Las finanzas públicas, y el secretario Herrera tendrá oportunidad de comentárselos con detalle, están manejadas con prudencia, con responsabilidad y con metas factibles para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas.
También, es pertinente comentar que la inflación, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor, está en una tendencia también estable; está en niveles dentro del margen de variabilidad que tiene el Banco Central, el Banco de México; y la inflación ha estado contenida durante varios meses en este rango, que es de 3 por ciento, más-menos un punto porcentual. Es decir, la inflación también muestra un comportamiento adecuado y es una pieza fundamental para garantizar que los incrementos reales que tuvo el salario mínimo, se traduzcan efectivamente en eso, en un poder adquisitivo mayor.
También me gustaría comentar que el tipo de cambio está dentro de márgenes razonables, mostrando las fluctuaciones de corto plazo que normalmente vemos cuando hay algún incidente de gran envergadura, como sería en este caso el brote del coronavirus en China.
Eso ha hecho que las bolsas internacionales tengan una mayor volatilidad, pero el tipo de cambio se ha ajustado en consecuencia, y sigue estando en niveles razonables.
Creo que uno de los temas pendientes en esta Administración, junto con el tema de seguridad, que discutieron con el secretario Durazo; es el tema del crecimiento económico; 2019 fue un año en donde la economía mexicana no creció, estamos alrededor de 0 por ciento en las cifras de crecimiento anual del Producto Interno Bruto; es decir, la economía quedó estancada durante 2019.
Y, eso debe atribuirse a varios factores, y tenemos que reconocer por qué la economía no creció.
Yo les diría que, en primer lugar, el ciclo económico mundial, todas las economías están en un proceso de desaceleración; y ese proceso de desaceleración está fundamentalmente motivado por una guerra comercial que existe actualmente entre Estados Unidos y China.
Esas diferencias comerciales afectan con mayor fuerza a las economías que están expuestas al comercio internacional, y aquellas economías que son muy abiertas.
En ese sentido, las diferencias comerciales entre Estados Unidos y China, afectan -repito- con mayor incidencia, a economías como la mexicana.
Tenemos que recordar que la suma de importaciones y exportaciones del país, representan más del 70 por ciento del PIB. Eso significa que una economía muy abierta, está también más expuesta a los vaivenes del comercio internacional.
Para que podamos dimensionar el tamaño del efecto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, déjenme decirles que la Organización Mundial del Comercio estima que son las primeras contracciones del comercio internacional, que afectan de manera severa no solamente a los países involucrados; sino a todas aquellas economías que, repito, están abiertas al comercio mundial.
Las expectativas de crecimiento en este momento, las más recientes para la economía china, es que va a crecer 5.8 por ciento durante 2020. Esta cifra puede parecer elevada, pero es la primera ocasión que en 30 años la economía china crecerá por debajo del 6 por ciento.
Ese es un elemento que tenemos que considerar para poder entender también el ciclo económico que vive México.
El otro elemento, es que la economía estadounidense también tendrá un menor crecimiento durante este año. Durante 2019 creció un poco más de 2 por ciento, alrededor de 2.3 por ciento; y la expectativa para este año es 1.8 por ciento.
Ahora, nos preguntaríamos por qué si la economía estadounidense está creciendo, ¿por qué la mexicana no lo hace?
Y ahí tenemos ese vínculo con el comercio internacional, pero también me gustaría llamar la atención de nuestras senadoras y senadores, en un hecho particular que está ocurriendo en la economía norteamericana.
La producción industrial, la producción manufacturera de la Unión Americana, está disminuyendo. Y, la producción industrial, en particular la fabricación de manufacturas, es la que tiene el mayor vínculo con la economía mexicana. Entonces, no obstante que la economía estadounidense puede estar creciendo alrededor de 2 por ciento; el componente manufacturero está en un terreno negativo; y eso hace que toda nuestra economía también se encuentre en una parte baja del ciclo económico.
Pero, la gran mayoría de los analistas estiman que 2020 será un año que, en términos económicos será mejor que 2019.
