Buenas tardes a todos.
Buenas tardes, senador. Con su venia, senador Julio Ramón Menchaca Salazar.
Senadores y senadoras de la República:
Agradezco a la Junta de Coordinación Política del Senado, el haberme incluido en la lista de 10 candidatos elegibles para ocupar la Fiscalía General de la República, enviada al ciudadano Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Resultado de ello es que hoy aparezco junto a dos distinguidos juristas: el Maestro Bernardo Bátiz y el Doctor Alejandro Gertz Menero, en la terna que el Ejecutivo Federal devolvió para la elección del titular del órgano de procuración de justicia. Mexicanos que han demostrado sus capacidades en el servicio público en otros momentos de la vida política del país.
En lo personal me siento sumamente contenta y orgullosa del hecho de que me hayan escogido, y que soy mujer.
La función de un órgano autónomo no significa confrontarse ni competir con los poderes de la Unión, sino que representa ceñirse solamente a su marco normativo, en la coordinación y cooperación interinstitucional.
Esa es la responsabilidad y obligación de la persona que, en su momento, el Pleno de este cuerpo colegiado tenga a bien designar como Fiscal General de la República.
De ser parte del Sistema de Procuración de Justicia, quiero hacer efectiva, para todo el personal de la Fiscalía General, la máxima juarista: “Al margen de la ley nada; por encima de la ley, nadie”.
Es claro que el principal reto será obtener la confianza de la población, utilizando las atribuciones otorgadas en la ley.
La Fiscalía General de la República representa una oportunidad para resolver la problemática del fenómeno delictivo en nuestro país, que se ha acrecentado en los últimos años.
De ser elegida, cumpliré el mandato normativo de la Ley Orgánica de la Fiscalía General, relativo a considerar los elementos del Plan de Persecución Penal. De esta manera, se deberá revisar en qué se equivocó la extinta Procuraduría General de la República, y diagnosticar con claridad los retos y los obstáculos que tuvo.
Empezar a hacer expedita la justicia, significa darle una respuesta a esos muchísimos expedientes sin resolver y sin consignar, en el aún sistema tradicional.
Y no se diga del nuevo Sistema de Justicia Penal, en el que todavía existen miles de carpetas sin judicializar.
Mi compromiso es trabajar incansablemente para resolver, de entrada, dos problemas funcionales: el rezago y las deficiencias en la integración de los expedientes o carpetas de investigación, porque eso sólo da pauta a que se compruebe que no hay preparación suficiente, o bien, que hay corrupción, y esto se traduce en impunidad.
Para ello, se intensificará la formación de personal altamente responsable, además de profesional, cuyo objetivo principal es cumplir y esclarecer los hechos, la protección del inocente, y que el culpable no quede impune. Sobre todo, se tienen que respetar los derechos de las partes.
Estoy plenamente convencida que podré y tendré la disponibilidad de escuchar todas las voces ciudadanas de las organizaciones civiles, de las víctimas, de los imputados y, en conjunto, dar respuestas oportunas a los reclamos.
De llegar a ser Fiscal General, trabajaré con ahínco para que no haya más señalamientos de vejación a los derechos humanos. No más excesos, no más abuso de autoridad, porque esto desacredita y desprestigia a la institución de procuración de justicia.
Hay que determinar las conductas delictivas que, ante la elevada incidencia, se convierten en focos rojos a nivel nacional. Esto permite realizar un diagnóstico de dónde están sucediendo los hechos delictivos en los municipios, en las regiones, en las entidades federativas, y detectar qué delitos corresponden a esos lugares.
En algunos casos, será necesario atraer asuntos que lo ameriten por el alto impacto y, en otros, actuar coordinadamente con los órganos de procuración estatal, en acciones que ayudarán a no fragmentar las investigaciones y siempre tener información pertinente y veraz, en colaboración con diversas autoridades, y trabajar en forma coordinada para dar resultados eficientes en contra de la delincuencia.
De esta suerte, y tomando como soporte los focos rojos, se hará un estudio correspondiente con análisis de la incidencia delictiva, los diagnósticos de la situación, las estadísticas de las asociaciones civiles.
Se establecerán las unidades regionales y especializadas, que atenderán el fenómeno delincuencia, con base a las características particulares que se produzcan en cada región del país, así como los delitos que trascienden las fronteras. Por ello, se necesitará un intercambio de información a nivel global.
Si se establecen las unidades regionales, éstas deben ser una calca de los circuitos judiciales, y se requiere personal con una preparación similar a la de los juzgadores federales.
Especialistas en los delitos en que se hayan identificado en esas regiones, para establecer políticas de investigación y procesamiento correcto de la delincuencia específica por esos delitos. Incentivando el trabajo en conjunto con las diversas entidades involucradas en los fenómenos delictivos, con estrategias específicas, acciones multidisciplinarias, retroalimentándose para realizar investigaciones de manera puntual.
Optimizar los recursos humanos, materiales y tecnológicos de cada región, intensificando el traspaso de la información constante y en coordinación, incluso en un mundo globalizado con cooperación internacional.
Para ello, se necesita el trabajo en los institutos y centros que pertenezcan a la Fiscalía, los cuales deberán dedicar aproximadamente un 80 por ciento de sus actividades en la formación del personal exclusivo de la Fiscalía, que será el motor del cambio.
Propiciar una formación real e integral del servicio público, reconociendo la trascendencia de las actividades y la importancia que tiene, sobre todo en estos momentos para el país, con perspectiva de igualar la preparación a los juzgadores federales, en los que se encuentren establecidos, siendo capaces.
También, de que sean trasladados en ciertos momentos, como personal de apoyo, a otras unidades regionales, con la confianza de que el desempeño será responsable, profesional y especializado, para así apoyar y dirigir investigaciones.
No debemos perder de vista la importancia y trascendencia de verificar los fallos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando se dicten y se concedan libertades, por errores o por una mala práctica de investigación, y esto es para que nosotros podamos corregir esas situaciones.
Tenemos que trabajar para fortalecer la imagen y dar la confianza de un trato oportuno y eficaz por parte de los servidores públicos, a los usuarios y peticionarios, y tener esta información verídica, precisa, en el logro de sus detenciones.
Todas estas medidas se irán tomando y tenemos que tener en cuenta la protección de las víctimas, el respeto a los derechos humanos.
Esto es fundamental para que la Fiscalía General de la República sea una Fiscalía que procure justicia y que la sociedad le tenga confianza.
Por último, les puedo decir que no he ocupado un cargo político ni partidario.
Estoy acostumbrada a resolver y tomar decisiones sin injerencia de ningún tipo, y esta es la experiencia que yo presento ante esta Comisión, de que estoy preparada para desempeñar el cargo de Fiscal General de la República.
Gracias.