Grupo Parlamentario MORENA, LXV Legislatura

Versión estenográfica del Primer Informe de Actividades Legislativas del senador Héctor Vasconcelos y Cruz en el Senado de la República, en la sede de Xicoténcatl

SENADOR HECTOR VASCONCELOS: Ifigenia Martínez, senadora de la República y entrañable colega.

Senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República.

Compañeros senadores y senadoras, señoras y señores.

La política exterior del Gobierno que fue electo contundentemente el primero de julio de 2018 se ha desplegado por necesidad en un escenario internacional que seguramente será considerado en la historia como uno de los de mayor cambio del último siglo.

Tenemos que reiterar que los intercambios de México con el mundo ocurren en medio del reajuste más dramático de la escena internacional que haya tenido lugar desde la post Segunda Guerra Mundial.

Mencionemos algunos de los cambios de paradigma que enfrentamos. El andamiaje financiero internacional diseñado en pleno…como consecuencia directa de las dos guerras mundiales del Siglo XX, hoy es cuestionado y probablemente viren hacia algún otro esquema.

El modo de intercambios comerciales y de inversión, que ha sido la base del sistema en que hemos vivido al menos cinco generaciones, presenta signos de resquebrajamiento y es puesto en duda desde sus cimientos, los Estados Unidos de Norteamérica.

La emergencia de China como potencia económica política y militar de primerísimo orden contribuye a hacer realidad la predicción de que el centro de gravedad de la historia futura, será el Océano pacífico y ya no el Atlántico, como ocurrió durante los últimos cinco siglos.

Todos estos cambios se dan en el seno de una revolución tecnológica sin precedentes: la cibernética, el mundo digital conllevan transformaciones en la cultura, solo comparable a las ocasionadas por la invención de la rueda, la imprenta la domesticación de la luz eléctrica por la división del agro.

Por si fuera poco, lo más probable es que estemos inmersos en la mayor crisis ecológica que hayamos padecido como especie desde la última glaciación.

Hay que repetirlo todos los días, sin retórica ni hipérbola: el calentamiento global es el mayor desafío que hemos enfrentado el milenio y es ocasionado, en gran medida, por las formas de producción y de consumo desarrollados a partir de la Revolución Industrial.

Tal como lo hemos configurado, en los últimos 200 años es insostenible, somos la especie más depredadora que jamás asoló a este…

En el ámbito de la política asistimos al descrédito generalizado de los partidos y las instituciones políticas y el concepto mismo de democracia es cuestionado como no lo había sido desde los años treinta del siglo pasado.

Hubo las circunstancias antes descritas que implican que, lejos de haber asistido al fin de la historia, como quería Francis Fujiyama, presenciamos el alumbramiento de un nuevo orden internacional, quizá no menos diferente respecto del anterior, el que surgió en 1919, al finalizar la Primera Guerra Mundial.

El un escenario de tal complejidad se dan los primeros pasos de la política exterior del nuevo gobierno y se despliegan las funciones constitucionales del Senado de la República en esta materia.

Fuera de las responsabilidades formales del Senado, tales como la ratificación de funcionarios, de las cuales daré cuenta en un momento, esta soberanía se ha ocupado de dos temas principales a lo largo de los dos primeros periodos ordinarios de la LVIV Legislatura, en el terreno de la política exterior.

El análisis y ratificación del nuevo tratado México-Estados Unidos-Canadá y los problemas derivados de los flujos sin precedentes recientes de migrantes centroamericanos que transitan por territorio mexicano hacia Estados Unidos.

Muy presentes también en nuestras deliberaciones han estado las recientes circunstancias de nuestra hermana República de Venezuela, en donde hemos tratado de sostener el difícil equilibro entre nuestro principio constitucional de no intervención y nuestra omnipresente preocupación por los derechos humanos y por la preservación de la soberanía nacional.

Después de incontables reuniones de trabajo en diversas comisiones, con secretarias y secretarios de Estado, agentes negociadores, empresarios, académicos, diplomáticos y miembros de la sociedad civil, el Tratado con Estados Unidos y Canadá, conocido en México como TEMEC, fue aprobado en abril de este año, lo que nos convirtió en el primer Estado parte que ratificó este instrumento.