También tenemos que reconocer que el cambio de administración, el primer año de cada administración, la economía mexicana crece menos. Ese es un factor que aún sigue presente y que lo podemos sumar a las condiciones del contexto internacional que les acabo de describir.
En la Secretaría de Economía, hemos preparado unas cuantas láminas que nos van a permitir enfocarnos en un tema que no es coyuntural, sino elementos que a nosotros nos gustaría que todos los senadores tuvieran siempre en mente cuando estuvieran en su proceso legislativo.
Es decir, una parte tiene que ver la coyuntura, pero otra parte, que es -yo diría- medular y más trascendente, es ver cómo fortalecemos las bases estructurales de la economía mexicana para que pueda crecer a ritmos más rápidos, pero también para que ese crecimiento sea más justo, más incluyente.
En ese sentido, pasamos a este comparativo internacional y por qué estamos creciendo menos.
En esta lámina, quiero que se concentren en cómo ha sido el crecimiento del PIB en los últimos 36 años. Este es un comparativo que hace el Banco Mundial sobre cómo han crecido distintas economías.
De 1980 a 2016, del ejemplo que tenemos aquí, Corea del Sur es la economía que más rápido creció en promedio; más de seis puntos porcentuales anualmente.
También hay otras economías asiáticas, Malasia, Tailandia, que tienen crecimientos superiores al cinco por ciento.
Y después, pueden identificar en la gráfica que hay un conjunto de países latinoamericanos que, sin duda, están creciendo a menores ritmos. México, alrededor de 2.4 por ciento; Perú un poco más de tres; Colombia 3 y medio; Chile un poco arriba de cuatro.
Pero también hay países, como Uruguay, Brasil o Argentina, que incluso han crecido por debajo de lo que ha crecido la economía mexicana en esos 36 años.
Un primer elemento que nuestros legisladores tendrían que tener siempre presente, es que efectivamente México está creciendo poco por razones estructurales.
Más allá del componente específicamente coyuntural, más allá de lo que pasa cada trimestre con el PIB o un año en particular del PIB, tenemos que reconocer que hay un problema estructural que nos ha hecho crecer muy poco.
Y esto, podríamos pensar que es un fenómeno de muchas economías. Pero, si se fijan en la gráfica que está en el lado derecho, ahí se grafica cómo estaba México con respecto al PIB per cápita de Estados Unidos en 1980.
En 1980, el PIB per cápita de México, era la mitad que el PIB per cápita de Estados Unidos. Es decir, la riqueza promedio de los mexicanos era la mitad que la riqueza promedio de los estadounidenses.
Bueno, tras 36 años, esa diferencia en lugar de cerrarse se amplió.
Actualmente, el PIB per cápita de los mexicanos, es poco más del 30 por ciento que el PIB per cápita de los norteamericanos. Es decir, ha habido un proceso de divergencia; y esto contrata con las economías que señalé hace unos minutos, como Malasia, Polonia, Corea del Sur y Chile; que esas economías sí crecieron más y se fueron acercando al ingreso per cápita de los norteamericanos.
Siempre contemplar que el crecimiento de México debemos alentarlo desde una base estructural.
Y aquí también traemos a colación el tema del crecimiento regional; además de que México crece poco, lo hace de una manera desigual.
Tenemos un crecimiento más acelerado en ciertas regiones, en ciertas entidades federativas, y un crecimiento muy bajo en otras partes del país.
Pero también quiero que pongan atención en lo siguiente:
Los estados que durante los últimos 37 años han crecido con mayor velocidad, que aquí los tenemos en verde, son Aguascalientes, Quintana Roo, Querétaro, Baja California Sur, Nuevo León y Guanajuato; son crecimientos que, también en el comparativo nacional, son bajos.
Aguascalientes, que es la entidad que más ha crecido en este lapso, lo hizo a un promedio anual de 4.1 por ciento.
Es decir, la entidad más dinámica sólo creció 4.1 por ciento.
Claramente por debajo de lo que vimos en los países de Asia, que están por arriba del 5 por ciento.
Nuevo León, que es una entidad pujante en la vida económica del país, creció poco más de 3 por ciento. Sin duda es insuficiente, sin duda es insuficiente el crecimiento que han tenido las entidades federativas más dinámicas.
