Muy buenos días, a todas, a todos ustedes.
Saludo con un enorme gusto al senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República. Muchas gracias por tus palabras, querido Ricardo. Son objeto de una profunda reflexión.
Es un gusto también saludar, con mucho respeto, a los excelentísimos señores Embajadores de Israel, Alemania, Polonia, Francia.
Saludo también, muchas gracias por tu presencia, representante de la ONU, muchas gracias.
Saludo a Gilberto Bosques Tistler, representante de su familia en este gran evento, en este importante evento. Querido Gilberto, al recordar la trayectoria de don Gilberto Bosques, de verdad es tan impresionante para cada uno de nosotros todo lo que él hizo.
Desde luego también a mis queridas senadoras, senadores, a las personalidades que nos acompañan. Gracias Leo Zuckermann por estar aquí.
Francisco Cervantes, te estoy viendo acá.
Compañeras senadoras, senadores, personalidades que nos acompañan:
Es un honor para mí estar con ustedes en la Conmemoración Anual que el Senado de la República realiza para las víctimas del Holocausto, ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial.
Lo es, porque como mexicana y ciudadana del mundo, reconozco el valor de la memoria histórica y que ésta perviva y trascienda para las nuevas generaciones. Para que estos episodios, profundamente vergonzosos y llenos de odio, no vuelvan a tener nunca lugar.
El Shoah, nombre con el cual el pueblo judío recuerda el episodio del Holocausto, es uno de los pasajes más sombríos de nuestra historia contemporánea.
El recuerdo de este trago amargo de la historia, nos debe servir para visibilizar otros episodios de odio que lo precedieron, como el genocidio armenio y otros que tuvieron lugar después, como el de Ruanda o los lamentables episodios del exterminio racial que vivimos en América Latina durante la segunda mitad del siglo XX.
El sufrimiento de los pueblos que han vivido la crueldad institucionalizada que representan los genocidios no debe de ser en vano.
El Holocausto debe ser recordado para que todos los días de nuestra vida sepamos que los derechos humanos son el pilar sobre el que se sostienen todas las democracias; y es la dignidad humana la piedra sobre la cual se debe sostener cualquier ejercicio de Gobierno y proyecto de nación.
Por ello, hoy que realizamos este acto de memoria, considero muy importante retomar el legado de don Gilberto Bosques Saldívar, diplomático de cepa, humanista en toda la extensión de la palabra.
El trabajo de don Gilberto como cónsul en Francia es recordado especialmente porque desde ese país tramitó cientos de visas mexicanas para españoles que huían del régimen fascista de Franco, y posteriormente para perseguidos políticos del nazismo, entre los que se incluían miles de personas judías.
Hoy, nuestro México abraza la aportación del pueblo de Israel a su diversidad cultural, y recordamos con orgullo el trabajo de don Gilberto Bosques, quien defendió las causas de la dignidad humana por encima de todo, y se enfrentó con valentía a los discursos de odio y a la amenaza del fascismo que cubrió Europa y que lamentablemente cobró la vida de más de seis millones de seres humanos que fueron asesinados durante el Holocausto.
Ojalá y que el mundo no olvide nunca la oscuridad del totalitarismo que un día lo cubrió y cuyas reminiscencias aún quieren resucitar si lo permitimos.
La tolerancia y el entendimiento entre las naciones y los pueblos es necesario, para que los episodios tan terribles como el Holocausto y los genocidios no vuelvan a tener nunca lugar en nuestra historia de la humanidad.
Todas y todos los servidores públicos de México debemos hacer propio el legado de don Gilberto Bosques y actuar siempre con respeto a los derechos humanos, y poniendo siempre por delante de la dignidad que todas las personas en el mundo poseemos, sin distinción alguna.
Desde el Senado de la República y desde el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques que tú diriges, mi queridísima compañera de trabajo, Alisa, trabajamos con una perspectiva de derechos humanos y concentrados en la tarea de construir un México mejor y un mundo más fraterno para todas y para todos.
Por eso es que hoy las palabras de nuestro Coordinador son una reflexión muy profunda para hacer un México con un Estado de derecho sólido.
Muchas gracias.