Juárez, el Presidente Juárez se le recuerda aún por la separación Iglesia-Estado. En ese momento era una osadía enfrentarse al Clero, fue un parteaguas de la vida moderna.
Ahora podríamos decir que era fácil. No, Juárez se enfrentó al poder real que era el Clero y la nobleza o el Clero y los terratenientes, que en ese momento concentraba el poder feudal.
Andrés Manuel López Obrador se está enfrentando al poder económico. En una ocasión platicábamos, hace unos días con el Presidente, y llegábamos a la conclusión, el 1º de julio del 18, ganamos la elección y ganamos el Gobierno, pero no ganamos el poder.
Fíjense ustedes qué profundo es eso: se ganó el Gobierno, pero no hemos ganado el poder; porque el poder está diseminado, repartido fundamentalmente en el poder económico, que es el poder real. Y por esa razón, tenemos que resistir y tenemos que persistir en el cambio de régimen.
Y uno de los temas, que no quiero dejar pasar, es el que comentaba y que lo hemos conversado en la UNAM con el doctor López Betancourt. Le damos una sacudida al Poder Judicial.
Aquí hay muchos abogados, yo tengo una buena opinión de los abogados de Guerrero, conozco a varios y son muy buenos abogados. Pero cómo le damos una cernida, una sacudida, una limpiada.
Cuando yo presento iniciativas en materia del Poder Judicial, obviamente hay reacciones impresionantes porque no quieren que se toque, porque se quiere mantener este sistema corrupto de redes, de tráfico de influencia y de corrupción dentro del Poder Judicial, y no quieren alterar el statu quo, cuando para mí es inevitable reformar el sistema de justicia en México.
Por eso, coincido y comparto esta apreciación.
Ayer por la noche, que ya llegué tarde y que cenamos con Luis Waldo, platicábamos cómo él siendo litigante, hace muchos años, se enfrentaba al poder público y se enfrentaba al poder político, que era una mezcla; cómo el litigante, cómo el litigante tiene que enfrentarse todos los días a eso.
El que litiga, es impresionante, tener que enfrentarse no sólo a las redes de corrupción del Tribunal, del Juzgado, del juez; sino también al tráfico de influencias en materia política en donde pierdes el negocio aunque tengas la justicia y la razón; pierdes el negocio porque es recomendado de un político o de un juez implicado en una red de tráfico y de corrupción. Ese es el tema de fondo.
Entonces, por esa razón siempre insisto, no voy a dejar de insistir en una reforma al sistema de justicia. Como ahora estoy en una reforma al sistema financiero, lo vamos a lograr; pero también tenemos que lograr reformar al Poder Judicial.
Ya no hablo de los estados, ¿eh? No, no; si hablo de la federación, que está mal, ya para qué hablamos de los estados. Eso está peor, ahí manda una sola persona entonces, ya ni me meto en eso.
Pero, ahora el problema es gravísimo, muy grave y, por eso, a mí me causa muy buena, una grata impresión que desde la UNAM, yo también soy maestro de la UNAM, como nuestro amigo López Betancourt; y estamos haciendo grupos de maestros de Derecho, empujando estas reformas.
Y lo vamos a hacer, estudiando, escribiendo, opinando, hablando con nuestros alumnos, para ir generando esta nueva corriente de pensamiento del mundo jurídico, del mundo, de un mundo filosófico.
Yo quiero decirles además, que tengan confianza, de verdad se los digo. He luchado yo 22 años, he acompañado al Presidente electo en su movimiento, 22 años.
Y, me muestro muy optimista, a pesar de que todos los días intentan siempre atacarlo, yo lo veo natural; cuando a veces hasta mi esposa por la noche me dice “¿ya viste lo que están diciendo del Presidente?”; yo lo veo natural.
Porque son las resistencias y es normal que haya un sector que no está de acuerdo con los cambios, es normal. Que contagia, que contamina, sí, es cierto; pero yo les aseguro, les doy mi palabra de que Andrés Manuel López Obrador va a ser uno de los mejores Presidentes que haya tenido México, se los aseguro, les doy mi palabra.
Por dos razones. Una, porque es honesto, eso es indiscutible. Otra, porque es capaz. Lo conozco, 22 años he caminado con él y es un hombre capaz.
Hace unos cuatro, cinco años, el doctor López Betancourt y yo, en esos desayunos guerrerenses en su casa, discutíamos, y fuerte, sobre la personalidad de Andrés Manuel. Y él era crítico, siempre ha sido crítico de los gobiernos, y discutíamos.
Y me decía: “Ricardo, tú eres un hombre inteligente, cómo vas a creer eso”. Le dije, “vamos a ganar, Eduardo, y vamos a hacer bien las cosas”. Después la razón y el tiempo nos atendió.
Y ahora Eduardo dice: “Démosle la oportunidad”, porque todos merecemos tener la oportunidad y la confianza, y por eso yo les digo que Guerrero está en la mente del Presidente.
Guerrero es uno de los estados que más admira el Presidente. Yo lo recuerdo muy bien, siempre dice él, yo tengo, aquí andábamos por todo el estado, cuando yo fui coordinador general de la campaña el 12 y en el 2006 fui coordinador de esta circunscripción; y decía el Presidente López Obrador, siendo candidato, decía “el cambio y la revolución de conciencias vendrá del sur, y fundamentalmente vendrá de Guerrero, de Oaxaca, de esa zona”.
Y Guerrero para él, para el Presidente López Obrador, lo vamos a ver, tiene siete meses, pero lo vamos a ver; Guerrero está en su mente y en su corazón desde hace 30, 40 años, de verdad se lo digo, él voltea mucho al sur.
Yo a veces le reclamo, yo soy del norte y le digo, “Presidente, es que estás muy metido al sur”; y dice él “hay que equilibrarlo, porque muchos años fue el norte, ahora es el sur, hay que emparejarlo”.
Y aquí en el libro también demuestro cómo tiene razón, porque donde hay menos crédito todavía, es en el sur; donde hay menos acceso a los sistemas financieros, es en el sur.
O sea, el 50 por ciento de personas en el norte obtiene créditos en las instituciones financieras. En el sur, sólo el 24, del 24 al 30 por ciento son los únicos que adquieren crédito en el sur.
O sea, hay una división total entre el sur y el norte, y por eso creo que el Presidente tiene razón en el sentido de otorgarle prioridad al sur, más que nunca.
Es un momento complicado, porque yo lo he dicho, el acompañamiento del Gabinete no está a la altura del Presidente. Sé que no les gusta, no les gusta, pero no está a la altura.
Colaboradores van a la zaga y algunos nada más lo revolcaron y mal, mal. Pero yo tengo mucha confianza, el Presidente va de prisa, no descansa, tiene una dinámica impresionante, impresionante. Todos creían que los primeros cien días se iba a cansar, y no, no se cansa.
Entonces, les recomiendo leer el libro. Feliz Día del Abogado, porque sé que es con ese propósito, me lo dijo Plácido, me lo dijo el maestro López Betancourt, me dijo “es con motivo del Día del Abogado, porque no lo hacemos el mero día Ricardo, lo hacemos después y hoy queremos hacerlo con la presentación del libro”.
Y les agradezco, es un honor que sea en el marco de la celebración del Día del Abogado, organizado por este colegiado, es Colegio, Colegio López Betancourt.
Me alegra mucho estar, porque trato siempre de estar en los lugares correctos. Sé que estoy con abogados, buenos abogados o buenos empresarios o buenos ciudadanos, que están a la espera.
Muchos de ustedes participaron, votaron por el cambio, otros no…