Voto particular presentado en la sesión plenaria donde se discutieron las reformas constitucionales en materia de igualdad sustantiva.
Senadora Beatriz Mojica Morga
Con su venia, presidente.
Primero quiero reconocer a nuestra primera mujer presidenta de este país, la doctora Claudia Sheinbaum, porque esta es la primera reforma constitucional que ella envía al Senado, y que cumple un compromiso de campaña que hizo con miles, millones de mujeres, que velaría por la libertad y la dignidad de las mujeres. Esta reforma muestra que la palabra de las mujeres tiene gran valía.
Siete artículos de la constitución para la igualdad es una celebración para miles, millones de mujeres y para el corazón, porque estas reformas de estos siete artículos garantizan la lucha contra las violencias, garantizan la paridad sustantiva y garantizan la igualdad salarial y laboral. Esta reforma será uno de los cambios sin duda legislativos más importantes en la historia de nuestro país, porque dará pie a cambios estructurales en lo social, en lo económico, en lo cultural.
Este es el camino, la incorporación de las mujeres, es el camino al combate a la pobreza, a la tensión de las causas de las violencias y a las desigualdades, porque cuando nosotros ponemos en el centro a las mujeres y a las niñas, abrimos miles de oportunidades para el desarrollo de nuestro país.
No solamente porque las mujeres contribuimos desde nuestro trabajo no remunerado en los hogares a fortalecer el PIB de los países y de nuestro país, aún más que los hombres, sino porque abrir las brechas para que las mujeres participemos en igualdad de circunstancias siempre va a mejorar las condiciones de las familias, tanto en lo económico, en lo social y también en el ámbito de la felicidad.
Este es un gran avance en el sueño de nuestras ancestras y de nuestras mayoras feministas, de nuestras abuelas que no tenían derecho a votar, de nuestras madres que no podían estudiar porque eran mujeres, de nuestras hermanas que salieron a las calles a exigir igualdad una y otra vez el 8 de marzo para pedir derechos plenos.
Esta reforma le abre las puertas a nuestras hijas y a nuestras nietas a tener derechos plenos, a soñar en que pueden ser lo que quieran ser, lo que quieran ser astronautas, doctoras y hasta, desde luego, presidentas.
El que el Estado mexicano asuma en su artículo 4 el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencias y que se asuma la obligación de tener derechos reforzados de protección a las mujeres, adolescentes y niñas es un gran avance, es un avance fundamental porque implica la congruencia y la perspectiva de género que son características de la cuarta transformación. Esta reforma constitucional pone a México en la vanguardia en los derechos de las mujeres y en la participación de las mujeres.
Esto que era un sueño de nuestras ancestras es hoy una realidad, gracias a que tenemos una mujer en la presidencia de la república, pero gracias también a que tenemos a muchas mujeres que nos abrieron brecha aquí en el poder legislativo y yo quiero reconocer sin lugar a dudas todo el trabajo y esfuerzo que durante muchos años han hecho muchas mujeres de todos los partidos, pero mi reconocimiento especial a Malú Mícher, a Amalia García, a Laura Itzel, que nos abrieron camino allá en esos entonces cuando no había ni siquiera la cuota de género y cuando se hizo la cuota de género, algunos decían, y yo lo recuerdo, ¿para qué quieren la paridad? Si, ¿para qué quieren el 30, el 50% si pueden tener el 60%?
Y entonces decíamos también, porque las mujeres no queremos ser gandallas, porque cuando las mujeres tomemos el poder y tomemos las legislaturas y podamos avanzar, entonces tendremos también más oportunidades, pero no queremos el 60%, sólo queremos lo que nos pertenece, somos el 52% de las mujeres en este país, 41% y por tanto tenemos ese derecho, por eso hemos seguido en esta lucha, yo quiero agradecerle de verdad a todas esas mujeres que desde su trabajo legislativo han hecho posible que hoy logremos el sueño de la paridad y claro que no hemos terminado, esto apenas es otra vez el principio de una gran lucha que tendremos que seguir, porque si mientras tengamos, sigamos teniendo mujeres en condiciones de pobreza y en condiciones de violencia, claro que tenemos que seguir la lucha, pero larga vida a las mujeres, larga vida a nuestra presidenta Claudia Sheinbaum.
Muchísimas gracias.