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Querida y estimada presidenta de la CNDH, maestra Rosario, gracias por estar aquí ante esta soberanía, le damos la más cordial de las bienvenidas y celebramos con mucho gusto su transparencia, su honradez, su trabajo permanente a favor de los derechos humanos de las y de los mexicanos.
La realidad es que hoy podemos hacer consultas en la página de internet de la CNDH y podemos revisar de manera puntual los informes que emite y podemos hacer una comparativa y remontarnos a los números de 1990.
El problema de la oposición es que hace una comparativa en una población que ha crecido exponencialmente, en 1990 apenas rebasábamos los 80 millones de mexicanos y mexicanas, hoy en el 2025 rebasamos 130 millones de mexicanos y mexicanas, más de 12 millones de migrantes en los Estados Unidos. De hecho, no debería tener punto de comparación, pero aún así debo decir que los resultados han sido muy significativos, pues ya se ha dicho que tan sólo al frente de la Presidencia la maestra Rosario ha emitido el 60 por ciento de las recomendaciones en toda la historia de la CNDH, en el 2024 tan sólo 317 recomendaciones.
Esto habla de un trabajo significativo a favor de los grupos más vulnerables, ha trabajado por niñas, niños, adolescentes y familias, personas jóvenes y mayores, personas desaparecidas, personas con VIH/SIDA, personas privadas de la libertad, personas indígenas y afrodescendientes en reclusión, personas en condición de movilidad, entre ellas las y los migrantes, los periodistas y las personas defensoras civiles. O sea, hay muchísimo trabajo.
Lo que la oposición no habla es de las graves violaciones de personas buscadoras desaparecidas en el estado de Guanajuato, por ejemplo, o de la grave crisis de seguridad que azota todos los días a las y a los guanajuatenses. No habla, por ejemplo, de que Guanajuato es el estado donde más asesinatos se han cometido contra periodistas. También hay 17 municipios donde se ha decretado alerta de género. Yo le pediría a la oposición que fuera muy responsable a la hora de dar cifras, pero a mí me parece muy destacado lo que la presidenta Rosario ha realizado al frente de la CNDH.
Hoy no sólo el Poder Judicial representa una burocracia dorada, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos también lo fue antes de la llegada de la maestra Rosario, se servían con la cuchara grande. Gastaban a diestra y siniestra.
El 2 de octubre de 1968, Tlatelolco se tiñó de sangre y de dolor. Más de 300 jóvenes fueron asesinados por un estado represor que utilizó la violencia para sofocar la voz de quienes buscaban justicia y libertad. Este crimen de estado marcó nuestra historia y expuso las prácticas de un régimen que nunca se preocupó por el pueblo, ironías de nuestro pasado.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos nació en el 90 bajo la sombra de Fernando Gutiérrez Barrios, uno de los principales cómplices de violaciones sistemáticas de los derechos humanos. El mismo Gutiérrez Barrios, responsable de la matanza de Tlatelolco, que fue premiado al ser nombrado secretario de Gobernación en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
Durante décadas la CNDH fue un instrumento de simulación, creada para aparentar compromiso con los derechos humanos ante la comunidad internacional, mientras encubría torturas, desapariciones forzadas y crímenes de estado.
La CNDH no protegía las voces del pueblo, las callaba, opacaba, no había estado de derecho y mucho menos democracia. Hoy vivimos en una democracia plena, donde todas y todos también tenemos derecho a disentir, por eso es importante hoy reconocer que los tiempos han cambiado. Y con la llegada de la Cuarta Transformación, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos rompió las cadenas del pasado y se puso al servicio del pueblo.
Bajo la dirección de la maestra Rosario Piedra Ibarra, la CNDH ha dejado de ser un instrumento de simulación para convertirse en una verdadera defensora de los derechos humanos de las y de los mexicanos. En 2019 la CNDH era la institución de derechos humanos más costosa del mundo y una de las menos eficientes. Hoy la CNDH le cuesta menos al pueblo y trabaja más que nunca, los niveles salariales fueron reorganizados para garantizar justicia laboral, los altos mandos ganan menos y el personal operativo recibe salarios dignos.
La paridad de género es una realidad con un 52 por ciento de las mujeres en plantilla laboral. Además, se eliminaron privilegios como el uso personal de automóviles, guardaespaldas y secretarios particulares. Concluyo, presidente.
Gracias. Hoy con menos recursos, pero mejor distribuidos, se obtienen mejores resultados. El porcentaje del presupuesto destinado a la defensa y protección de los derechos humanos pasó del 54 al 73 por ciento.
Esto demuestra que cuando los recursos se administran con austeridad y transparencia, el impacto es mayor y beneficia directamente al pueblo. Por eso, en nombre del pueblo de México, refrendamos nuestro compromiso a su labor, a su trabajo, estimada maestra Rosario, y no nos arrepentimos en coadyuvar a las dos terceras partes que garantizó la mayoría calificada, para que usted a partir del 13 de noviembre del 2024 refrendara esta encomienda que también el pueblo de México le ha dado. Felicidades y enhorabuena.
¡Que viva la CNDH y que viva la maestra Rosario!