- La aeronave adquirida en 2012 tuvo un costo de 218 millones de dólares; se le adaptaron espacios y acabados lujosos.
El mantenimiento generó un costo de 30 millones de pesos, cifra menor a lo que se recuperará una vez que sea vendido, aseguró el legislador.
El senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, dijo que el avión presidencial es la muestra más representativa de la opulencia a la cual tenían acceso los servidores públicos en el pasado.
Indicó que la austeridad republicana no es sólo una característica de la actual administración, sino una demanda de la sociedad, “producto de los lujos que por tanto tiempo se instalaron dentro de la administración pública”.
El senador informó que el DreamLiner 787 de Boeing, adaptado con lujosos espacios y acabados, fue adquirido en 2012 a un costo de 218 millones de dólares. El avión realizó su primer viaje en 2016 y en un periodo menor a tres años de funcionamiento presento al menos dos fallas importantes, apuntó.
Reveló que el mantenimiento de la aeronave generó un costo de aproximadamente 30 millones de pesos, cantidad mucho menor a lo que se recuperará una vez que el avión logre ser colocado en el mercado y a lo que el gobierno aún adeuda por su compra en el pasado.
“Esta cantidad también es menor a la depreciación que la aeronave hubiese experimentado de haber seguido activa”, apuntó.
El legislador dijo que desde el inicio de la actual administración y bajo el principio de austeridad republicana, el avión presidencial y otras 72 aeronaves que estaban al servicio de altos funcionarios, fueron sometidas a un proceso de subasta.
Sin embargo, señaló que el elevado precio del avión presidencial ha impedido colocarlo en el mercado por lo que la aeronave permaneció en California por un periodo de un año para recibir mantenimiento.
Monreal Ávila aseguró que con el fin de reactivar el proceso de venta, el avión regresará a territorio nacional para volver a ser subastado. “Los recursos que se recuperen serán utilizados para cubrir necesidades básicas para la sociedad y no, como en el pasado, para adquirir mayores lujos”, sentenció.