públicas eficientes y eficaces, que Estados precarios como los nuestros no están en capacidad de garantizar.

 

Desde nuestra agenda política, veo claro entonces que si queremos de verdad más ciudadanía, sociedades más seguras, menos violentas, calles, casas e instituciones políticas en las que podamos vivir y participar sin miedo a la violencia que nos acecha; el reto es la construcción de Estados democráticos, verdaderos garantes del Estado de Derecho y de la seguridad jurídica.

 

Lo digo, porque el ejercicio de la ciudadanía sólo es posible en democracia. Por ello, desde el otro lado de sus fronteras marítimas y terrestres, miramos llenos de esperanza el ejemplo que ustedes, mexicanas y mexicanos, nos han dado, convirtiendo en realidad la paridad, en los espacios por excelencia de la democracia, que son los parlamentos.

 

Pero ojo, si bajamos la guardia por las conquistas particulares alcanzadas a la fecha, en materia de jurisprudencia de derechos y garantías, en materia de ciudadanía, de participación política o si caemos en la tentación del gueto, estaremos mucho más cerca de perderlo todo, de retroceder, que de cristalizar el fortalecimiento de una democracia encaminada a curar la desigualdad.

 

Ese concepto básico que en un mundo que vertiginosamente se radicaliza, retomamos y acogemos, porque la inequidad se encuentra inequitativamente repartida, valga la redundancia, porque los problemas son enormes y no se trata solamente de las mujeres, sino del cambio de nuestras sociedades; porque el enfoque, la visión de la perspectiva de género, como la de uno y otro sexo, la de las humanas y los humanos, es un ejercicio de responsabilidad ineludible para alcanzar el mundo de equidad real por el que luchamos.

 

Queda claro que de lo que se trata es de intentar una receta mucho más rigurosamente humana, que reconozca los asuntos que nos involucran en urgentísimas reivindicaciones y estrategias de manera más diversa, más compleja.

 

Y porque, insisto, en esa lucha que nos incluye como prioridad a las mujeres, es tiempo de que la resistencia se convierta en confluencia.

 

Ahora bien, pensarnos como mujeres líderes llegar a los puestos de poder para repetir las formas de gobernar, un mundo a la manera tradicionalmente masculina, como ha venido ocurriendo por milenios, habla muy mal de lo que connaturalmente somos realmente capaces de hacer las mujeres.

 

Hacemos comunidades, pueblos. Nuestra esencia es solidaria, política, de modo que estamos también ante una grandísima oportunidad, pues, como he dicho muchas veces, de más política buena es que depende el mundo para arreglarse.

 

Hoy, como nunca, todo está interconectado. Es lo que más me gusta del tiempo que vivimos. Es un tiempo que se siente en ebullición.

 

Sabemos que se está cocinando algo, que algo nuevo crece frente, al lado, debajo o simplemente a pesar de nosotras y nosotros.

 

Todos y todas las aquí presentes, estamos en medio de un atolladero que, si sale mal, si dejamos que nos estalle en las mano, sabemos que esta vez puede llevarse de encuentro al planeta, y no es de otra manera; la tierra es limitada, frágil y, como dice nuestra filósofa favorita Amelia Valcárcel, ya no tiene secretos.

 

Saber esto a ciencia cierta, también nos une, en tanto somos probablemente la primera generación de nuestra especie humana que podría ver, al estilo Hollywood, el final de la raza humana, de la tierra toda.

 

Esta certidumbre nos lanza en la cara temas que durante las últimas décadas parecían políticamente incorrectos, o peor aún, pasados de moda; pero que muy bien sabemos que son responsables de que hayamos llegado hasta aquí como hemos llegado, y que están en la cuna de todos los males de la humanidad, me refiero a la pobreza, a la desigualdad, a la exclusión.

 

El escenario de la política a nivel global, se ha transformado, y gústenos o no, enrumbamos nuestros pasos por senderos que vamos trillando, al mismo tiempo en que hacemos la historia, o en que ésta nos hace nosotros.

 

Hablar de desigualdad, de exclusión, de pobreza, es hablar de derechos humanos y de ciudadanía, de política y democracia. No se puede mencionar el liderazgo político de s mujeres si nuestro plan de acción no incluye unificar nuestras agendas en esta dirección.

