El día de hoy, en el marco con motivo de los 500 años de la llamada “Conquista de México”, su servidora, junto a la senadora Jesusa Rodríguez Ramírez, suscribimos un punto de acuerdo para que la Comisión Permanente del Senado de la República se pronuncie con la finalidad de que el Gobierno Federal y de la Ciudad de México, lleven a cabo diversos actos tendientes a la reivindicación histórica del pueblo de Tlaxcala y de “La Malinche”, como símbolos de los pueblos originarios que durante el proceso de conquista se aliaron en contra de la dominación mexica. A 500 años de la derrota Mexica, la historia y la antropología contemporánea proponen nuevas hipótesis, apoyadas en datos científicos y no en suposiciones, que permiten develar mitos arraigados sobre la historia de los orígenes de nuestra nación que solo han dado lugar a división, prejuicio y discriminación entre mexicanas y mexicanos. Particularmente, hay tres mitos especialmente dañinos para la conciencia cultural nacional que no solo carecen de sustento histórico, sino que objetivamente han sido refutados por estudios tanto nacionales como extranjeros. Se trata de los siguientes mitos: la traición del pueblo tlaxcalteca; la traición de la Malinche; y la imagen de Cristóbal Colón como gran “descubridor” de América. Respecto al mito de la traición del pueblo tlaxcalteca, hoy -y desde hace mucho tiempo- sabemos que el territorio que actualmente ocupa el Estado mexicano no era una nación en el momento de la invasión española, sino que se trataba de un basto territorio habitado por distintos pueblos y culturas, de los cuales, muchos vivían sojuzgados, víctimas de la violencia de un pueblo en particular: el mexica. El pueblo tlaxcalteca fue un importante pueblo guerrero asentado en el centro del actual territorio nacional con anterioridad a la llegada del pueblo mexica, pero que fue sometido por este último en su proceso de expansión política de modo que, para el momento de la llegada de los invasores españoles, los tlaxcaltecas llevaban al menos 60 años de padecer un bloqueo económico por los mexicas para mantenerlos bajo su control. En tal contexto, pese a que el encuentro del pueblo tlaxcalteca con los españoles no fue pacífico, pues de hecho se enfrentaron en tres batallas, su relación inicial de adversarios se tornó en alianza al identificar al pueblo mexica como un enemigo mayor en común. Fue así que la alianza entre tlaxcaltecas y españoles no consistió de modo alguno en traición, pues entre aquellos y los mexicas no existía un vínculo de identidad nacional, al contrario, eran pueblos de orígenes diversos que para ese momento ya se habían constituido como viejos adversarios políticos. Asimismo, a los ojos del pueblo tlaxcalteca, los invasores españoles no eran más que una nueva organización política con la cual resultaba estratégico establecer relaciones de alianza, pues era imposible conocer el resultado histórico que tendrían los acontecimientos de la conquista. No obstante, pese al carácter coyuntural y accidental de la alianza del pueblo tlaxcalteca con los españoles, a más de 500 años de dicho encuentro, sus descendientes, hoy pobladores del actual Estado Libre y Soberano de Tlaxcala, no han dejado de padecer el injustificado estigma histórico de la traición, haciéndolos víctimas de múltiples actos de discriminación en su propio país. Caso similar es el de la figura histórica de la Malinche. El personaje de Malitzin, Malinalli, Marina, popularmente conocida como La Malinche, es un caso paradigmático de interpretación errónea de un acontecer histórico y de una Invención racista y discriminatoria que se fraguó en el siglo XIX y permanece hasta nuestros días. Malitzin, Doña Marina es quizá el personaje más discutido y a la vez más desconocido de la conquista de México. No sabemos con certeza dónde nació, ni donde murió, ni siquiera cuál fue su verdadero nombre. Y sin embargo a ella se le atribuye la responsabilidad de la conquista y se la considera símbolo de la traición, con el único objetivo de favorecer la visión de occidente y su dominio cultural, político y religioso. Lo que sí sabemos es que, Malinche fue una mujer con destacada agudeza intelectual, hablante de varias lenguas, incluidos el náhuatl, el maya y posteriormente el español. No tenía ningún vínculo de identidad con el pueblo mexica, sino que pertenecía al pueblo residente en Tabasco, que al igual que Tlaxcala se encontraba subyugado