
Senadoras y senadores, la Cuarta Transformación ha marcado un antes y un después en la forma en que el gobierno se relaciona con su pueblo.
Actualmente busca la eficacia, eficiencia, transparencia y, por supuesto, la eliminación de la corrupción.
La reforma que ponemos a su consideración a los artículos 25 y 73 de la Constitución es un pilar fundamental en la construcción del segundo piso a cargo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien se ha planteado consolidar un Estado moderno verdaderamente al servicio de la nación mexicana.
En la Cuarta Transformación de la vida pública del país, hemos de sepultar el oscuro pasado burocrático, dando a luz a un gobierno digital a nivel nacional.
La digitalización es una necesidad imperante para garantizar un gobierno ágil, transparente y accesible para todas y todos. Con la reforma que hoy aprobaremos será obligación de todas las autoridades en todos los órganos de gobierno de implementar políticas públicas orientadas a la simplificación administrativa, a la digitalización de trámites y servicios, a la aplicación de buenas prácticas regulatorias y al desarrollo de capacidades tecnológicas en la gestión pública. También se faculta al Congreso de la Unión para expedir una ley nacional que establezca un sistema de gobierno digital para mejorar la eficiencia gubernamental y erradicar la corrupción.
La digitalización en México ha crecido de manera significativa en los últimos años. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en 2022, el 75% de la población tenía acceso a Internet. El número continúa en ascenso y para 2023, según la Encuesta Nacional de Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información, en los hogares, 97 millones de personas de 6 años o más ya tenían acceso a Internet.
Además, 97.2 millones de personas usaban telefonía móvil y el 43.8% de los hogares contaban con una computadora. Estos datos reflejan que la digitalización es parte de la vida cotidiana para acceder a la información, a la educación y a los servicios públicos, además de fortalecer sectores estratégicos de la economía. Sin embargo, el Gobierno aún enfrenta grandes retos en la eficiencia de sus trámites.
Actualmente, el 75% de los trámites deben hacerse de manera presencial, lo cual limita la accesibilidad y la rapidez de la atención, perpetuando los problemas heredados por las administraciones neoliberales del pasado. Muy pronto serán tangibles los beneficios de la presente reforma. En breve, habrá un mayor control sobre los procesos administrativos, se reducirá la discrecionalidad de los servidores públicos al eliminar intermediarios y con ello la corrupción, la opacidad, la discrecionalidad en la toma de decisiones, promoviendo así la legalidad, la certeza y la confianza en las instituciones.
Y por si fuera poco, además, se reducirán los costos operativos de la administración pública al disminuir el uso del papel, el mantenimiento de las oficinas físicas y la duplicidad de los trámites, logrando un Gobierno no sólo eficiente, sino austero. A lo largo de la historia, la burocracia excesiva ha sido un obstáculo para el crecimiento económico del país. Con esta reforma, impulsamos la inversión y la generación de empleos, creando un entorno más favorable para la actividad empresarial y para la ciudadanía en general.
En la Cuarta Transformación tenemos principios, tenemos visión y un compromiso inquebrantable con el pueblo de México y con la justicia social.
Nuestra presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, quien cada día se eleva como la espuma en el ánimo de la población, ha sido una impulsora ejemplar de la modernización digital cuando fue jefa de gobierno de la Ciudad de México, y hoy ese logro local lo elevamos a nivel nacional. Con determinación y firmeza, cumplamos los objetivos de desarrollo sostenible contenidos en la Agenda 2030 con los que se ha comprometido nuestro país.
Hagámoslo con la certeza de ser poseedores de la confianza del pueblo de México.