 

¿Por qué? Porque como decía, todo está interconectado, porque ahora, más que nunca, todo forma parte del todo.

 

Es en este escenario en que el discurso autoritario, conservador, negador de derechos, se las arregla para imponerse en algunos lugares de nuestra región y se hace evidente la necesidad de un replanteamiento del discurso democrático, del discurso progresista en general, que tenemos las mujeres políticas de acá o de allá, de replantearnos nuestro liderazgo, nuestro papel como actoras de primer orden en nuestros países.

 

En ese marco político son protagonistas, como en todos nuestros partidos y ese es un tema difícil, complejo, frustrante a veces, porque los partidos políticos son nuestras casas, el hogar donde políticamente crecemos, donde construimos nuestros liderazgos democráticos.

 

Es enorme para nosotras las mujeres el significado de desarrollar un liderazgo político dentro de partidos que son autoritarios, sexistas, patriarcales, violentos, de oligarquías casi monárquicas, pero con un peligroso gesto democrático, que con una mano vota por la paridad y con la otra afirma que no hay lugares suficientes para ocupar los puestos de elección.

 

Así engatusan medios, sociedad civil y tratan de acorralar las necesarias rebeldías para transformar las instituciones de la democracia.


La agenda de las mujeres, la agenda del feminismo ha sido una agenda política siempre. Entender eso es nodal para ir conquistando el ansiado empoderamiento de las mujeres y para rescatar las esencias de un discurso que renueve conceptos manidos y digo manidos, porque van sirviendo por igual a progresistas y conservadores, a dominantes y dominados, a víctimas y victimarios. Un discurso cuyos avances debemos proteger, pero que también debemos trascender.

 

Es preciso no olvidar que, históricamente, las nuestras han sido agendas que se oponen, que se resisten siempre al orden de cosas existentes y el orden de cosas existentes, hasta ahora, concentra poder y riqueza en unos pocos, mientras la inmensa mayoría mal se reparte con suerte un 10 por ciento sobrante de los ingresos de nuestras naciones.

 

También es bueno recordar que, según la CEPAL, mal contadas, tan sólo el año pasado, en 32 países de la región, fueron asesinadas más de 3 mil 800 mujeres víctimas de feminicidio.

 

Porque todavía hay países en el planeta donde los fetos femeninos son asesinados, donde las mujeres no pueden ir a la universidad o simplemente son apresadas por atreverse al delito de conducir un vehículo.


O, sin ir muy lejos, que, en mi país, la República Dominicana, la tierra de las hermanas Mirabal, el machismo mata, ha dejado en lo que va del año, a 387 niñas y niños huérfanos de sus madres y también a veces de sus padres, porque los asesinos suelen, con alguna frecuencia, suicidarse después que cometen el crimen.

 

Es desde esa perspectiva, justamente, desde donde yo me atrevería a plantear, dado el nuevo escenario local y global, la importancia de politizar las agendad heredadas ante la terrible evidencia de que el mundo es cada vez más ajeno, aunque sin secretos, y de que cualquier cultura o conflicto, por más remotos que sean, repercutirán indefectible y rápidamente en el todo en el que nos hemos convertido.

 

Y es que, desde cada realidad, cada región, cada país, cada ciudad, cada vecindario, desde cada mujer, desde cada individualidad, hay una agenda pendiente de ser satisfecha.

 

En educación y salud, en derecho a la tierra, propiedad y herencia, en empleo, en igualdad de oportunidad, de igualdad de ingresos, en justicia de género, en representación parlamentaria, en seguridad ciudadana, en cumplimiento de los instrumentos nacionales e internacionales de la mujer, pero sobre todo en el ejercicio de una ciudadanía plena, y eso también incluye la participación política libre de violencia.

 

El trabajo, como vemos, es mucho y complicado porque todo, absolutamente todo, está en juego, y porque todo, absolutamente todo, forma parte del TODO -con mayúsculas-.

 

Ah, ¿que por qué empecé citando a un escritor varón, de la primera mitad del siglo XX?

