Muy buenos días a todas y a todos.
A nombre del Senado de la República, les doy la más cordial bienvenida a esta ceremonia de reconocimiento a las enfermeras de los sectores privado y público. Como siempre lo han hecho, cumpliendo con su deber, con generosidad, con voluntad y con profundo amor al prójimo.
Saludo con mucho respeto, admiración y cariño, a una destacada mujer mexicana que ha representado dignamente a las mujeres en este país, en una posición estratégica y que seguramente quedará en los anales de la historia. Me refiero a la ministra y doctora Olga Sánchez Cordero. Muchas gracias, ministra, nos honra usted con su presencia.
De igual forma, saludo a la ciudadana Belén Sanz Luque, representante en México de ONU Mujeres. Muchas gracias y bienvenida a esta Casa de la Patria.
Saludo con profundo respeto y también con mucha admiración, porque es una mujer guerrera, me consta de su trabajo, su dedicación y una agenda que ella ha tenido durante ya muchas décadas en este país y que fue a instancia de ellas, a petición de ella, porque no hay que saludar con sombrero ajeno. Me dijo: Presidente, hay que reconocer a las mujeres, pero a las mujeres enfermeras y no solamente a la parte pública, sino también a la parte privada y a las instituciones Armadas de este país. Y, me refiero a la senadora Malú Mícher, presidenta de la Comisión de Equidad e Igualdad de Género.
Saludo con aprecio a la senadora Lilia Margarita, que nos acompaña en la Mesa Directiva como secretaria.
Saludo también a la maestra Fabiana Maribel Zepeda Arias, jefa de Enfermeras del IMSS y titular de División de Programas de Enfermería del Seguro Social. Muchas gracias y mil gracias.
Exprésele un reconocimiento profundo a mi paisano, quien ha hecho un trabajo con dedicación, al maestro Zoé Robledo.
Saludo con mucho aprecio también a Candelaria Guadalupe Avendaño Ballinas, jefa nacional de Enfermería del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. Muchas gracias también a su director, Pariente Ramírez.
Saludo con aprecio al senador Américo Villarreal, quien es el presidente de la Comisión de Salud y a quien quiero comprometer públicamente para que saquemos esa agenda pendiente, que fue una iniciativa de nuestra compañera en ese momento senadora, hoy con licencia, Olga Sánchez, la de in vitro. Una iniciativa muy generosa para las mujeres de nuestro país.
Saludo con mucho aprecio a la teniente coronel de enfermeras, Claudia Montero Muñiz, representante de las enfermeras de los Servicios de Salud de la Secretaría de la Defensa Nacional. Muchas gracias.
A la ciudadana naval, aquí me lo abreviaron, perdón, Nélida Guadalupe López Espinal, representante de las enfermeras de los Servicios de Salud de la Secretaría de Marina. Muchas gracias.
Saludo también con aprecio a la ciudadana Rosa Guadalupe Sosa Martínez, representante del Hospital Centro Médico Dalinde. Muchas gracias por acompañarnos.
La enfermería es una profesión, pero sobre todo una vocación. Es un acto de servicio y compromiso como todos.
La enfermería es tan humana que en la antigüedad se le asociaba a la religión, porque la voluntad de permanecer al lado del enfermo brindándole cuidados, atenciones, compañía, traía consigo mejores y notorias para las y los enfermeros.
Si bien los orígenes de la enfermería son realmente antiguos, es después de la Segunda Guerra Mundial, una de las mayores catástrofes en la historia de la humanidad, cuando esta importante labor se profesionaliza.
Entre los principios de esta notable profesión, se encuentran no sólo los que tienen que ver con la atención médica de las y los enfermos, sino también de una función psicológica, emocional y por supuesto social.
Este evento no hubiera sido posible si no se contara con el apoyo de los diferentes grupos parlamentarios.
Nos acompaña el senador Miguel Ángel Mancera, quien siempre está dispuesto a acompañar los grandes acuerdos del país, y por eso me quería referir a él.
Y sobre todo, hacer un reconocimiento a las Fuerzas Armadas del país: a la Secretaría de Marina y al Ejército Mexicano. Muchas, muchas gracias por ese compromiso.
Nuestras enfermeras hacen todo porque, ante la situación más adversa, sintamos al hospital como nuestra casa. Nos hacen sentir calor familiar y en estos momentos difíciles por los que atraviesa el mundo y México a causa del COVID-19, han sido ese lazo entre familiares y enfermos.
En estos días donde esta cruel enfermedad no nos permite estar cerca de nuestras y nuestros enfermos, incluso en los casos en que las familias no pueden estar con sus familiares en los últimos momentos, la labor que ustedes realizan es una tarea noble y humana.
Hoy no solamente queremos reconocerlas en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Hoy queremos impulsarlas para una vida plena de derechos y de libertades, en una vida donde ustedes puedan sentirse acogidas por la ley, donde ustedes puedan sentirse motivadas en el hospital, pero también profundamente respetadas en sus hogares.Ese es el trabajo que debemos realizar.
México no se construye solamente con la voluntad de un hombre o de los hombres públicos, o de las mujeres públicas. Ustedes hacen un trabajo público muy importante.Estos son momentos en los que debemos sumar esfuerzos.
Sepan ustedes que en el Senado de la República cuentan con una institución que vela por los intereses de las mujeres, de las enfermeras de nuestro país.
Hace falta mucho por hacer.
Yo decía, en días pasados, que no son momentos de reconocimiento ni de celebración, son momentos donde hay que sacar lo mejor de nosotros para construir un país de igualdades, un país de justicia.Si tenemos ese tipo de país, vamos a dar un paso importante en el mundo.
Por eso, este reconocimiento tómenlo como un aporte de una institución, como lo es el Senado, en su carrera. Quienes trabajan en hospitales privados hacen una labor extraordinaria, cuidan de México y hoy siéntanse no solamente satisfechas, siéntanse motivadas, porque detrás de ustedes está un pueblo que siempre los va a acompañar.
Muchas gracias.