En el otro extremo de la gráfica, tenemos realmente un drama económico. Hay varias entidades federativas, como son Tlaxcala, Tabasco, Veracruz, Chiapas, Guerrero, que son entidades que han crecido menos de 2 por ciento durante estos 37 años.
Si eso además lo tradujéramos en PIB per cápita, tenemos entidades federativas cuya población es más pobre en 2018, que lo que era en 1980.
Varias entidades federativas en términos per cápita, hoy son más pobres que lo que eran hace casi 40 años.
Esos elementos son los que nuestros legisladores deben tener presentes siempre.
México ha crecido poco y lo ha hecho de una manera muy desigual, muy desigual.
En la siguiente lámina está simplemente una representación geográfica de lo que decimos, y observamos con claridad aquellas entidades que crecieron más del 3 por ciento; las que están en amarillo, las que crecieron entre dos y tres; pero también una parte significativa de las entidades que crecieron incluso menos que 2 por ciento.
Esos estados que están iluminados en rojo, tienen que estar también permanentemente en la mente de nuestros legisladores, para que todo el esfuerzo legislativo nos pueda permitir ir cerrando las brechas regionales.
¿Qué otro tema es estructural y que viene asociado con este problema? Es el de la pobreza.
México, de acuerdo con las últimas cifras del CONEVAL en 2018, 52.4 millones de personas vivían en una condición de pobreza; 52.4 millones de personas. Esa es una cifra que debemos tener presente para poder combatir todos los días, pero también con un enfoque estructural.
Y de las personas que están en condición de pobreza, 9.3 millones de personas están en pobreza extrema. Es decir, de acuerdo a las definiciones de CONEVAL, es la población que no tiene recursos suficientes para poder tener una dieta mínima adecuada.
Ese es el segundo problema, o tercero si lo piensan, crecimiento, desigualdad, pobreza.
El cuarto elemento que les expondría, es la falta de competencia. México tiene varios mercados que tienen muy poca competencia.
En algunos, hay claramente una presencia de estructuras oligopólicas, en algunos duopólicas, pero en términos generales, en la economía mexicana hay muy poca competencia.
Y, ¿por qué es importante la competencia? No solamente por lo que la teoría económica contempla como las virtudes de la competencia, que están asociadas a un mayor crecimiento, a una mayor inversión, a mayor innovación, a mejorías en la calidad de los servicios y también a la mejoría en los precios, que los precios sean más asequibles.
Eso es lo que la teoría contempla como los elementos benéficos de la competencia, pero hay uno que quizás es incluso más importante que la ausencia de competencia y tiene efectos regresivos.
Es decir, la falta de competencia afecta con mayor virulencia, es mucho más nociva la falta de competencia en los segmentos de la población que tienen menos ingreso.
En esta gráfica tenemos cuánto pierde cada hogar mensualmente a consecuencia de la falta de competencia. El decil más pobre de la población, es decir, el 10 por ciento de la población más pobre, cada mes pierde cerca del 30 por ciento de su ingreso por falta de competencia económica.
El segundo decil pierde 23 por ciento, el tercero 21 por ciento. El promedio de los hogares pierde 16 por ciento, 15.7 para ser exactos. El decil más rico, el 10 por ciento de la población con mayores ingresos pierde cerca del 6 por ciento de su ingreso por falta de competencia en los mercados.
Ese elemento tiene que estar permanentemente en la mente de nuestros legisladores, no hay competencia suficiente en México.
En las siguientes láminas y esto tiene que ver un poco, vinculado con lo que les dijo el secretario sobre temas de seguridad y sobre temas de Estado de Derecho.
Esta lámina es índice global que elabora un instituto que se llama World Justice Project, y en 2019 hacen un recuento de 126 países y, de acuerdo con su tecnología, clasifican a las naciones y dicen cuál es la economía que actualmente tiene el Estado de Derecho más débil. Ellos piensan que es Venezuela; el segundo con mayor debilidad es Camboya y después está República del Congo, Kenia.
¿Dónde está México?
México es el país número 28 en este listado y uno podría decir ¿quién está un poquito peor? Todos, Kenia. ¿Quién está un poquito mejor que México? Sierra Leona, Liberia.