 

Porque, sí, ustedes, caballeros que están aquí escuchándonos, o que lo ven por la transmisión de televisión, sólo ven a una mujer cantando y tendiendo ropa, donde George Orwell veía una esclava. Si es así, estamos perdidos como planeta.

 

Si el varón -ustedes, caballeros que están aquí- no alcanza la estatura humana de feminizar con urgencia esta civilización que lo devora, quiebra y derrite todo, estamos, como planeta, perdidos. Todo forma parte del todo.

 

Así que, caballeros, apóyennos en la civilización, en la feminización urgente de esta tierra que agoniza, sin ningún derecho.

 

Muchas gracias, muchas veces.

 

LICENCIADA MARÍA EUGENIA LÓPEZ BRUN: Muchísimas gracias, querida Minou.

 

Antes de continuar, quiero compartir con ustedes que hace 10 años exactamente tuvimos un privilegio.

 

Minou vino con Dedé, la única hermana Mirabal que quedó, y hoy viene con Minou Tavárez, su sobrina, nieta de Minerva Mirabal, doctora, que está en nuestro país estudiando su segunda especialidad.

 

Bienvenida Minou. La verdadera Minou. Está estudiando en el Instituto Nacional de Perinatología. Así que bienvenida la verdadera Minou, como dices tú.

 

Bueno, voy a permitirme presentar a la Presidenta senadora, Presidenta de la Mesa Directiva, senadora Mónica Fernández Balboa, quien antes de iniciar su disertación, hará la entrega, a Minou, de un reconocimiento.

 

Por favor senadora.

 

SENADORA MÓNICA FERNÁNDEZ BALBOA: Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.

 

Saludo con mucho afecto y mucho agradecimiento la presencia, aquí, de las senadoras y de los senadores de la Mesa Directiva, de algunos de la Junta de Coordinación Política, y de varias compañeras y compañeros que están aquí, acompañándonos.

 

Y le doy nuevamente la bienvenida, con todo nuestro agradecimiento, a la maestra Minerva Tavárez Mirabal, y agradecemos su extraordinaria participación.

 

Por supuesto que le doy también la más cordial bienvenida a todas nuestras amigas y amigos, compañeros de organizaciones sociales y público en general que nos acompaña.

 

Como Presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, y sobre todo como mujer, es un honor poder estar con ustedes este día en el que hemos tenido el gran privilegio de escuchar las palabras de la maestra Minerva Tavárez Mirabal, compañera parlamentaria, fundadora y presidenta del Partido Opción Democrática; primera mujer candidata a la Presidencia de la República Dominicana, y referente mundial en su lucha contra la violencia de género a favor de la igualdad.

 

El reconocimiento de todas las naciones del mundo por su valor y entrega, por su lucha, por su voz, nos reúne en esta Casona de Xicoténcatl el día de hoy, como parte de los 16 días de activismo contra la violencia de género.

 

La violencia contra las mujeres es un terrible lastre, que continúa siendo una realidad en nuestro país y, nosotros estamos unidos en todos los países, con todas las mujeres, principalmente con mujeres que han sido guías, que han sido hitos, como tú, como toda tu familia, y te damos una cordial bienvenida con todo nuestro reconocimiento.

 

Permítanme darle un reconocimiento a nuestra invitada especial. Y un pequeño obsequio, para que no te vayas de México sin un reboso de este color, que significa la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Y que se lo ponga.

 

Muchas gracias.

 

Y, antes de continuar, quisiera reconocer también a muchas amigas y a muchos amigos que están interesados en este tema tan importante, como es la lucha contra la violencia hacia las mujeres, y que hoy nos acompañan.

 

Y, en este sentido, le quiero dar la bienvenida al senador Rubén Rocha Moya, que también está aquí con nosotros.

 

Al excelentísimo señor Pedro Núñez Mosqueda, embajador de Cuba en México.

 

A la señora Susana Iruegas, en representación de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

 

A la señora Ludivina Menchaca, exsenadora de Quintana Roo.

 

Tenemos muchos invitados especiales. A la señora Irene Herrerías Guerra, que es la fiscal especializada en materia de Derechos Humanos; que viene además en representación del Fiscal Gertz Manero.

 

A la doctora Mireille Roccatti, académica de la UNAM y expresidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

 

A la compañera Bertha Orozco Márquez, que es secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Cámara de Senadores.

