Buen domingo.

Es un día que se dedica para la oración, quienes creen en eso, o para trabajar, o para preparar la semana.

Quiero hablarles ahora, domingo, sobre algunas conversaciones que he tenido con asociaciones de charros, con veterinarios, con, incluso, el Consejo Agropecuario, Consejo Nacional Agropecuario, en días pasados, y con asociaciones de distinto nivel y naturaleza.

Con colectivos, protectores de animales, y con varias personas que me han hablado sobre preocupaciones del contenido de la Ley Federal de Protección Animal, llamada Ley General de Bienestar Animal.

Es una Iniciativa, no se les olvide, es una Iniciativa que va a tener todo un proceso y que, en razón de las preocupaciones de ellos, les quiero decir un compromiso:

No se va a aprobar sin que tenga un amplio consenso. No se va a dictaminar si no tiene un amplio consenso de todos.

Mi idea y mi principal preocupación es que no se cometan actos de crueldad contra los animales, fundamentalmente nuestras mascotas, los animales de compañía.

Pero no afectar actividad económica, no afectar nada que ponga en riesgo nuestras tradiciones y nuestras costumbres.

Yo soy campesino, de origen campesino, y mi familia se dedica a la agricultura y a la ganadería.

A mí, en lo personal, me gusta montar, me gustan los caballos, y por eso me urge mucho que todos tengamos una visión distinta de protección animal.

Pero no vamos a cometer excesos; y les ofrezco a todas las asociaciones escucharlos. No vamos a dictaminar ni aprobar nada sin antes escucharlos, pero además que tengamos un acuerdo amplio, un consenso amplio entre todos.

Esa es la condición para que pase. Esa es mi palabra, y yo soy un hombre de palabra.

Saludos a todos.