Es decir, en ese punto está la fortaleza o la debilidad del Estado de Derecho en México y por supuesto los países nórdicos son los que tienen el Estado de Derecho más fuerte. El más fuerte es Dinamarca, segundo Noruega y tercero Finlandia, de acuerdo con la metodología de esta institución.
Y cuando uno desagrega cuáles son los componentes que mayor efecto negativo tienen en el Estado de Derecho, básicamente son dos: presencia de corrupción y falta de justicia penal.
haciendo un comparativo con países que tienen economías emergentes, México es el país con mayor presencia de corrupción, por arriba de Indonesia, India, Rusia, Brasil, Turquía, Sudáfrica, Tailandia, China y Malasia.
En economías emergentes México tiene la mayor presencia de corrupción y el término de falta de justicia penal, también con respecto a las economías emergentes, somos el país con menor ejercicio de justicia penal.
Esto tiene que ver con las condiciones estructurales del país y por qué tenemos, repito, que contemplar permanentemente estos elementos, para que el esfuerzo legislativo atienda estas condiciones, no para resolver el problema coyuntural, no para resolver el crecimiento del primer trimestre de 2020, no para resolver el problema de crecimiento del 2020, sino para ir creando las condiciones para que el país pueda crecer más rápido, de una forma más equitativa, en términos de combatir la pobreza, el términos de crear mejores condiciones regionales en el país y también, pro supuesto, que vaya acompañado de un fortalecimiento del marco jurídico del Estado de Derecho y también que México tenga mayor competencia económica.
Nada más me gustaría señalar, esta presentación la vamos a dejar a disposición de todos ustedes, simplemente para abordar tres elementos que son medulares en la política de la Secretaría de Economía, que tiene que ver con la promoción de la innovación, con la promoción también de la inclusión y también con elementos de diversificación.
La parte de diversificación, entendemos no solamente ir a mercados tradicionales, como sería Estados Unidos o Europa, sino que incluso en esos mercados tradicionales llegar con una oferta exportable más diversa.
Necesitamos exportar una mayor variedad de productos y también necesitamos empezar a exportar cada vez más servicios, no sólo mercancías manufacturadas, no solamente bienes agroindustriales o agrícolas, sino también poco a poco ir exportando más servicios.
De aquí me gustaría brincar a una parte que tenemos más adelante, donde está el decálogo y con eso terminaría mi intervención.
¿Cuáles son los 10 elementos fundamentales que hemos identificado para el diseño de la política industrial en México?
El primero, senadoras y senadores, es propiciar mayor competencia en cualquier mercado, en todos los ámbitos de la economía nacional, en absolutamente todos los mercados debemos propiciar una mayor competencia económica.
Están los instrumentos legales, están los instrumentos jurídicos, está la participación de la Comisión Federal de Competencia Económica, tenemos atribuciones en el Poder Ejecutivo y, con el apoyo de ustedes, consideramos que podemos avanzar de manera significativa en promover la competencia económica.
También, como les decía, tenemos que aprovechar la apertura comercial, como lo decía el senador Monreal. No solamente es por la firma, la ratificación y la próxima implementación del Tratado con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, sino también tenemos que aprovechar ese mercado, tenemos que aprovechar el mercado europeo, con quien también ya tenemos un Tratado de Libre Comercio.
Tenemos que aprovechar los acuerdos comerciales que tenemos con Japón, con Israel, con Chile. Es decir, tenemos una batería muy amplia ya de tratados comerciales que deben aprovecharse de una mejor manera.
Es decir, no necesitamos muchos más tratados, lo que tenemos que hacer es, los tratados existentes, utilizarlos de una forma más eficiente, y más estratégica.
El tercer elemento tiene que ver con la mejora regulatoria.
Y aquí, la CONAMER, que en el 2018 ya tiene un cambio legislativo y la ley le da facultades para intervenir incluso en los gobiernos municipales, en el gobierno estatal y por supuesto en el Federal.