 

A las magistradas Margarita Espinoza Armengol, del Tribunal Electoral de Tabasco; a la magistrada Yolidabey Alvarado de la Cruz, también magistrada en Tabasco.

 

Al titular del Órgano Interno de Control del Tribunal de Electoral de Tabasco, Sebastián Fernández Casas.

 

Al presidente del Tribunal Electoral de Tabasco, Rigoberto Riley Mata.

 

Se nota que son los paisanos, pero me da mucho gusto que estén tan involucrados en esta lucha.

 

A María Elena Lugo, Directora General de Derechos Humanos del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.

 

A la magistrada Norma Angélica Contreras, presidenta de la Asociación de Magistradas y Magistrados Electorales Locales de todo el país. Gracias, magistrada.

 

A Claudia Díaz Tablada, magistrada del Tribunal Electoral de Veracruz.

 

A Mónica Corona, presidenta de AMEXME, en representación de la Asociación de Mexicanos, de Mujeres Empresarias. Gracias.

 

Y a todas las amigas y amigos que están aquí con nosotros, realmente me da mucho gusto que puedan participar con nosotros este día.

 

En un Estado verdaderamente democrático el diálogo, el respeto a la integridad del otro, por medio de leyes basadas en el reconocimiento universal de los derechos humanos, es lo único que puede acabar con el espiral de violencia entre géneros.

 

En esta LXIV Legislatura, esta LXIV Legislatura que ha sido nombrada la Legislatura de la Paridad de Género, debido a que casi el 50 por ciento de sus integrantes somos mujeres, y como tales estamos obligadas a entregar y a dar resultados que beneficien a todas y a todos los ciudadanos de las entidades que representamos, estamos trabajando en ello.

 

En el transcurso de esta Legislatura, estamos trabajando y uniendo esfuerzos, como lo acaba de decir nuestra amiga Minou, estamos uniendo nuestras agendas para trabajar de forma permanente, para erradicar la violencia contra las mujeres en todos los espacios.

 

En ese sentido, quiero subrayar, como lo dije hace apenas un par de días, que senadoras y senadores de todos los grupos parlamentarios, hemos presentado 97 iniciativas y 68 puntos de acuerdo, que buscan combatir las diversas manifestaciones de violencia en contra de las niñas y de las mujeres.

 

Como Cámara de origen, hemos aprobado la reforma a nuestra Carta Magna, para considerar el feminicidio como delito grave; y hemos aprobado también varias reformas a nuestra Constitución, para incorporar el principio de paridad de género en la Constitución.

 

Esto implica una mayor incorporación de mujeres en los espacios públicos y de toma de decisión.

 

Las reformas que hemos llevado a cabo al Código Civil Federal y a la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, han buscado robustecer mecanismos de protección, al prohibir el matrimonio infantil, garantizar los derechos de las mujeres con discapacidad, entre otras cosas, para garantizar su vida libre de violencia.

 

Al mismo tiempo, hemos aprobado instrumentos internacionales en materia de erradicación de la violencia contra las mujeres, y estamos comprometidas y comprometidos con impulsar un cambio cultural, por medio de foros de parlamento abierto, campañas de sensibilización, cursos de capacitación en materia de igualdad, no violencia, equidad y lenguaje incluyente.

 

Además de acciones encaminadas al reconocimiento del trabajo de las mujeres y sus logros históricos, la visibilización de esta lucha y el empoderamiento para lograr la igualdad.

 

En este sentido también se han entregado reconocimientos importantes, como no se hacía antes, a mujeres mexicanas destacadas, como la “Medalla Belisario Domínguez”, el reconocimiento “Elvia Carrillo Puerto” o la inscripción con letras doradas del reconocimiento al voto de las mujeres, entre otras acciones.

 

Ser parte de esta Legislatura de la Paridad de Género constituye, con gran orgullo, un honor; pero también implica una gran responsabilidad. En los últimos años en México se ha documentado que en la medida en la que más mujeres ocupan cargos públicos y de elección popular, surgen mayores obstáculos que buscan restringir su participación, tales como la violencia política en razón de género y el acoso al interior de espacios públicos protegidos, tales como los congresos.

