- Reconoce el compromiso del Presidente Andrés Manuel López Obrador de buscar que la empresa indemnice como siempre debió hacerlo y retomar las labores de rescate de los cuerpos
- Asegura el senador que esta catástrofe deja como evidencia lo que la avaricia desmedida puede provocar y la necesidad de generar una nueva cultura patronal que se preocupe por las y los trabajadores
El senador Napoleón Gómez Urrutia afirmó que la tragedia de Pasta de Conchos, en la que murieron 65 trabajadores, será un infame testimonio para la posteridad, ya que sigue impune a 15 años del derrumbe de la mina y dijo que la exigencia de justicia ha sido una de las demandas del Sindicato Minero, de las viudas y familiares, y de las comunidades mineras que conocen bien la negligente forma de operar de la empresa Grupo México.
Reconoció la voluntad y el compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador por atender las exigencias de los deudos, sobre todo por instruir retomar las labores de rescate -que estarán a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)-, por lo que confió en que antes de que concluya este sexenio se puedan tener avances contundentes.
Sin embargo, el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana lamentó que las investigaciones sobre el siniestro ocurrido el 19 de febrero de 2006 quedaran inconclusas, a pesar de que han existido elementos para fincar responsabilidades a Grupo México, propiedad de Germán Feliciano Larrea Mota Velasco.
Puntualizó que la organización sindical señaló múltiples y severas deficiencias en las medidas de seguridad de la mina que no fueron atendidas, por lo que después del accidente se interpusieron denuncias por homicidio industrial y negligencia en contra de la empresa, que desafortunadamente fueron “archivadas” por los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Sostuvo que Grupo México se ha caracterizado por su negligencia e irresponsabilidad no sólo en la tragedia de Pasta de Conchos, sino también en la catástrofe ambiental del río Sonora y en el derrame de sustancias tóxicas en el Mar de Cortés, por mencionar algunos casos, que tampoco han sido sancionados.
Gómez Urrutia señaló que Larrea siempre ha preferido recurrir al tráfico de influencias, así como al chantaje y las amenazas contra los trabajadores y las comunidades para evadir sus responsabilidades sociales, ambientales y laborales.
Manifestó que las propias viudas de los mineros muertos le han externado al Presidente de la República que el acuerdo con el Gobierno Federal “no nos limita de seguir demandando justicia”.