SENADOR MARTÍ BATRES: De manera muy especial, sobre todo quiero agradecer la presencia del alcalde de Palermo, Leoluca Orlando. Sea muy bienvenido a México, muy bienvenido al Senado de la República.
Va a ser muy importante el intercambio de puntos de vista.
Podemos decir que toda esta batalla que se ha dado alrededor de los derechos en el tema de la migración, es una de las grandes batallas democráticas globales; es una de las grandes batallas sociales por la inclusión.
Siempre ha habido migración en nuestro planeta. Todos los que vivimos en el Continente Americano somos descendientes de migrantes; los más originarios son descendientes de los que pasaron por el Estrecho de Bering o llegaron por canoas. Pero todos somos migrantes, de alguna manera.
No obstante, más allá de las grandes migraciones que ha habido a lo largo del mundo, hoy en esta época de intensa globalización, además en esta época en que la idea de la globalización se volvió hegemónica en el discurso político internacional; resulta que tenemos un enorme contraste entre la realidad de la migración y la realidad de la globalización.
Se globalizaron los capitales, pero no se globalizó el derecho de los migrantes. Las fronteras cedieron a las grandes presiones de los mercados y por lo tanto, uno puede encontrar fácilmente, en cualquier lugar del mundo, una firma extranjera para los nativos o habitantes de ese lugar. Una firma o muchas firmas.
Nosotros, en nuestra gran Ciudad de México o en cualquier lugar del país, podemos encontrar decenas y decenas de firmas de empresas extranjeras que se han instalado en nuestro país.
Nuestras fronteras se abrieron: se abrieron con la globalización, se abrieron con los acuerdos de libre comercio, se abrieron con nuestras reformas económicas. Y las fronteras de muchos países del mundo también.
Tenemos acuerdos comerciales con otros países, que permiten que los capitales puedan llegar, sin muchos problemas. Pero no hay acuerdos para que las personas puedan transitar, sin muchos problemas.
Las personas fueron relegadas en este proceso de mundialización, es un proceso de mundialización básicamente económico y de poderes económicos. No somos de la idea de que eso haya que revertirlo, ese es un proceso histórico; pero no es posible que se admita que se haya dado este proceso de apertura al dinero, sin la apertura a los seres humanos.
Entonces, ahora es relativamente sencillo que un negocio de un lugar a otro en el mundo sea legal; pero a estas alturas del siglo XXI hay muchas personas que son declaradas ilegales. Es una gran deshumanización lo que ha sucedido.
Pero esta globalización que hemos vivido, paradójicamente ha agudizado las migraciones, porque la concentración de riqueza en algunas metrópolis, ha llevado a fuertes flujos de migración hacia esas metrópolis. La gente busca los lugares donde hay desarrollo, donde hay empleo, donde hay oportunidades; y entonces entre más se cierran las fronteras a la migración, más se buscan, porque hay una concentración de las oportunidades económicas y de futuro en el mundo.
Eso quiere decir que es muy importante la gran reflexión que hay sobre los derechos de los migrantes. Tiene que ser una reflexión mundial, tiene que ir acompañada de un proceso de nuevos acuerdos entre los países del mundo.
Algunos de los elementos, por ejemplo de los acuerdos internos entre los países de la comunidad europea, permiten hablar de ciertas condiciones distintas de la migración, acompañada de ciertos derechos sociales.
Ustedes sabrán hasta qué punto se ha alcanzado esto, pero hay muchos lugares del mundo donde eso no es posible. Por lo tanto, saludamos mucho esta gran discusión sobre la migración.
Recientemente cuando ocurrió esta caravana de migrantes de Honduras a México, el gran punto de consenso en este Senado de la República fue el apoyo humanitario a los migrantes; ese fue el gran punto de consenso y nos congratulamos que así haya sido.
Pero no podemos ignorar que al mismo tiempo, hubo una oleada de opinión pública xenofóbica hacia los migrantes.
Es curioso cómo se da este proceso, es decir, cuando somos un país que se ha quejado de la falta de apertura de nuestros vecinos del norte, cómo se reproduce el discurso hacia el sur. La misma hostilidad que sentimos hacia nuestros hermanos mexicanos, que van hacia el norte; es la misma que proyectamos hacia nuestros hermanos de Centroamérica.
Esto nos habla de una transformación ideológica a lo largo de estos años. En Europa misma, a la que se veía después de la Segunda Guerra Mundial, tan consolidada en sus valores democráticos, vemos cómo en esa región del mundo surgen alternativas políticas ultraconservadoras y racistas, basadas en discursos xenofóbicos, como parte de transformaciones políticas que tienen que ver con la presión de la migración de otras regiones del mundo.
Qué importante es entonces, el tema de la cultura política, de la ideología de los ideales en este tema de la migración. Es un tema económico, es un tema social, es un tema ideológico, político también.
Por lo tanto, quiero agradecer mucho la presencia de ustedes en este Senado de la República, en este foro que es para reflexionar. Pero toda reflexión que corre aquí, influye en el ánimo de senadoras y senadores de las diversas fuerzas políticas para tomar las mejores decisiones, las más humanistas, las más apegadas a los principios de la libertad, de la democracia; las más apegadas a lo que debería ser un mandato universal en los hechos, que es nuestra Declaración Universal de Derechos Humanos.
Bienvenido, alcalde Leoluca Orlando, alcalde de Palermo.