Muchísimas gracias, mi muy estimado y querido coordinador, por esta deferencia. Te saludo con gran cariño y afecto, es nuestro coordinador de la fracción parlamentaria de Morena y es, precisamente, el Presidente de la Junta de Coordinación Política de Coordinación Política de este Senado de la República.
Quiero también saludar con mucho cariño y afecto, a mis compañeras y compañeros senadores, muchas gracias. Pero sobre todo, muy especialmente a ustedes, a los 128 jóvenes que integran este Parlamento Juvenil 2021.
Me siento muy contenta de estar aquí, feliz diría yo. Tener el contacto con los jóvenes representa regresar a los años de juventud, a las ilusiones, a querer cambiar el país, el mundo.
Y hoy, como presidenta de la Mesa Directiva del Senado, es un honor recibirlos en esta, su casa, la casa de todas y de todos los mexicanos. Esta es la Tribuna más alta del país, es el espacio en el que tienen lugar una de las actividades más importantes para nuestra democracia: la actividad legislativa, la dialéctica de la construcción normativa.
Sin duda, estoy segura también y sin duda, de que para todos y t odas ustedes estar en esta sede del Senado de la República y conocer la importancia del Poder Legislativo en nuestro sistema constitucional, y que hoy tengan la oportunidad única de vivir desde el núcleo mismo del Senado de la República, todo el proceso legislativo, estará en su memoria siempre.
Todo aquello que requiere o que se requiere para que se emitan las leyes que regulan los diversos aspectos de la vida de todas las personas en nuestro país.
Curiosamente el día de hoy, se inauguró en este Senado de la República, y tuve el privilegio de estar en esta inauguración –fíjense ustedes– el Primer Congreso Internacional de Evaluación Legislativa, coincidentemente el día de hoy: Primer Congreso Internacional.
¿Y por qué fue importante? Porque, a través de ciertas metodologías, se van a evaluar los impactos que tiene la creación de normas y la expedición de éstas en los destinatarios de las mismas; en los universos de personas a las que van dirigidas.
Y que las normas que se emitan por los órganos legislativos no sean letra muerta, no tengan vida; que realmente impacten a los destinatarios de estas normas.
Y en este congreso se van a evaluar y se van a establecer estas metodologías del impacto de los procesos legislativos en la población.
Y de este proceso que consta de muchas etapas, como ustedes van a corroborar, quiero destacar la que a mi parecer es la más importante de la construcción normativa: es sin duda la construcción de los consensos.
La función legislativa es sumamente compleja, complicada, pero requiere saber escuchar las opiniones de los demás y poder contrastarlas con las propias.
De esa discusión deliberativa, de esa dialéctica de buena fe, resultan los acuerdos que moldean las legislaciones más incluyentes, progresistas y de avanzada.
El diálogo es la herramienta más importante con la que cuentan las y los legisladores; es su materia prima, es la materia más importante de este proceso que ustedes habrán de vivir.
Por ello, no caben en este proceso los aspectos que dañan al consenso, pues las decisiones legislativas deben ser reflejo del sentir de la población; y qué mejor que la voz de los representantes populares para escucharla.
Sepan que, aunque en el futuro llegaran a representar, o incluso durante este ejercicio les correspondiera representar a diferentes vertientes ideológicas o partidistas, tengan presente que su lealtad más grande debe ser con el pueblo de México, y que deben trabajar para todas las personas que conforman y que conformamos este gran país.
México son muchos Méxicos. Cada región del país, cada ciudad, cada municipio, incluso cada pequeño pueblo es a su manera una representación de nuestra gran nación.
Por ello, la principal labor del legislador es saber recoger los sentimientos de sus representados, saber escucharlos, traerlos y plasmarlos en la tribuna legislativa, pero siempre con apertura, con disposición al diálogo y teniendo presente siempre la construcción de acuerdos.
Acaba, el joven proveniente de Oaxaca, decirnos que ya es hora de que les dejemos a ustedes la estafeta.
Lo que mi generación pudo construir, lo que ese legado de las generaciones anteriores, les toca a ustedes hoy dejar también su propio legado a las generaciones venideras.
Yo quiero solamente compartirles, ahora que los veo, ahora que estoy entre ustedes, jóvenes, y que me emociona mucho estar con ustedes, recordar mis años en la Universidad Nacional; recordar el Movimiento del 68, en el que yo activamente estuve también reclamando un México más justo.
Y que en ese tiempo mi generación, en los años 60, luchábamos por los derechos, luchábamos por las libertades, y, ¿saben?, ustedes son los legatarios de esas luchas, de esas guerras que hicimos como guerreros y guerreras, para alcanzar que se concretaran los derechos y las libertades en nuestro país.
A ustedes esto ya les ha sido dado. Ahora, jóvenes, les falta ejercer estos derechos a plenitud y las libertades, y no abdicar; no abdicar en estas luchas que tuvimos generaciones anteriores y que hoy ustedes tienen que continuar con esa estafeta que les estamos dejando.
Con el legado, sí, que les damos a ustedes y que les dejamos a ustedes, pero que ustedes tienen la gran responsabilidad de dejárselos a las generaciones futuras.
Y no me queda más que felicitarlos, felicitarlas por estar aquí, por su interés en conocer desde ahora los mecanismos democráticos necesarios para lograr la transformación de México.
Este sería mi mensaje para las y los jóvenes mexicanos que manifiestan su vocación de servicio público desde temprana edad.
No se rindan; no se rindan nunca. Son sus sueños, háganlos realidad; no desvíen su camino, no se dejen seducir por las veredas de la vida fácil. Trabajen duro, por superarse, por ayudar siempre a los demás.
El futuro de la actividad legislativa está en ustedes, y hoy comienzan su camino hacia ese destino que ustedes están eligiendo desde el día de hoy.
Enhorabuena.
Muchas felicidades. Mucho éxito a todas y todos ustedes.
Muchas gracias.