SENADOR RICARDO MONREAL: Presidente, ciudadanos legisladores, legisladoras.
Había pensado no intervenir, pero es conveniente fijar la posición del Grupo Parlamentario mayoritario en la Cámara de Senadores.
Los hombres que obran bien siempre andan temiendo que otros le respondan con las acciones que los propios suyos le merecen. Cuando veas a un servidor pensar más en sus propios intereses que en los vuestros y la sociedad y que interiormente buscan sus propios beneficios, ese hombre nunca será confiable. Pocos podrán tenerle fe.
Fue Maquiavelo quien pronunció esta frase. Dos frases del político florentino que aún tienen vigencia.
He sido parlamentario muchas veces, muchas. Algunos otros compañeros de aquí también, casi siempre de la oposición, casi siempre.
A mí no me molesta ni me extraña el que las estrategias que se usen, las tácticas que se empleen, sean así, ruidosas, incluso discordantes, pero una cosa sí deben saber los miembros de esta Asamblea:
En un parlamento hay acuerdos, no todo es contra ni es todo a favor. Pero cuando hay acuerdos, se honran. Cuando yo fui parte de la oposición, ahora quienes son ya exlegisladores y que fueron coordinadores de mayoría, tomábamos acuerdos.
Acudía con el líder de la mayoría y le decía, oye, tengo cinco propuestas de reserva. Me decían, el 99 por ciento, no podemos Ricardo, no vamos a aceptar ninguna.
Ya, en ocasiones muy distantes, me decían te aceptamos una de las 10, una de las 10, con una condición: vas a votar a favor. Y yo aceptaba, no firmaba nada, pero honraba mi palabra.
Y pueden decirlo, aquí está Gustavo Madero, que fue senador conmigo, al que yo respeto, porque honraba su palabra. Siendo coordinador, nos poníamos de acuerdo y decían: ¿podríamos pactar el debate, Ricardo? Y yo les decía: no. Y lo respetaban. Pero cuando yo decía sí, honraba mi palabra empeñada.
Y recuerdo hombres del PAN extraordinarios: Gómez Verónica, Gerardo Medina, impresionantes porque cumplían con su palabra. Un Parlamento no puede funcionar sin acuerdos.
Cuando a mí, Julio Menchaca y la senadora Olga, me plantearon la posibilidad de modificar la Ley con reservas, le dije: si ustedes creen conveniente, adelante.
La senadora Olga, me dijo: “Ricardo: vamos a lograr mayor consenso con las reservas”.
Le dije: ¿Van a lograr que voten en favor? Sí.
Adelante.
Olga me lo planteó. No lo sé, no lo sé.
Les platico la historia porque entonces, nosotros no tenemos dificultades. Comenzamos en este proceso, nos quedan muchos años y lamento que se estén dando desencuentros, aún con propuestas que ustedes nos hicieron, para intentar mejorar la redacción de las leyes.
Pero entendimos la lección, no hay problema. Finalmente, estaremos viviendo en tracto sucesivo toda una etapa nueva.
Yo viví -se los digo a todos los legisladores- la cerrazón, la exclusión, la sordera de la mayoría, y resistí. Yo no quiero copiar los moldes de aquella mayoría ciega y sorda.
Por eso aceptamos los debates, y por eso ahora les decimos que el Grupo Parlamentario respalda al Presidente de la Comisión de Justicia y a la senadora Olga, que se encargaron del debate.
Tiene todo nuestro respaldo, a pesar de que hubo al interior del equipo reclamos, porque los que hemos sido parlamentarios siempre sabemos que se tiene que ceder para lograr consensos.
No nos sorprende, no nos asusta, no nos conmueve el que se den estos desencuentros, es parte de la vida de un Parlamento. Sólo les decimos que nosotros actuaremos en consecuencia.
Había compañeros que querían votar en contra y cambiar su votación. No lo acepté, porque no es un asunto de caprichos, ni es un asunto de vendettas, es un asunto de conciencia.
Y nosotros creemos y defendemos que el país está hecho un océano de sangre, un panteón, que nunca en la historia de este país, había estado la Nación en un estado de emergencia, nunca.
Territorios completos sin control institucional, en manos del crimen organizado. Un océano de violencia, y por eso creemos que es el momento de crear esta Ley.
Podrán no estar de acuerdo y ese es su derecho, sólo les pido, a aquellos que hicieron compromiso, honren su palabra.
Nosotros actuaremos con certeza, serenidad, pero sin ingenuidad. Actuamos de buena fe, pero no somos ingenuos.
Es, simplemente, una experiencia que lamentamos, que ojalá y podamos, en el futuro, tener más encuentros que desencuentros.
Muchas gracias.