por el expansionismo de mexica. En este contexto, cuando su pueblo se encuentra con los españoles, ven en estos desconocidos una oportunidad de la alianza que les permitiera liberarse del yugo mexica, razón por la que entregan a la Malinche, sin su consentimiento, a efecto de que ayudara a los nuevos aliados en su empresa contra el enemigo en común. Empero, pese a que la historia hoy es clara sobre el contexto referido, la memoria nacional no perdona el nombre de la malinche, habiendo dado origen al término “malinchismo” malamente definido por la Real Academia de la Lengua Española como la actitud de apego a lo extranjero y desprecio de lo propio, siendo que Malinche no fue otra cosa que una mujer brillante en su tiempo, víctima de esclavitud, utilizada por su propio pueblo para un fin sobre el que ella no tenía capacidad de elección alguna. Finalmente, el mito del navegante Cristóbal Colón como gran descubridor de América es el resultado del discurso occidental hegemónico que pretende invisibilizar la riqueza de la cultura existente en nuestro continente con anterioridad al arribo de los invasores europeos, como una medida para justificar el genocidio y epistemicidio más grande en la historia de la humanidad. Partiendo de lo anterior, el culto a la figura de Colón y cualquiera otra figura vinculada a la invasión de las Américas por las potencias europeas, es actualmente inaceptable para una parte de la población, especialmente para los grupos pertenecientes o relacionados con los pueblos y comunidades indígenas quienes históricamente han sido objeto de múltiples formas de discriminación y victimización. En este sentido, el culto expresado a través de monumentos a personajes como Cristóbal Colón son un mensaje constante de estigmatización para quienes se autoadscriben como descendientes de las víctimas directas de los eventos de la conquista. Al respecto, resulta oportuno el hecho de que, desde el mes de octubre del 2020, el monumento a Colón ubicado en el Paseo de la Reforma fue retirado por el Gobierno de la Ciudad de México, con la finalidad de que sea restaurado, de modo que su ausencia temporal brinda un momento para la reflexión sobre la pertinencia de que este vuelva a ser colocado, a la luz de las exigencias actuales de justicia histórica. Por todo lo anterior en este año en que se conmemoran los 500 años de la conquista de nuestros pueblos originarios, proponemos que la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión se pronuncie en contra de la estigmatización injustificada que históricamente ha sufrido el pueblo de Tlaxcala, así como de todos aquellos pueblos a los que la historia oficial ha invisibilizado su papel de víctimas en el complejo proceso de conquista, mismos que se personifican en la figura de la Malinche.
Es en razón de lo anterior, que se propone las siguientes tres líneas de acción para reivindicación de la memoria histórica de nuestros pueblos originarios:
Primero.- En el marco de la conmemoración de los 500 años de la conquista, la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión hace un pronunciamiento en contra de la estigmatización histórica del pueblo de Tlaxcala y de los otros pueblos originarios que durante el proceso de conquista se aliaron en contra de la dominación del pueblo mexica.
Segundo.- En marco de la conmemoración de los 500 años de la conquista, la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión exhorta a la Secretaría de Educación Pública para que, en el ámbito de sus competencias y de conformidad con la función de la nueva escuela mexicana, se fomente el pensamiento crítico en la enseñanza de la historia nacional, a fin de superar los prejuicios sobre el papel histórico de los pueblos originarios que durante el proceso de conquista se aliaron en contra de la dominación del pueblo mexica.
Tercero.- En el marco de la conmemoración de los 500 años de la conquista, la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión exhorta respetuosamente al Gobierno de la Ciudad de México a que, una vez concluidos los trabajos de restauración de la estatua de Cristóbal Colón, originalmente ubicada en el Paseo de la Reforma, esta sea reubicada en una institución cultural como pieza histórica y en su lugar se coloque un monumento a La Malinche, en representación de los pueblos originarios que durante el proceso de conquista se aliaron en contra de la dominación y violencia del pueblo mexica.