- La política de bienestar más amplia en la historia reciente es la que ha iniciado este gobierno de Andrés Manuel López Obrador, puntualizó el legislador.
Pese a la resistencia de estructuras corruptas, hoy la Cuarta Transformación construye los cimientos de un nuevo Estado a través de reformas constitucionales, legales y en materia de bienestar social, aseguró el senador Ricardo Monreal Ávila. Estamos ante la política social más profunda de las últimas décadas, apuntó.
Durante su participación en el Foro “Hacia la Construcción de Estados de Bienestar en las Américas”, el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena subrayó que “la política de bienestar más amplia en la historia reciente de nuestro país es la que ha iniciado este gobierno de Andrés Manuel López Obrador”.
El legislador detalló que entre los pilares de esta transformación se encuentra la separación del poder económico y el poder político; el combate sin tregua a la corrupción y la impunidad; el fin de privilegios y excesos; e imponer a la honestidad y la austeridad como políticas de Estado.
Indicó que esta tarea no ha sido sencilla, pues ha habido críticas y señalamientos, esto debido a la resistencia de estructuras corruptas con redes institucionales de protección.
Recordó que, a diferencia de otros países, México no adquirió deuda externa o interna, sino que, con los propios ingresos, implementó una política de bienestar más fuerte, orientando el apoyo a las personas más necesitadas y vulnerables.
El senador señaló que la presencia inesperada de la pandemia por Covid-19, ha destapado una crisis humanitaria y económica en el mundo, incluso, apuntó, antes de su llegada ya se presentaba en algunos lugares del mundo un agotamiento del modelo económico neoliberal, el cual ha provocado una gran concentración de la riqueza en unos cuantos, pobreza extrema y una profunda desigualdad.
Por ello, indicó, es impostergable un debate sobre el Estado de Bienestar, pues son enormes los desafíos y los retos que hay en frente. Detalló que las pandemias, históricamente, son un factor de cambio, por lo que se avecina una transformación en la lógica económica política y social, en la que todos deben aportar lo mejor.
El legislador dijo que la pandemia provocará un desajuste importante en todo el mundo, por lo que están obligados a tomar medidas para detener la desigualdad. Para esto, afirmó, es necesario deliberar sobre la progresividad fiscal y una distribución del ingreso más equitativa.
Puntualizó que los sistemas de protección social deben ser una prioridad para los gobiernos del mundo, quienes, a pesar de la emergencia sanitaria, tienen que garantizar que la esfera de protección de los derechos básicos de las personas no sea trastocada y evitar las acciones que contribuyan a aumentar la desigualdad.
En este sentido, informó que, en México, el 41.9 por ciento de la población vive en pobreza, y el 48.8 por ciento percibe un ingreso inferior a la línea de pobreza. Asimismo, señaló que, de 2008 a 2018, la mejoría fue mínima.
Un factor importante para el crecimiento de la desigualdad, explicó, fue el empoderamiento de la corrupción, la cual impidió, durante años, que los recursos fueran aplicados en beneficio de las personas que más lo necesitaban. En su lugar, puntualizó, se fomentaron negocios personales que no aliviaron la situación del país.
Agregó que otro factor a considerar es que, desde hace décadas, el rol del Estado mexicano fue perdiendo preponderancia, especialmente con la instalación de las políticas económicas dictadas por el Consenso de Washington, implementadas con mayor fuerza en México a partir de 1988. “El Estado pasó de ser garante de derechos a gestor de oportunidades”, apuntó.
La tecnificación de la política llevó a los gobiernos anteriores a diseñar programas basados en cálculos y porcentajes que recurrentemente probaron no ser efectivos para ayudar a que las personas salieran de la pobreza, aseveró.
Monreal Ávila señaló que, en México, 21 millones de personas tienen rezago educativo, y 20 millones no tienen acceso a los sistemas de salud. Además, 71 millones de personas no cuentan con seguridad social, como consecuencia de la inefectividad de construir un Estado de bienestar que comprenda las características de la realidad mexicana.
Afirmó que este esquema económico propició que un gran porcentaje de las y los trabajadores mexicanos pasaran a las filas de la informalidad. Actualmente, pormenorizó, cerca del 56 por ciento de la población económicamente activa se encuentra en este sector.
Esto, agregó, representa un doble problema, por un lado, provoca una baja recaudación tributaria, lo cual dificulta incrementar los recursos que podrían ser utilizados para generar nuevos programas; por otro, aísla al sector informal del modelo de país, negándoles el acceso a los servicios públicos.
Lamentablemente, sentenció, esto fue lo que heredó la Cuarta Transformación. Por esto, afirmó, durante los dos primeros años de este gobierno, uno de los objetivos principales ha sido romper esa inercia de desafección y de falta de responsabilidad estatal, asegurando y ampliando los derechos de las y los mexicanos para empezar a construir los cimientos de un Estado de bienestar al que debemos aspirar.