Cómo vamos mejorando el esquema regulatorio para facilitarle no solamente a las empresas sino también a todos los ciudadanos su gestión cotidiana, cómo agilizamos el otorgamiento de permisos de construcción, sin que eso comprometa el desarrollo urbano y ordenado que deben tener las localidades.
Cómo agilizamos cualquier trámite que tenga que ver con la Administración Pública Federal, pero también los trámites estatales y, por supuesto, los trámites municipales.
El entorno de negocios, y esta parte también es medular, porque necesitamos crear un entorno de confianza, de certidumbre, para alentar la inversión nacional y también la inversión extranjera.
El entorno de negocios, esa confianza y esa certidumbre, son indispensables para poder detonar mayores niveles de inversión.
Por supuesto que en la Secretaría de Economía tenemos el desarrollo de las PYMES, como un elemento fundamental para que empresas de menor tamaño puedan vincularse as las cadenas globales de valor, pero también empresas de menor tamaño que están localizadas en distintas regiones del país puedan beneficiarse de la dinámica económica.
Un tema que es muy importante es la digitalización y la industria 4.0. Hay una revolución industrial que tiene que ver con nuevos procesos en las manufacturas, donde cada vez la parte de la automatización gana espacios y esos procesos nos van a obligar a que nuestros trabajadores tengan los conocimientos, las capacidades y las habilidades para insertarse de forma exitosa en esa nueva oleada, que seguramente el proceso de automatización hará que la cantidad de trabajadores que se demande sea menor.
Entonces, tenemos que ir creando esas capacidades en nuestra fuerza laboral, tenemos que invertir más en capital humano, en las capacidades, habilidades y conocimiento de nuestra mano de obra.
Un tema que no es menor y por eso forma parte del decálogo, es todo lo que tiene que ver con la normalización y con la infraestructura de la calidad.
En México, como ustedes saben, existe un marco regulatorio que requiere que las normas oficiales mexicanas se elaboren siguiendo un proceso.
Ese procedimiento, tenemos también que hacerlo más robusto, darle más certidumbre a la sociedad en general que el proceso de normalización cumple de mejor forma sus objetivos, que son, primero, proteger la salud, proteger la seguridad de las personas, proteger el ambiente, proteger la infraestructura y, en general, todo lo que tiene que ver con una protección que tiene que brindar el Estado.
Esa protección la tenemos que dar de una manera mucho más ágil, más expedita, más robusta y también tener los mecanismos de control para saber que las normas oficiales mexicanas se cumplen en el país a cabalidad.
El octavo elemento del decálogo se refiere a la economía de la salud. Y ustedes se preguntarán: ¿por qué ahora en la política industrial de México, está un componente de salud?
Está porque hay evidencia suficiente y hay una batería que demuestra que la salud es un elemento indispensable para la productividad de los trabajadores y para la competitividad de la economía.
Ustedes conocen el debate que se tuvo recientemente tanto en la Cámara de Senadores como en la Cámara de Diputados, sobre el cambio en la Ley General de Salud, donde se reconoce que México padece una epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes.
Esa epidemia, además de los efectos nocivos que tiene sobre la salud, tiene efectos perniciosos sobre la productividad y competitividad del país, no solamente tiene un impacto negativo en las finanzas públicas porque los sistemas de salud van a estar imposibilitados de atender esta oleada, que está propiciando esta epidemia, sino que también se está mermando la capacidad productiva de los trabajadores y la competitividad general del país en el mediano y largo plazo.
Si no incorporamos el tema de la economía de salud en la política industrial, México estará sufriendo, de manera cada vez más aguda, el problema de la salud no solamente en las personas, sino también en la salud económica del país.
Y los últimos dos elementos de este decálogo tienen que ver con financiamiento a proyectos industriales, y en ese sentido necesitamos una estrategia donde podamos colaborar de manera mucho más estrecha y con mayor solidez, con los instrumentos de la banca de desarrollo que tiene el país, para apuntalar proyectos industriales que son cruciales para el país.
Y el último elemento, y no por ser el último el menor, tiene que ver nuevamente, repito, con detonar proyectos industriales, proyectos económicos, en el sursureste del país que, como vimos, es la región más rezagada de la Nación.
Muchas gracias.