SENADOR RICARDO MONREAL: Estimados asistentes, me siento muy satisfecho, muy contento de asistir como un testigo a la rendición de cuentas de la maestra Ifigenia Martínez y del senador Héctor Vasconcelos.
La rendición de cuentas se ha convertido en una exigencia ciudadana y en una obligación moral y por eso ahora me alegra que exactamente a un año de distancia de que constituimos la Cámara de Senadores, precisamente este día, estén rindiendo su informe de actividades legislativas.
Yo tengo mucho cariño por la maestra Ifigenia porque la primera ocasión que fui senador, 1991, ella era ya una leyenda en México y desde entonces aprendí a respetarla y a quererla.
Ha sido y es de las figuras femeninas y universales más queridas en México, porque su congruencia como opositora a un régimen caduco fue siempre invariable. Sus tesis en materia económica y en materia política y social fueron relevantes y todos y todas las recordamos.
Por eso quise estar presente con ella ahora. Es una mujer admirable, una economista excepcional. Tiene un alto porcentaje de asistencia en la Cámara, es admirable.
Una ocasión estuvimos a las seis de la mañana y se iba a dormitar una o dos horas, pero regresaba. Yo incluso le dije a alguno de sus nietos, su hijo, ya que se vaya a descansar, ya son las dos de la mañana y si nosotros nos sentíamos agotados y ella dijo no, ese es mi trabajo.
Y en comisiones nunca falta. Por eso es admirable y en el Pleno, en el Grupo, no sólo es la decana, sino es nuestra guía, nuestra maestra, nuestra jefa, nadie le dice que no cuando opina o cuando omite una recomendación.
Por eso, maestra, felicidades y felicidades a su familia que hoy la acompaña en este Informe de Actividades Legislativas.
Y de Héctor Vasconcelos, lo he conocido en la lucha política. Es un hombre prudente. Héctor Vasconcelos es un diplomático de buenos modales, de buenas formas.
Hombre reflexivo, inteligente, amigable componedor. Eso SÍ, es un evasor, pero es un evasor de conflictos y de controversias. No le gusta el pleito, no quiere participar en nada que sea controversia.
Al contrario, es conciliador, amigable, propone entendimientos y eso habla muy bien de su función como senador.
Es como don José Vasconcelos. Yo le he dicho que era la preparatoria o la secundaria, y cayó en mis manos que era un bebedor incansable, y cayó en mis manos el “Ulises Criollo”; y lo distingue eso, porque Vasconcelos dice, en el “Ulises Criollo”, cuando da un recorrido por todo el país en sus etapas distintas, que aquí en la Ciudad de México iba a acudir a su primera cita de trabajo con un notario público.
Su primera cita, que además le urgía trabajar para sostener sus estudios de abogado. Y entonces, de repente la vecindad donde vivía, se le aparecía aquella muchacha, aquella muchacha que le había encantado toda la vida, y la invitó, ella lo invitó a salir. Pero a la misma hora tenía la cita en la Notaría Pública, y se fue no a la cita, a la Notaría.
Y dijo Vasconcelos, en el “Ulises Criollo”: “me di cuenta que yo no iba a ser hombre de placer, sino un hombre del deber”. Héctor es un hombre del deber y eso me alegra mucho.
Ya ustedes escucharon, no lo voy a repetir, todo lo que hizo. Los nombramientos de embajadores y cónsules, los instrumentos internacionales que como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores le corresponde.
Ha hecho un trabajo estupendo Héctor Vasconcelos, por eso son ellos, la maestra Ifigenia y Héctor, dos de nuestros mejores exponentes del Grupo Parlamentario de Morena y de los mejores legisladores que yo haya conocido en mi vida, que vaya que tengo algunos años en el Poder Legislativo.
Felicidades Héctor, felicidades maestra. Y, me honra mucho ser testigo de esta rendición de cuentas.
Buenas tardes a todos.
Por cierto, a veces estamos tan emocionados los políticos que no nos damos cuenta de muchas cosas, cuidamos o descuidamos algunos datos.
Quiero destacar la presencia de la señora Yeidckol Polevnsky, de la maestra, que es la presidenta de Morena. Una disculpa, es imperdonable para un político evadir este tipo de circunstancias.
Felicidades. Bienvenida.