- Con ello se fortalece la estructura de mando y profesionalización de las Fuerzas Armadas: Ana Lilia Rivera.
Por unanimidad, la Comisión de Defensa Nacional, que preside la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, aprobó el dictamen por el que se ratifican 234 ascensos de diversos grados en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Se trata de siete ascensos para General de División; dos para General de División Piloto Aviador; 24 para General de Brigada de Arma; seis para General de Ala Piloto Aviador; cinco para General de Brigada de Servicio; 31 para General Brigadier de Arma; ocho para General de Grupo Piloto Aviador, y 19 para General Brigadier de Servicio.
Además, 63 para Coronel de Arma; 10 para Coronel de Fuerza Aérea Piloto Aviador; 50 para Coronel de Servicio del Ejército, y nueve para Coronel de Servicio de la Fuerza Aérea.
De los 234 grados que el Ejecutivo Federal envió al Senado de la República para su ratificación, se precisa que nueve son mujeres y el resto son hombres.
En el dictamen se subraya que el ascenso de grado constituye un reconocimiento a toda una vida profesional, dedicada en forma exclusiva y permanente al servicio de las armas para la preservación de la Seguridad Nacional, la defensa exterior y la seguridad interior del país.
Las y los senadores destacaron en el dictamen que las Fuerzas Armadas llevan a cabo funciones multidisciplinarias, como las de auxilio a la población en situaciones de emergencia por desastres naturales.
El personal militar al que se le confieren los nombramientos señalados cuenta con todas las aptitudes, la capacidad técnica y profesional, así como el valor civil y militar para ser ratificado en el grado que les corresponde, subrayaron.
De igual forma, los senadores destacaron que estos elementos cumplen con la trayectoria suficiente y el alto grado de responsabilidad que se requiere, ya que han ocupado diversos cargos en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Ana Lilia Rivera destacó que la ratificación es una decisión sólidamente fundada y respaldada por una evaluación técnica y profesional proveniente del ámbito castrense, previamente aprobado por la titular del Ejecutivo Federal.
Este proceso no sólo fortalece la estructura de mando y profesionalización de las instituciones castrenses, sino que también reafirma la confianza en la institucionalidad de los procesos de ascenso, cuyo objetivo final es garantizar la eficiencia y prestigio de nuestras Fuerzas Armadas, concluyó.