Muchas gracias.
Quiero darle la bienvenida a todas y todos a quienes nos acompañan en este evento. Esta reunión nos permite, por un lado, hacer un homenaje a Don Gilberto Bosques, y también, sobre todo a las víctimas del Holocausto.
Nos permite hablar en contra de todas las formas de odio, de discriminación. Y nos permite también, hablar en favor de la paz, de la armonía, de las libertades en el mundo.
Hacemos homenaje a Don Gilberto Bosques quien aportó, entre muchas otras cosas, su esfuerzo para hacer de México una casa abierta al mundo; abierta a los perseguidos en otros lugares del planeta.
Con su esfuerzo, muchos judíos y muchos españoles que huían de los horrores del fascismo, pudieron llegar a México y tener aquí un lugar, un hogar donde vivir.
También, por otro lado, en este momento nos parece muy importante seguir luchando contra todas las formas de odio y de discriminación. Recuerdo, entonces, que en el año 2002-2003, se discutía la Ley Federal contra la Discriminación.
En algún momento, nuestros amigos del Comité Central de la Comunidad Judía en México, se comunicaron con nosotros. Recuerdo que me tocaba presidir la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados; y nos dijeron “ahí falta decir expresamente, que una de las formas de discriminación es el antisemitismo”.
Eso se incorporó en aquel entonces, a esa Ley Federal contra la Discriminación, que no podía estar completa sin ese reconocimiento de una de las más destructivas formas de discriminación que han ocurrido en la humanidad.
Aquí en México, gracias a su gran política exterior, a una noble tradición, recibimos –como decíamos– a miles de personas, de seres humanos que huían de los horrores de la guerra y del fascismo. Llegaron a México y nos nutrieron con su sabiduría y nos nutrieron con su cultura.
Una de las grandes aportaciones que tuvimos, como un episodio paradójico de aquella era, fue que numerosos empresarios, intelectuales, comerciantes, favorecieron a México con su presencia. Las aulas universitarias, se nutrieron de la llegada de muchos intelectuales, judíos y españoles en aquellos años; y también nuestra economía se fortaleció con la presencia de experimentados empresarios y comerciantes, que han seguido nutriendo nuestra vida.
Por lo tanto, agradecemos también que en ese exilio, hayan llegado a México muchos judíos que fortalecieron nuestras finanzas y nuestras universidades.
Hoy, nuevamente nosotros expresamos que somos partidarios de un mundo donde quepan todos los mundos; donde haya tolerancia; donde no haya discriminación; donde no haya odios ni de raza, ni de sexo, ni de clase, ningún odio que nos divida; ningún odio que lleve a la violencia.
Abogamos por un mundo donde haya respeto entre las naciones, donde no haya intervenciones, donde no haya invasiones. Un mundo donde se respeten las libertades de todos los seres humanos, de todas las mujeres, de todos los hombres. Un mundo donde se respeten todas las religiones y todas las formas de pensar. Un mundo que esté abierto para todos los pensamientos, para todas las doctrinas.
Es el mundo que queremos.
En un día como hoy, que realizamos este homenaje a las víctimas del Holocausto y a Don Gilberto Bosques; reafirmamos estos principios que hemos expresado el día de hoy.
Y también, de paso, homenajeamos a esa gran tradición de política exterior que ha tenido México en el mundo, con un gran humanismo y solidaridad.
Bienvenidas todas y todos, amigos y amigas.