SENADOR MARTÍ BATRES: Muchas gracias.
En efecto, ya habíamos tenido un encuentro con algunas de las compañeras y compañeros que impulsan este proyecto de seguridad vial, y ahí comentamos algunos de estos temas.
Yo, no obstante, quiero agradecerle a la senadora Patricia Mercado y a la diputada Pilar Lozano, que encabezan las Comisiones de Movilidad en ambas Cámaras federales, tener esta iniciativa más amplia, más grande, con la idea de encausar un gran tema.
Partimos a veces en ciertas coyunturas de hechos muy fuertes, ahora varios hechos trágicos en las últimas semanas, de accidentes y de situaciones que no son exactamente accidentes y que han tenido efectos trágicos.
No obstante, tenemos que no sólo lamentar estos hechos sino tenemos que aportar soluciones. Hay poco a poco una nueva visión que con mucha dificultad se va empujando.
Se han abierto en algunas ciudades nuevos espacios, por ejemplo, para el traslado a través de las bicicletas, para una nueva forma de movilidad, y éste ha tenido, no obstante, muchas resistencias de lo que es la movilidad tradicional.
Tenemos ciudades construidas para los coches, tenemos una economía basada en esa industria.
Si nosotros observamos, muchas veces se mide el crecimiento de la economía a partir del comportamiento de ciertas industrias, y una de esas industrias es la industria automotriz.
Si observamos cómo se ha dado el proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, una de las grandes preocupaciones de Estados Unidos, es el tema de la industria automotriz; el regreso de ciertas empresas, incluso de la construcción de otras plantas en su país. Es toda una visión de la economía y también es toda una visión de la vida y de la construcción de las ciudades.
Las ciudades, muchas veces se construyen para los automóviles y no para las personas. No importan las personas, lo que importa es que el automóvil se pueda trasladar.
Y, el desarrollo de las ciudades, muchas veces se mide también en términos de la ampliación de las vialidades para los automóviles particulares.
No obstante, ahora ha crecido, se ha desarrollado una reflexión crítica muy interesante y hay mucha información sobre el tema.
Hay una crítica muy fuerte, por poner un ejemplo, sobre el espacio que ocupa el automóvil en las vialidades. Donde cabe un automóvil, podrían transitar cinco, diez bicicletas, para poner un ejemplo.
El espacio que muchas veces ocupa un automóvil, está ocupado por una sola persona en el automóvil particular.
Además, es una forma de movilidad profundamente contaminante. El tema que desencadenó la crisis ambiental de los años 90 en la Ciudad de México, fueron precisamente los contaminantes arrojados por los automóviles; también por las industrias, pero ya era industrial la ciudad y la crisis ambiental que vivimos fue esa, desencadenada finalmente por el automóvil.
Y no deja de crecer el uso del automóvil. Teníamos hace unos 20 años, más o menos poco más de un millón de automóviles, un millón y medio de automóviles en la Ciudad de México; ahora tenemos más de 4 millones de automóviles y creciendo.
Eso no quiere decir necesariamente que haya incluso una equidad al respecto y que cada persona tenga su automóvil o cada familia tenga su automóvil, porque no es así. Eso tiene que ver también con las posibilidades del ingreso, y quien tiene mejores ingresos tiene posibilidades de tener automóvil y renovarlo constantemente.
De hecho, el 70 por ciento de la población no tiene automóvil propio, si no es que un poco más, pero ya el 70 por ciento sería muchísimo; lo cual quiere decir que es la parte minoritaria de la sociedad la que ocupa el 80 por ciento de la superficie rodante.
Es como un 80-20 inverso; 80 por ciento no tiene automóvil, pero el 20 por ciento que tiene automóvil, ocupa el 80 por ciento de la superficie que corresponde a todos.
Eso implica hasta ciertos grados de apropiación privada automovilística intelectual.
Se considera que las calles son para que los coches transiten y las partes adyacentes en las banquetas son para que los automóviles se estacionen. Eso se ve como algo normal, natural en las ciudades y, por ejemplo, aquí en la gran Ciudad de México, pero no sólo aquí.
Es muy alentador que haya todo un movimiento para una visión distinta de la movilidad, pero esto va empezando, y al empezar, como decía yo al principio, va corriendo con muchos riesgos, porque aun cuando se haga una ciclovía, el automovilista considera que es su espacio, e invade el espacio de la ciclovía.
Y la superioridad tecnológica en física y en fuerza del automóvil, se impone sobre otras formas de movilidad, particularmente sobre la bicicleta, más aún sobre el peatón.
El peatón, por ejemplo, en ciertas avenidas es el que tiene que esconderse. En una avenida como Tlalpan, es el que tiene que pasar por debajo, a obscuras, en una situación insegura, para poder transitar de un lado de la Calzada de Tlalpan a otro lado de la Calzada de Tlalpan, en comunidades totalmente fragmentadas.
Además, lo que antes fueron colonias unidas, ahora son totalmente ajenas por este tipo de vialidades.
Bueno, esa es la realidad que tenemos. ¿Cómo la cambiamos? Se necesitan políticas públicas, pero podemos ayudar a que haya buenas políticas públicas si tenemos mejores leyes que vayan induciendo obligaciones, que vayan induciendo otras formas de comportamiento.
Sabemos que no se impone la cultura, que finalmente las pautas de comportamiento es lo más difícil de cambiar, pero podemos contribuir con una parte de la tarea, generando otro tipo de legislaciones que sean vanguardistas.
Aquí se presenta una gran cantidad de iniciativas, es muy plural el senado, hay muchas formas de pensar.
Y, no obstante, yo creo que en esta Legislatura tenemos muchas senadoras y muchos senadores con ideas de avanzada, y deberíamos aprovechar esta coyuntura histórica que se ha presentado ahora, de una nueva correlación que abre ventanitas al pensamiento. Por eso creo que es un buen momento para presentar iniciativas.
Hemos hablado mucho del Parlamento Abierto, ya tenemos hasta una mesa de trabajo sobre Parlamento Abierto; la idea es permearnos de ideas que provienen de la sociedad civil, que no nos apoyemos sólo en las iniciativas que vienen del Poder Legislativo o del Poder Ejecutivo, hay muchas ideas más
¿Cómo construimos nuestra Agenda Legislativa? Bueno, yo he sostenido desde el principio que hay una parte de la agenda que viene del Gobierno, correcto; hay otra parte de la agenda que surge de los propios legisladores y legisladoras, y hay otra parte de la agenda que surge de la sociedad civil.
Acaso esta sea la más interesante, porque cuando se recogen temas legislativos de la sociedad civil, vamos a tener una respuesta de fuera.
Habrá quien diga ese es el camino, eso es lo correcto.
Por eso creo que es interesante, por todo lo dicho, abordar este tema de nuevas legislaciones en materia de movilidad, y hacia una movilidad segura para todos los elementos.
Hay que construir una pirámide inversa. Hoy en día el automóvil es el rey de la movilidad; el automóvil particular, ni siquiera el automóvil de transporte público.
Después está el transporte público, después está la bicicleta, hasta el último está el peatón, es el menos considerado en nuestras formas de movilidad, en todos sentidos.
Construyamos una pirámide al revés y pongamos las bases jurídicas para que ello pueda suceder en los próximos años.
De mi parte hay plena disposición para ayudar en ese sentido y creo que de muchas legisladoras y legisladores.
Si nosotros tenemos un proyecto elaborado de las organizaciones de la sociedad civil, que están en los temas de movilidad, lo hacemos nuestro, le plasmamos nuestra firma y lo presentamos ante el Pleno del Senado.
Bienvenidas y bienvenidos.
Muchas gracias.