PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO POR EL QUE EL SENADO DE LA REPÚBLICA EXHORTA RESPETUOSAMENTE A LA DELEGACIÓN REPRESENTANTE ANTE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS, APRUEBE SIN RESERVAS LA DECLARACIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LOS CAMPESINOS Y OTRAS PERSONAS QUE TRABAJAN EN LAS ZONAS RURALES.

El suscrito, senador JOSÉ NARRO CÉSPEDES, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Movimiento de Regeneración Nacional en la LXIV Legislatura del Senado de la República, de conformidad con lo establecido en los artículos 8, fracción II, 108, 109, 110 y 276 del Reglamento del Senado de la República, someto a la consideración de esta Soberanía, la siguiente Proposición con Punto de Acuerdo de urgente resolución con base en las siguientes:

CONSIDERACIONES

El pasado miércoles 26 de septiembre, en la trigésimo novena sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (Ginebra Suiza), con 33 votos a favor, 11 abstenciones y 3 votos en contra, se aprobó la Declaración de los Derechos de los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales.

Dicha Declaración establece los derechos para un sector de la población que se dedica a la producción a pequeña escala de alimentos, ya sea para el mercado o para el autoconsumo.

La forma de producción de alimentos campesina es sustentable, ecológica y saludable pues los campesinos mantienen un vínculo especial con la tierra, el agua y la naturaleza, que son sus medios de subsistencia y donde asientan su cultura, y a la vez ha permitido la conservación y el mantenimiento de la biodiversidad.

Desafortunadamente, los campesinos y trabajadores rurales en el mundo entero se encuentran en condiciones de vulnerabilidad cada vez mayor, ya que enfrentan de manera directa las consecuencias de la degradación del medio ambiente y el cambio climático.

Además, la falta de incentivos y la desvalorización de la vida rural ha motivado una descampenización y el envejecimiento de la población rural, dado que los hijos de los campesinos prefieren migrar a las ciudades.

Aunado a ello, el desalojo y el desplazamiento son otros motivos por los cuales los campesinos tienen que abandonar sus actividades. Exponiendo la soberanía alimentaria del país y los recursos naturales.

En México, la agricultura campesina produce los alimentos del país, y sin embargo es donde se encuentran los mayores índices de pobreza, hambre y mal nutrición.

Los trabajadores agrícolas, los jornaleros que se trasladan temporal o de forma permanente a los centros de la agroindustria, carecen todavía de los derechos laborales propios a su condición migrante.

De aprobarse por la Asamblea General de la ONU, los campesinos y trabajadores del campo contarán con un marco legal internacional para defender su derecho a la tierra, a las semillas, la biodiversidad, los mercados locales y mucho más. Así como reclamar justicia y políticas nacionales favorables en materia de alimentación, agricultura, semillas y tierras.

Celebramos el voto favorable a esta resolución por parte de la delegación de México en el Consejo de Derechos Humanos.

A pesar de que la representante mexicana mantuvo sus reservas en tanto que la resolución duplica los derechos contenidos en otras resoluciones ya aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

 “no se pueden otorgar derechos especiales a un sector productivo” expresa.

Es decir, no se pueden otorgar derechos “especiales” a los campesinos y trabajadores rurales que tradicionalmente han producido los alimentos, que han enfrentado las inclemencias del clima, principalmente sequías e inundaciones y del capital, por falta de tecnología y competencia desleal en el mercado internacional.

Por lo anteriormente expuesto, me permito presentar con carácter de urgente resolución el siguiente:

PUNTO ACUERDO

El Senado de la República exhorta respetuosamente a la Delegación ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas a votar en favor de la Declaración de los Derechos de los Campesinos y Trabajadores Rurales, que será presentada en la Tercera Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidasen Nueva York en octubre, y que será votada en noviembre de 2018.