Con su permiso presidente y el del pueblo de México.
Hoy recibiremos con honores a un servidor público que ha entregado su talento y amor a nuestro país, el doctor Juan Ramón de la Fuente, que encontrará en el Senado a un aliado para que el nombre de México siga resonando alto y claro en el mundo entero.
Nuestros principios de política exterior nos enorgullecen, se sintetizan en la doctrina Estrada y se mandata en el artículo 89 constitucional.
El principio de autodeterminación de los pueblos, el principio de no intervención porque respetamos la soberanía ajena tanto como deseamos que se respete la nuestra. El principio de solución pacífica de controversias porque anteponemos el diálogo como forma prioritaria para resolver conflictos convencidos de que la política existe como herramienta para evitar la guerra y el principio de cooperación internacional.
En el México de la Cuarta Transformación nos tomamos estos valores muy en serio, pues heredamos una heroica tradición de recepción con quienes fueron perseguidos en sus países por defender la libertad y la democracia, algo que nos legó un amplísimo prestigio internacional, pero también invaluables aportes como los realizados por el exilio español y el chileno.
Tras recibir el plan de trabajo propuesto por el doctor de la Fuente, celebramos que éste no sólo representa a cabalidad la forma en la que nos relacionamos con los pueblos en el mundo, sino también con una parte del nuestro, propio, aquellos que huyendo de la pobreza y de la violencia cruzaron la frontera y hoy los llamamos paisanos.
Y aquí quiero hacer un paréntesis porque nuestros paisanos en los Estados Unidos no merecen sólo una mención, pues son un pilar fundamental del bienestar en nuestro país y con su esfuerzo incansable reparten en México cerca de 70 mil millones de dólares, más del doble de lo que dispersa la pensión de adulto mayor que hoy dignifica la vida de millones de abuelitas y abuelitos. No hay palabras suficientes para agradecerles el amor por nuestras familias que son las suyas y por nuestra patria que también es la suya.
A quienes trabajan en las lecherías, recogen las berries, levantan techos, paredes y edificios completos, trabajan de meseros y cuidan del hogar ajeno. A quienes llegan como pueden a tierra ajena, batallan con un idioma desconocido y enfrentan cabeza en alto el racismo y la discriminación de la derecha ultraconservadora que no vamos a permitir que crezca en México. A ellas y a ellos, nuestros amados paisanos les decimos gracias, gracias, gracias.
Son prioridad de nuestra presidenta y son también el corazón del plan de trabajo del doctor de la Fuente que propone la digitalización de servicios consulares para evitar burocracia, atención rápida y digna y documentos de identidad accesibles. En resumen, que la política humanista de la 4T llegue fuera de nuestras fronteras para cuidar y acompañar a nuestros compatriotas.
Pero no sólo documentos y trámites, también defensa legal para reaccionar ante deportaciones masivas, detenciones ilegales, casos de violencia y abusos laborales tan frecuentes entre nuestros jornaleros que muchas veces no denuncian por miedo a ser deportados.
Se propone además crear un observatorio para monitorear las leyes anti inmigrantes como las impulsadas por el gobernador racista de Texas y así estar preparados para la ofensiva diplomática y jurídica.
Y como es tiempo de mujeres, celebro la propuesta de paridad al frente de consulados, embajadas, misiones y oficinas de enlace.
Lo tenemos claro, para nuestros paisanos exigimos el respeto que deben ofrecer y que debemos ofrecer todos como autoridades a quienes viven en nuestro territorio los cinco fenómenos de la migración, origen, destino, tránsito, retorno y el quinto silencioso, la espera, para quienes aquí viven la incertidumbre de sus trámites y solicitudes ante el país vecino. Nuestro norte también es el sur, por lo que seguiremos construyendo con los pueblos hermanos de América Latina.
Hoy México encabeza una segunda ola de gobiernos progresistas en la región, acompañada con los liderazgos de Lula, Petro, Xiomara, Boric y muchos más. No en vano tenemos a la primera mujer presidenta en Norteamérica, la doctora Claudia Sheinbaum, que fue recibida por el mayor número de delegaciones internacionales y jefes de estado en nuestra historia. También continuará la integración con nuestro principal socio comercial con la revisión del T-MEC.
En el pasado sexenio enfrentamos retos importantes como el doloroso asalto a nuestra embajada en Quito, donde el gobierno de Ecuador decidió violar todos los principios de derecho internacional socavando nuestra integridad territorial, lo que llevó a la firme decisión de romper relaciones diplomáticas.
El pueblo de México es generoso pero tiene memoria y no olvida las vergüenzas diplomáticas que los gobiernos neoliberales nos hicieron pasar con “el comes y te vas” de Fox, o el penoso episodio de Calderón con el robo de celulares Blackberry a diplomáticos estadounidenses. De hecho algunas de ellas no sólo fueron vergonzosas, también profundamente dañinas como la Operación Rápido y Furioso.
Fíjense qué tanto hemos cambiado que pasamos de acordar en tiempos de Calderón el tráfico de armas a denunciar ante la Corte Estadounidense a los vendedores y fabricantes de armas que llegan a México.
Al doctor Juan Ramón de la Fuente le manifestamos el respaldo firme de esta soberanía para seguir fortaleciendo el digno y soberano papel de México en el exterior que hoy se erige como potencia mundial ante un mundo asediado por la guerra y la desigualdad.
Será un honor, doctor Juan Ramón de la Fuente, llamarlo canciller.
Muchas gracias.