Quiero subrayar que en comisiones unidas el Tratado fue aprobado por unanimidad de todas las fuerzas políticas representadas. Esto implica que una asociación de países, que en su momento fue polémica, ha encontrado un alto grado de consenso en México.

El problema de las migraciones procedentes de Centroamérica y el tránsito hacia Estados Unidos ocasionó, en los albores de la administración, una crisis diplomático-política con Estados Unidos, que ha sido de oficio la más delicada y de mayores consecuencias potenciales desde la negociación de los Tratados de Bucareli en los años veinte del siglo pasado.

Se trataba de imputar una guerra arancelaria y un enfrentamiento político que hubieran podido sumirnos en una prolongada recesión, cuyas consecuencias habrían afectado el sexenio entero.

Esto se evitó, aunque por supuesto, la negociación tuvo un costo. Quiero pensar que los legisladores apoyamos, desde nuestra circunstancia, las negociaciones del Gobierno Federal en esta etapa crítica.

Tanto el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, como el de la voz, nos trasladamos a Washington con ese propósito.

Lo más trascendente en el abordaje de este problema, es el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica que está ya en vigor para instancias de México y que, de ser instrumentado por los gobiernos locales de buena manera, podrá convertirse en la solución de mediano y largo plazo para evitar las migraciones centroamericanas.

Naturalmente, el tema no está del todo resuelto y probablemente enfrentaremos nuevos retos relacionados con los migrantes; pero haremos frente a cualquier eventualidad con las armas que México siempre ha esgrimido ante embates extranjeros, nuestros principios, nuestro nacionalismo y la defensa de la soberanía.

Así hemos enfrentado los múltiples desafíos de nuestra historia.

De acuerdo con nuestras atribuciones, la Comisión de Relaciones Exteriores llevó a cabo el análisis y la ratificación de 44 nombramientos designados por el Presidente de la República que incluyeron al secretario de Relaciones Exteriores, a sus cuatro subsecretarios, así como a los embajadores en Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Japón, Panamá, Paraguay, la República Dominicana y Uruguay.

También fueron ratificados los cónsules generales designados para Austin, Boston, Chicago, El Paso, Houston, Laredo, Los Ángeles, Miami, Nueva York, Phoenix, Rio de Janeiro, San Diego, San Francisco, San José, San Juan y Sao Paulo.

Asimismo, la Comisión ratificó los nombramientos de los representantes permanentes de México ante la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y la Asociación Latinoamericana de Integración.

Nuevamente subrayo que todos estos nombramientos fueron ratificados por unanimidad, con excepción de uno, en el que se presentó una abstención.

Esto revela, por una parte, la calidad de los nombramientos presidenciales y, por otra, la atmósfera de colaboración y entendimiento que ha privado en todas las sesiones de la Comisión de Relaciones Exteriores, en las que todas las fuerzas políticas allí representadas han antepuesto el Interés General de la Nación a cualquier consideración partidista.

Por ello, mi reconocimiento más sincero a todos y cada uno de los integrantes de la Comisión. Ha sido un privilegio trabajar con todos ustedes.

A lo largo de 26 reuniones de trabajo, cuatro ordinarias, cinco extraordinarias y 17 en comisiones unidas, la Comisión de Relaciones Exteriores aprobó 62 dictámenes, entre ellos los referidos a asistencia jurídica y representación de mexicanos en Estados Unidos; autorizaciones al Ejecutivo Federal para la salida del país de elementos de la Armada Mexicana.

Exhortos para remitir a este Senado, el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo y su recomendación 201, así como cuatro exhortos más para la OIT; exhortos para la subscripción de la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de Personas Mayores, y otros exhortos relacionados, como la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes y los Derechos del Niño, y tres pronunciamientos, un ordenativo al mecanismo de Montevideo, otro relacionado con la situación actual en Venezuela, y uno más referido a la política del Ejecutivo estadounidense en torno a migrantes.

