Voto particular presentado en la sesión plenaria donde se discutieron las reformas constitucionales en materia de igualdad sustantiva.
Senadora Alejandra Berenice Arias Trevilla
Muy buenas tardes compañeros senadores, pero sobre todo compañeras senadoras. Felicidades, estamos haciendo historia.
Con su venia. El día de hoy tenemos el honor de votar y será por unanimidad una reforma constitucional histórica: igualdad sustantiva.
Esta iniciativa presentada por nuestra presidenta Claudia Sheinbaum promueve un cambio histórico, simbólico y sustancial para la vida de millones de mujeres mexicanas. No hay derecho sin perspectiva de género, no hay Estado sin mujeres y no hay desarrollo económico sin el cuidado del hogar.
Por ello, es importante recordar que la exclusión de las mujeres de la justicia y los derechos se ha dado desde el propio comienzo de la organización social, la cual ha contado con un amplio sistema dominado por hombres compartiendo de manera exclusiva su propia experiencia. Dejemos claro lo siguiente, la igualdad sustantiva va más allá del establecimiento formal dentro de leyes o normas. Este concepto busca que se remuevan todos los obstáculos sociales, económicos, políticos, culturales e incluso circunstanciales en los que se encuentren las personas pertenecientes a los grupos históricamente en desventaja y que, por lo tanto, les impide acceder de forma real y efectiva a sus derechos.
Y podrán preguntarse si actualmente la Constitución en su artículo 4º establece que los hombres y las mujeres son iguales ante la ley, ¿para qué reformamos la Constitución? A lo que yo les respondo.
Cuando la norma está redactada de forma neutra, sin reconocer los elementos, condiciones o situaciones que atraviesan las mujeres, invisibiliza las propias desventajas y vulnerabilidades que recorren en su vida. Por lo tanto, reitera los obstáculos para el pleno goce de sus propios derechos.
Y compañeras y compañeros, lo que no se nombra no existe. Esta propuesta es la creación materializada de puentes necesarios para lograr la construcción de un México en el que las mujeres podamos vivir libres, sin violencia y con igualdad de oportunidades reales y tangibles.
El reconocimiento de la violencia contra las mujeres por el hecho de serlo nos ha permitido analizar la complejidad del problema, la diversidad de los tipos de violencia, sus vías de manifestación, así como los espacios en los que se presentan.
Incluso y en virtud de esto, es que se han hecho visibles otras formas de violencia que estaban socialmente aceptadas o no eran identificadas, como por ejemplo microagresiones, violencia simbólica, psicoemocional, patrimonial, violencia física, económica, vicaria, obstétrica, violencia reproductiva, violencia sexual, violencia digital y la más extrema, la violencia feminicida.
Por otro lado, con relación a la incorporación permanente de la paridad de género en todo, dentro de todos sus niveles se promueve el ascenso merecido a mujeres en espacios de dirección, así como la necesaria perspectiva política de sus experiencias, voces y capacidades.
Compañeras y compañeros senadores, nos encontramos en un momento histórico para devolverle a las mujeres, niñas, niños y adolescentes que se han visto en una constante situación de violencia sistémica, la vida, libertad y dignidad que se merecen.
Las mujeres mexicanas merecemos espacios libres y seguros, merecemos una atención plena y efectiva a cualquier tipo de violencia emitida en nuestra contra, en cualquier rincón de nuestro país, merecemos salarios dignos con relación a la cantidad de esfuerzo en nuestro hogar o nuestro lugar de trabajo, merecemos fiscalías que investiguen y atiendan los casos con perspectiva de género, merecemos un Estado que atienda nuestras necesidades y defienda nuestras causas.
Quiero resaltar y destacar, para terminar, que ante la llegada de nuestra primera mujer presidenta de la República, es que el poder y la historia se están escribiendo de distinta manera.
Muchísimas gracias y felicidades, estamos haciendo historia.