- El legislador recordó que la Corte avaló la consulta popular para enjuiciar a expresidentes; una decisión determinante en el combate a la impunidad y a la corrupción social y política.
- La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ha sido una institución indispensable para salvaguardar el Estado de derecho como uno de los pilares de nuestra democracia, aseguró el senador Ricardo Monreal Ávila.
En un artículo nombrado “Las supremas cortes de justicia en diversos países y su impacto en la sociedad”, el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena aseveró que dicho organismo no ha dudado en hacer valer la Constitución, por ejemplo, entre poderes locales y federales.
En este sentido, recordó que la SCJN avaló la consulta ciudadana para determinar si el pueblo quiere o no que se enjuicie a los expresidentes de la República u otros responsables políticos. Ello es y será un logro determinante en el combate a la impunidad y a la corrupción social y política, apuntó el legislador.
“Sin duda, la Corte deberá seguir siendo la guardiana de la Constitución, es decir, de los derechos individuales, sociales, políticos y democráticos de la población”, puntualizó.
Explicó que la división de poderes, en ejecutivo, legislativo y judicial, se establece con el objetivo de que existan pesos y contrapesos para que los tres se equilibren entre sí y no se presente una concentración de funciones en uno solo.El Poder Ejecutivo ejecuta; el Legislativo, legisla, y el Judicial, juzga conforme al control constitucional de las leyes, apunta.
Afirmó que la independencia del Poder Judicial respecto a los otros dos es fundamental, ya que deben resolver diferendos entre autoridades centrales y locales, y entre mayoría y oposición políticas, hasta cuestiones trascendentes y diversas, como la interrupción voluntaria del embarazo o la participación directa de la ciudadanía en las decisiones públicas.
Detalló que en el mundo existen distintas formas para nombrar a magistradas y magistrados, sin embargo, señala, siempre existe un componente político en su designación, pues quienes los proponen siempre buscan ciertos valores afines a su política o ideología.
Monreal Ávila indicó que, a pesar de que la Corte es la máxima interprete de las leyes y pueden interpretar su sentido o significado, apuntó, no tienen un poder ilimitado, ya que sin el apoyo de las otras dos ramas del gobierno no podrían imponer sus sentencias en un país.
Esto significa que las decisiones de las Cortes Supremas serían letra muerta, por ejemplo, sin el uso legítimo de la fuerza como facultad constitucional del poder Ejecutivo para llevarlas a cabo o instrumentarlas, o sin la liberación de los fondos necesarios por parte del Congreso para el disfrute de un derecho, puntualizó.
Debido a esto, indicó, se puede observar que las supremas cortes pueden contradecir al poder en turno que, en muchas ocasiones, llevó a designar y a ratificar a sus integrantes o a algunos de ellos, generando con esto cambios sociales, políticos, jurídicos y económicos importantes para los países, lo cual habla de una auténtica división de Poderes.