Durante los últimos 11 meses, la Comisión ha suscrito ocho instrumentos internacionales. El tratado, como ya se dijo, el tratado entre los Estados Unidos Mexicanos, Estados Unidos de América y Canadá con sus acuerdos paralelos, el Acta de Ginebra del acuerdo de la AIA relativo al Registro Internacional de Dibujos y Modelos Industriales, acuerdos de cooperación con Cuba y Azerbaiyán, y cuatro acuerdos de servicios aéreos con Arabia Saudita, Kuwait, Países Bajos y Qatar.

Para abordar estos y otros temas relacionados con la política exterior de México, sostuve encuentros con 21 embajadores extranjeros, cuatro representantes de organismos internacionales, así como con diversos miembros de organismos de la sociedad civil, legisladores de ocho países y representantes del Gobierno del país Vasco, de la autoridad Palestina y de Taiwán.

Como presidente de la Delegación observadora mexicana ante el Consejo de Europa, asistí a reuniones de este organismo en el que están representados 47 países.

En la primera de estas asambleas, presenté un recuento de la actividad política de la mujer en México y hablé de los riesgos implícitos en el uso excesivo y acrítico de la tecnología.

En la segunda, exhorté a los países miembros del Consejo de Europa para que se manifestaran firmemente en defensa de los derechos humanos de los infantes detenidos en los centros de retención de Estados Unidos.

A efecto de explicar la política exterior de México desde la perspectiva del Senado, asistí a ocho foros académicos y parlamentarios, uno de ellos en Canadá.

Convoqué a cinco ruedas de prensa y otorgué más de 50 entrevistas.

Desde mi punto de vista, las atribuciones y las responsabilidades de los legisladores no se circunscriben a los temas de las comisiones en que participan o que presiden.

Cualquier tema que un senador o senadora considere como crucial para los intereses de su país, puede y debe ser abordado por los legisladores.

Con esa perspectiva y, en el marco de la conmemoración del cincuentenario de los trágicos acontecimientos de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, presenté un punto de acuerdo, a efecto de que se construya un monumento conmemorativo a los jóvenes caídos aquella terrible tarde de aquel 2 de octubre, para ser colocado en el Paseo de la Reforma, de suerte que esta avenida, la más importante del país, se convierta en una arteria en la que todos sus monumentos tengan un significado histórico.

El punto de acuerdo fue aprobado por unanimidad de todas las fuerzas políticas representadas en el Senado.

Creo que todos coincidiríamos en que la nueva Reforma Educativa, que aprobamos el pasado mayo, será probablemente la de mayores consecuencias a futuro, dentro del trabajo del primer año de la actual Legislatura.

En el preámbulo de la nueva redacción del Artículo Tercero Constitucional, se hablaba de que la educación que imparte el Estado, entre otras cosas, promoverá valores.

Ante la ambigüedad de lo técnico, presenté una adhesión para que, al hablar de valores se especificara que serán de orden científico y humanista y no de cualquier otro orden, los valores que el Estado Mexicano promoverá.

La adhesión presentada fue aprobada, por lo que se logró que el texto del Artículos Tercero Constitucional resulte acorde de la naturaleza laica del Estado Mexicano, tal como lo define el Artículo 40 de la Constitución.

Un nuevo Periodo Ordinario de Sesiones implica nuevas reformas, nuevas iniciativas, nuevas prioridades.

Entre las que prevemos para el nuevo año legislativo, quisiera mencionar sólo tres:

Continuaremos trabajando con la Cancillería para dar concreción al objetivo de lograr la paridad de género en las oportunidades que ofrezca la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Seguiremos apoyando las tareas para conseguir que las jubilaciones que ofrece el servicio exterior mexicano sean acordes con la dignidad y el trabajo desplegado a lo largo de décadas por sus miembros.

Crearemos mecanismos de vinculación para que aquellos mexicanos altamente calificados que laboran en el extranjero se vinculen con instituciones nacionales a efecto de materializar sus proyectos.

Nada de lo descrito en este Informe hubiera sido posible sin la óptima colaboración que he encontrado en este Senado de la República.

