El Informe Trimestral del Presidente de la República ha sido claro y directo. No ha ocultado la situación real en la que nos situamos, respecto a la pandemia global por COVID-19.
Los anuncios sobre la economía, el plan de recuperación, son alcanzables; los créditos otorgados o que se otorgarán son indispensables y la política social cuyo apoyo se ha adelantado, es correcto, así como las reuniones anunciadas con el sector económico y el sector empresarial, del cual debe de estar totalmente involucrado y de manera solidaria.
En efecto, esta semana hemos tenido dos buenas noticias.
La primera, el Pleno del Senado de la República elevó a rango constitucional los programas sociales, reforma que ha sido aprobada ya por la mayoría de los congresos locales.
Con esta reforma al artículo 4º de nuestra Carta Magna, se asegura que, independientemente del proyecto, ideología o partido que se encuentre en el Gobierno, e incluso en tiempos de crisis como la actual, el Estado deberá garantizar derechos, como el acceso a la salud para toda la población, el apoyo a personas con discapacidad a indígenas, a personas adultos mayores, y a estudiantes de todos los niveles educativos, atendiendo sí la condición de pobreza pero, sobre todo, la justicia de otorgarles una beca.
La segunda buena noticia es la que recibimos esta semana; fue el decreto del Ejecutivo Federal por el que se termina y extinguen los fideicomisos públicos, los cuales se concentrarán en la Tesorería de la Federación antes del 15 de abril, lo cual servirá para enfrentar la crisis provocada por esta pandemia.
Se termina así, por un lado, la opacidad, la arbitrariedad y la discrecionalidad en el manejo de los recursos públicos y, por el otro, este recurso público servirá para atender esta pandemia.
La duración de la pandemia es aún incierta, según escuchamos del informe, pero nuestro pico de infección y contagio comunitario podría llegar durante la primera semana de mayo.
Debemos luchar unidos para que resulte el menor daño posible frente a la incertidumbre.
Celebro, así lo escuché y lo constaté, que el Gobierno está preparado para enfrentar la emergencia sanitaria, que de manera inevitable llegará y que la está atendiendo como una prioridad, la principal prioridad en este momento.
Entiendo que el Gobierno está adquiriendo equipo médico y medicinas para poder equipar a los hospitales del país. Y que está contratando a profesionales de la salud, a médicos, a médicas, a doctores, enfermeras, enfermeros; a personal profesional en la salud.
No se está improvisando nada ni a nadie, se está preparando para el momento álgido del contagio por coronavirus y enfrentarlo con toda la fuerza del Estado, pero sobre todo, en su convocatoria con toda la comunidad unida en un solo propósito, erradicar la amenaza que este mal representa.
Como legislador, como Presidente de la Junta de Coordinación Política en el Senado, como líder de la mayoría legislativa, junto con mis compañeras y compañeros senadores, nos adherimos, avalamos los planes, programas y recomendaciones ahora expuestas en este Informe, y aceptamos la buena fe de la convocatoria a la que nos ha hecho el Presidente partícipes.
De manera especial, las senadoras y los senadores nos sumamos al reconocimiento del Ejecutivo hacia los trabajadores, sobre todo aquellos que laboran en el sector salud, en el de la seguridad pública, a quienes producen alimentos y están en actividades esenciales. A todos ellos, son héroes y heroínas, nuestro aprecio y nuestro reconocimiento, nuestra gratitud, sentida y sincera.
Es el momento de que prioricemos la fraternidad y que aceptemos las recomendaciones de la ciencia, así como nuestra tarea de contribuir a salvar vidas, para evitar que la nación sufra mayores estragos.
Estamos en el momento de la búsqueda de los caminos racionales para el entendimiento y la conciliación. Habrá tiempo, más tiempo para la recuperación económica integral; habrá tiempo para realizar el balance objetivo de lo que está pasando y pasó; habrá tiempo para la política electoral y partidista, pero ahora, es el momento de la solidaridad, del buen juicio, de la buena fe, de la actitud serena y prudente.
Es el momento de cerrar filas con nuestras autoridades, esto es lo que la ley, la razón y el juicio de la historia, así como la moral nos aconsejan. Unámonos, el momento es ahora.
¡Ánimo! Saldremos adelante.
Hoy escuchamos el informe trimestral del Presidente de la República.
Como coordinador del grupo mayoritario en el Senado, debo expresar mi beneplácito. Estamos frente a la pandemia más delicada que ha tenido México en las últimas décadas, el mundo, en los últimos tiempos.
Y, me pareció convincente lo que el Presidente está haciendo, sus recomendaciones, el plan económico, sus acciones y también lo que está preparando para enfrentarse al COVID-19.
Todos los planes y programas, así como las recomendaciones, debemos aceptarlas y debemos incorporarlas para sumarnos a ellas. El Poder Legislativo va a actuar con responsabilidad y va a ejercer su responsabilidad constitucional.
Pero en este momento tenemos que atender a la ciencia, tenemos que atender las recomendaciones en materia de salud para que los contagios sean lo menos posible.
Tenemos conocimiento que el pico del contagio será entre los finales del mes de abril y la primera semana de mayo. Preparémonos, hagamos caso al sector salud, cuidemos a las personas vulnerables, cuidemos a las personas que están en nuestro entorno. Y nosotros, aceptemos y cuidemos todas las recomendaciones del sector salud.
Es hora de la unidad, es hora de que nos unamos para enfrentarnos a este formidable adversario.
La posición del Presidente de la República me hace confiar en que estamos frente a un conductor eficaz, hábil, honesto y que ha actuado de manera correcta estos meses. Se está preparando, no hay improvisación.
Están preparándose para el momento álgido de la pandemia. El Poder Legislativo, al menos la mayoría legislativa los acompañaremos.
Es el momento de unir esfuerzos para sacar adelante a nuestro país.
¡Ánimo!