Muy buenos días a todas y a todos.
Antes de iniciar quiero agradecer, primeramente, los esfuerzos del senador Salomón Jara, porque este tema ahorita que saludé un poco allá abajo, comentábamos que es uno de los temas más importantes; y me dijeron “no, es el tema”.
Entonces, realmente una felicitación y un agradecimiento al trabajo del senador Salomón Jara, que está empujando esto ya desde hace un tiempo y al que todos nos sumamos, y que compartimos.
Un agradecimiento y un saludo a la senadora Alejandra del Carmen León Gastélum, al senador Bours.
Y quiero agradecer la presencia del público, que se ha trasladado hasta este recinto para acompañarnos. En especial, quiero agradecer a los expertos de la UNAM, al doctor Joel Carrillo, del Instituto de Geografía de la UNAM; así como al maestro Hach; a quienes van a conducir las mesas de discusión, a quienes expondrán los temas específicos de los dos paneles temáticos.
A todas y todos aquellos reconocidos ampliamente, ya sea como geógrafos, como hidrogeólogos o activistas, y además especialistas comprometidos con la defensa de los ecosistemas acuáticos.
Es una gran paradoja que, siendo el agua el sustento vital y la materia de nuestras vidas, conozcamos tan poco acerca de su gestión social. Pero sobre todo, de su comportamiento natural.
El agua fluye, siempre fluye, pero no siempre lo hace ante nuestros ojos y no lo hace, porque la mayor parte del agua que consumimos y disfrutamos, proviene del subsuelo, y no nos preocupamos por ella hasta que nos llega a nuestras casas o hasta que somos testigos de la desaparición de ríos y manantiales.
E intentamos entender lo que pasa, pero lo hacemos comportándonos como los políticos, de antaño, no los de ahora, viendo para arriba y nunca para abajo.
Debo comentarles que la región de la cual provengo es Tabasco, y está bañada por las vertientes de uno de los ríos más caudalosos del país, el Grijalba. Y además, la lluvia es especialmente generosa con nosotros y siempre estamos rodeados de agua.
Por eso nos causó perplejidad enterarnos que por algún tiempo, en la misma cuenca, en Chiapas, un río había desaparecido. Y las razones no estaban en la lluvia o en la ausencia de esta o en el régimen de flujo de sus afluentes; lo más asombroso fue saber que entre las causas de su desaparición repentina, pero afortunadamente momentánea, estaba el comportamiento de las aguas subterráneas.
Por eso, es tan importante la realización de este Foro, para que a través de sus discusiones y exposiciones, nos puedan compartir algo del amplio conocimiento en la materia.
Por eso es tan importante que las legisladoras y los legisladores podamos generar instrumentos normativos que permitan dar sustento a políticas públicas que primero que todo, promuevan difundan y apoyen el conocimiento científico sobre nuestras aguas subterráneas; para inmediatamente dar un cauce legal para poder contribuir a la preservación de esta fuente y, de este modo, aprovechar en forma verdaderamente sustentable este recurso tanto para actividades productivas, como para el consumo vital de la población.
Resulta inverosímil que en nuestros días aún persistan vacíos y pendientes jurídicos en torno a las aguas subterráneas de nuestro país, cuando aproximadamente el 37 por ciento del agua para riego, el 52 por ciento del agua que consume la industria y el 59 por ciento del agua destinada al abastecimiento de los hogares; es de origen subterráneo.
La ambigüedad constitucional que hace dudar si las aguas subterráneas tienen el carácter nacional o si son propiedad del dueño ddel terreno, ha sido medianamente sorteada por la facultad que tiene el Poder Ejecutivo para reglamentar el uso y extracción de las mismas. Sin embargo, a la ausencia de un efectivo control y monitoreo sobre las aguas del subsuelo, tanto las reglamentadas como las libremente alumbradas, sigue siendo un enorme reto en nuestros días.
Estoy plenamente convencida de que podemos dar un paso en la dirección de resolver estos problemas, si las y los legisladores cumplimos con lo que dice nuestra Constitución. El mandato es muy claro y el pendiente legislativo ya es muy largo; expedir una ley general de aguas.
Y no hay lugar para la interpelación. Se trata de regular todas las aguas y a todos los órdenes de Gobierno que participan en su gestión. Y en la expresión “todas las aguas entran”, desde luego las aguas subterráneas.
De hecho, no debería existir una distinción jurídica, como tampoco una hidrográfica. Pero afortunadamente, tenemos el instrumento ideal para armonizar esas distinciones; y es la construcción que tenemos pendiente desde hace casi ya ocho años.
La naturaleza no distingue, para ella el agua es una sola. La naturaleza también nos enseña: tenemos que mirar, tenemos que estar a ras de piso y más abajo. Y por supuesto que las senadoras y los senadores estamos a ras de piso, y por eso es que el Senado abre sus puertas a la discusión, abierta y razonada de todas las ideas; discusiones y reflexiones de las que mucho tenemos que aprender, porque tenemos mucho que legislar.
Discusión y reflexiones del Foro, al que todas y todos ustedes son bienvenidos a esta, que siempre ha sido su casa.
Muchas gracias y enhorabuena por el éxito de estos trabajos.
Gracias.