Agradezco, en primer término, el extraordinario trabajo desplegado a lo largo de todo el año, por el Presidente, hoy Presidente saliente, de la Mesa Directiva del Senado, senador Martí Batres Guadarrama.

No menos importante ha sido, en todo momento, la siempre eficaz coordinación del senador Ricardo Monreal, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena.

También reconozco muy sinceramente, por su trabajo como secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores, a la senadora Alejandra Reynoso Sánchez, y a la senadora Nancy de la Sierra Arámburo. Ha sido un placer haber trabajado con ellas.

Mi agradecimiento a la senadora Gina Cruz Blackledge, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, a la senadora Vanessa Rubio, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe.

A la senadora Cora Cecilia Pinedo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia Pacífico África.

A la senadora Gabriela Benavides, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores Europa.

A todos ellos les agradezco por la buena voluntad y la concertación logradas entre nuestras comisiones.

A lo largo de todo el año, fue invaluable el apoyo de Aliza Klip Moshinsky, coordinadora del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques.

Agradezco muy particularmente la buena disposición y el interés manifestados en todo momento, pese a cualquier diferencia partidista, por los coordinadores de los grupos parlamentarios del Partido Acción Nacional, del Partido Revolucionario Institucional, de Movimiento Ciudadano, del Partido del Trabajo, del Partido Verde, del Partido de la Revolución Democrática y, también, del senador sin partido Emilio Álvarez Icaza, obviamente, mi agradecimiento, también, para el Partido Encuentro Social.

Durante todos estos meses, hemos contado con la eficaz colaboración del enlace de la Secretaría de Relaciones Exteriores con el Senado de la República, el maestro Alberto Uribe.

De manera especial, deseo agradecer el trabajo constante de todos y cada uno de los colaboradores de la Comisión de Relaciones Exteriores y de mi oficina, en particular a Christopher Bandagli, secretario particular, y a Klaus Ritter, secretario técnico de la Comisión.

Apenas y es necesario señalar que, sin el esfuerzo de todos ellos, no sería posible la realización de nuestra tarea.

Senadoras y senadores.

Distinguidos invitados:

Ha transcurrido un año de actividades del Senado de la República en el área de política internacional.

Ha sido un periodo particularmente difícil, no sólo por los cambios externos, esbozados al principio de este Informe, sino porque tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo, hubimos de establecer nuevas prácticas y formas de revisión entre todos los partidos aquí representados.

Entre lo más relevante del año, hay que contabilizar los daños a los intereses nacionales que hemos evitado, temas como el Tratado con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, las políticas migratorias, y Venezuela, representaron grandes riesgos, fueron circunstancias inesperadas, y, desde luego, la relación con el actual gobierno de los Estados Unidos tuvo características para los que no encontramos precedentes en los últimos lustros.

Algunos argumentan que México se ha retirado un tanto de los escenarios internacionales y estaría en vías de aislarse del mundo.

Nada más por eso, el cambio en la visión que se tiene del país, resultante del combate a la corrupción, la eliminación de privilegios de la clase política, la credibilidad de nuestro más reciente proceso electoral, son algunos de los elementos que están transformando la imagen de México en el mundo y en esa medida nuestra presencia es mayor y tiene un giro positivo, por primera vez, en décadas.

México seguirá participando intensamente en los organismos multilaterales y en otros temas globales, sólo que, para hacerlo con una mayor credibilidad, teníamos que empezar por ordenar la casa propia.

Que nadie se engañe. México tendrá una presencia creciente, sostenida siempre en los principios históricos de su política exterior.

Amigos y amigas:

Que viva la presencia de México en el mundo.

LOS ASISTENTES: ¡Viva!

SENADOR HÉCTOR VASCONCELOS: Que viva una política exterior, basada en la defensa de los intereses de México.

LOS ASISTENTES: ¡Viva!

SENADOR HÉCTOR VASCONCELOS: Que viva la Cuarta Transformación.

LOS ASISTENTES: ¡Viva!

SENADOR HÉCTOR VASCONCELOS: ¡Viva México!

LOS ASISTENTES: ¡Viva!

Senado de la República
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