 

Por ello, en el Senado de la República hemos diseñado instrumentos para atender dicha situación, conscientes de la necesidad por fortalecerlos para garantizar efectivamente el goce y el ejercicio de los derechos de las mujeres y en este sentido es como hemos llegado a la iniciativa que presentamos el día de hoy.

 

Es así como a través de la Unidad Técnica para la Igualdad de Género del Senado de la República, se dio inicio a la tarea de elaborar un protocolo que homologue los criterios para la prevención, atención efectiva y con la debida diligencia, que otorgue a cada área participante responsabilidades claras que eviten dobles actuaciones o diligencias ociosas, brindando a las víctimas el más amplio sentido de protección a su identidad y respeto y restitución de sus derechos.

 

Se trata de que el trabajo en el Senado de la República pueda desarrollarse en un ambiente libre de discriminación y de violencia, acompañado todo ello de un plan de prevención, a través de campañas permanentes de difusión para la sensibilización y capacitación permanente del personal en materia de violencia de género.

 

El protocolo que hoy presentamos y que fue suscrito por todas y todos los integrantes de la Mesa Directiva, es una respuesta a una cultura basada en estereotipos de género.

 

El objetivo de este instrumento es instituir el proceso para la prevención, atención y sanción de la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones, estableciendo responsabilidades y mecanismos de coordinación institucional, con especial énfasis en el acompañamiento y la atención a las víctimas, así como la restitución de sus derechos.


Por eso, hoy quiero hacer aquí un reconocimiento muy importante, mi agradecimiento y la verdad es que mi orgullo porque los titulares de cada área del Senado de la República han no solamente demostrado su interés en participar en este ejercicio, sino su compromiso para que, desde la responsabilidad de cada uno, podamos lograr un instrumento eficaz, que sirva para acabar con este flagelo.

 

Si ustedes me lo permiten, yo quiero presentar, que están aquí los compañeros y las compañeras que forman parte de todas las áreas del Senado de la República, con los que estamos trabajando y se han comprometido de todas las formas para acabar con este flagelo.

 

Está aquí el contralor interno del Senado de la República, el licenciado Andrés Lozano; la licenciada Cintia Murrieta Moreno, encargada de la Dirección General del Centro de Capacitación y Formación Permanente.

 

La licenciada Martha Patricia Patiño, Directora General de Difusión y Publicaciones del Instituto Belisario Domínguez; la licenciada Patricia Nares, Directora General del Archivo Histórico y Memoria Legislativa. El licenciado Eduardo Medel Quiroz, Director General de Recursos Humanos; la licenciada Zuleyma Huidobro González, Directora General de Asuntos Jurídicos del Senado.

 

Y, por supuesto no puedo omitir el apoyo invaluable de las dos áreas que nos apoyan a que funcione el Senado de la República, como es la Secretaría General de Servicios Parlamentarios, con el doctor Arturo Garita; y el apoyo del Secretario General de Servicios Particulares, el maestro Farah Gebara.

 

Con todos ellos, que se han comprometido, estamos trabajando y estamos apostando a poner hasta nuestro último esfuerzo por lograr hacer una realidad la erradicación de la violencia.

 

Y no mencioné, en esta lista de funcionarios, a la maestra Sulma Eunice Campos Mata, que es la titular de la Unidad Técnica para la Igualdad de Género, porque le quiero pedir que sea ella quien nos haga, muy brevemente, la explicación de cómo va a funcionar este protocolo. Por favor, Eunice. Y ahorita continúo con ustedes.

 

MAESTRA SULMA EUNICE CAMPOS MATA: Muy buenas tardes a todas y a todos.

 

Gracias, senadora Presidenta.

 

Senadoras.

 

Querido senador.

 

Bienvenidas todas y todos.

 

Gracias por la oportunidad de compartir el día de hoy el protocolo que hemos elaborado, en conjunto con todas las áreas que ha mencionado nuestra senadora Presidenta, y que efectivamente el resultado de la suma de esfuerzos y responsabilidades compartidas que tenemos, a través de la Unidad Técnica para la Igualdad de Género, colaboramos de manera fuerte justamente para institucionalizar la perspectiva de género en toda la tarea del Senado.