Como integrante del Senado mexicano, como vigilante del Pacto Federal que nos otorga la posibilidad jurídica para atenuar o resolver diferencias entre los estados o entre estos y la Federación; nos preocupa con seriedad los hechos, los acontecimientos que se han suscitado en Jalisco.
Conozco al gobernador de esa entidad, al maestro Enrique Alfaro, le tengo respeto. Hemos coincidido en distintas actividades y siempre ha actuado con reflexión.
Es un representante popular que, por voluntad mayoritaria de las y los jaliscienses, asumió la titularidad del Poder Ejecutivo estatal. Por eso, nuestro interés y nuestra preocupación, porque las relaciones interinstitucionales se reconduzcan hacia un auténtico ejercicio de colaboración entre los Poderes Federal y Estatal.
El servidor público que ocupa posiciones de alto nivel, tiene que actuar con tres características: con serenidad, con responsabilidad y con prudencia. Por esa razón, le recomendaría que no se profundicen las diferencias, que no se genere mayor confrontación, que no se alimente mayor polarización; porque esto puede conducir y provocar mayor encono y división ciudadana.
Yo fui gobernador y sé lo que eso significa. Entiendo lo que representa esta posición política para el estado y sus gobernados; no es aconsejable profundizar las diferencias ni acudir a señalamientos que no estén basados en pruebas.
Que se investigue, sí, lo que ocurrió el día de ayer, para que se deslinden responsabilidades, lo que fue un problema local de abuso de autoridad y que debió procurarse justicia a tiempo, hoy puede extenderse.
Tampoco la coercitividad ni el inicio de carpetas de investigación contra los ciudadanos, resolverá la indignación social. Ese tipo de manifestaciones, como la de ayer, siempre serán de manera inesperada, surge de la irritación social, de la indignación. Pero si él tiene pruebas de que no ocurrió así, entonces debe presentarse.
De manera franca, sincera, le reitero mi sugerencia respetuosa: buscar caminos de entendimiento racional, inteligentes, de colaboración, de apoyo recíproco, alejarse de callejones sin salida, no hacer caso a las voces que aconsejan este camino sin retorno.
Debe hacerlo por Jalisco, no lo merecen las jaliscienses ni los jaliscienses.