Muchas gracias, muchas gracias.
Antes de venir a la ciudad de Mérida, de este extraordinario estado, a la presentación del libro, sí me hice esta pregunta, quizá Jorge Luis no lo percató, pero siempre que voy a la presentación de un libro, busco o a mis antiguos maestros o a la gente que en el devenir histórico me he topado y que me han sorprendido.
Recuerdo muy bien esa época de los 90’s, muy bien, y recuerdo cuando vine aquí con los jóvenes estudiantes de Economía de la Universidad, porque yo salía mucho a las universidades, y cuando vi y dije “busquen al maestro Jorge Luis, debe estar en la Escuela de Economía”, yo pensé que ya estaría de rector, pero está todavía de director. Pero me acuerdo muy bien de él.
Y, por eso presenté hace unos días, lo presenté en Veracruz el libro, y le pedí a otro gran maestro, a González Oropeza, que en los corrillos del Postgrado, cuando yo estudié Doctorado en la UNAM, él era adjunto de Ignacio Figueroa. Después fue magistrado electoral y lo presentó en Veracruz.
Y en Guadalajara lo presentó otro joven, en aquel tiempo joven, que lo conocí en los corrillos del Consejo General del IFE, yo fui seis años consejero del IFE, del Poder Legislativo. Por eso procuro que la presentación, invitemos a la presentación a gente responsable, notable, con prestigio, como es el caso del maestro Jorge Luis. Muchas gracias, muchas gracias por haberlo presentado.
Quiero agradecerle en primer término, las palabras generosas que han expresado sobre esta obra, los tres, a (inaudible), Ovidio, maestro. Muchas gracias.
Y, quiero agradecer la presencia de los senadores que nos acompañan y que hemos venido aquí a Yucatán. Está su paisana la senadora María Marena López García, también está Soledad Luévano, de Zacatecas.
Nestora Salgado, de Guerrero. Alejandro Armenta, de Puebla. También de Aguascalientes, obviamente Mónica, mi vecina Mónica Fernández, de Tabasco, (inaudible), de Yucatán.
Y, en efecto, el libro “Nulidades y Procedimientos Sancionadores en materia Electoral”, como aquí lo expresaban, abarca tres de los temas más característicos del proceso electoral.
El primero de ellos es el de nulidades en materia electoral. La nulidad es una medida extrema para salvaguardar los fundamentos de la democracia, pues opera cuando el sufragio ha sido transgredido, a tal grado que debe dejarse sin efectos el resultado correspondiente.
Por un lado, están las nulidades desde la casilla, que pueden presentarse durante la instalación, en el lapso de la recepción de la votación y al momento del escrutinio y cómputo.
Y por otra parte, las causales de nulidad de la elección, como las que derivan de nulificar un determinado porcentaje de casillas, a las que devienen de la situación jurídica irregular de la propia candidatura.
Yo tengo mucho aprecio por Yucatán, porque aquí conocí a grandes amigos; incluso acabo de saludar a don Peniche, que fuimos diputados en el 88, que a pesar de haber sido nosotros del PRI, lamentablemente. No, era una etapa, era una etapa, en el 88 fuimos diputados; pero había una corriente (inaudible).
Yo recuerdo que después del 88 me fui al Senado. En el 91, ahí conocí a otros dos senadores conmigo, que era creo que, bueno, me acuerdo muy bien, Carlos Murillo y Toraya, Toraya; ellos eran… ¿ya falleció él? ¡Ah!, no sabía.
Y, todos ellos íbamos, y lo digo con toda seriedad, era Carlos Rojas; Carlos Rojas, de ahí, chavos, Carlos con su actitud apacible de, a ver, miren, es todo… Y ahora lo veo aquí muy cerca, ya con la verdad histórica, cercano a la 4T.
Pero fue una etapa, incluso quizás no lo recuerden, pero yo estuve cercano, quizá a uno de los últimos ejecutivos con sensibilidad, a Víctor Cervera, porque yo estaba en la CNC y lo conocí bien; gente sensible, fue campesino, igual que yo.
Yo estaba trabajando en la CNC y lo conocía, porque era asesor jurídico cuando estudiaba en la UNAM.
Otro de los senadores que estamos juntos entonces, era Óscar, que estábamos (inaudible) en Tabasco, y que desde entonces estamos en la lucha. A veces mejor colocados y a veces muy mal colocados; la mayoría de las veces mal colocados.
Me acuerdo muy bien que preguntaba hace un rato de un periodista que yo estimo mucho, Mario Renaldo Meléndez, porque siempre nos daba a la izquierda un espacio.
Me dicen que ya está un poco enfermo, lo mando saludar desde aquí.
Pero volviendo al tema del libro segundo del texto, este se enfoca en los procedimientos sancionadores en materia electoral. Se analizan los procedimientos ordinarios sancionadores y el procedimiento especial sancionador.
Trato de describirla en el libro, en efecto, de manera muy didáctica; incluso se agrega una tabla que confronta frases, términos de uno y otro procedimiento, a manera de prontuario jurídico procesal electoral.
El enfoque se centra en los aspectos sustantivos, en las infracciones electorales. Se analiza la promoción personalizada, el uso de programas sociales durante un proceso electoral y la violencia política de género. Este último, uno de los asuntos más sensibles reclamados por el movimiento feminista.
Asimismo, se revisa el tema del financiamiento y fiscalización, con particular atención puesta en la diferenciación de la situación de los partidos políticos y de las candidaturas electorales.
Se expone el tema de la propaganda electoral, esto es importante porque debe saberse los límites; y se recuerda que está prohibida la calumnia en materia electoral, por lo que no se deben hacer imputaciones falsas, a sabiendas de que lo que se afirma es falso, respecto de algún candidato o partido; aunque se usa de manera frecuente la calumnia, la infamia, la difamación.
Por eso es que también invité a nuestra amiga, que además es y ha sido, Vero, una gran legisladora.
Para mí es una revelación, desde que llegamos la observé, como coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, que constituimos la mayoría, me fijé mucho en Verónica y siempre muy cuidadosa y de una gran calidad en el debate parlamentario.
Por eso la invité a este evento académico, porque la admiro mucho como mujer.
Y ahora que se ha enfrentado en esta contienda hasta a los propios, es más admirable, porque lucha fuera y lucha adentro; y eso debe darles confianza a los yucatecos, a los meridenses, porque es una mujer hecha a la adversidad y es una mujer con un gran talento, un gran talento que (inaudible)
Por eso, la felicito y sobre todo felicito a la mamá, Alfa, que también está por aquí, doña Alba; ¡ah! Era (inaudible) y Alfa también, es que son dos mujeres notables. Porque Alfa fue la primera mujer alcaldesa y la mamá fue la que le dio vida, (inaudible) y otra la vida.
Entonces, yo les quiero comentar que en efecto, percibo que Vero y su mamá son estirpe de esta zona. Yucatán tiene grandes hombres y mujeres, y una historia extraordinaria de libertad, de (inaudible), de lucha desde los mayas, que antes, Yucatán siempre es un lugar admirado por quienes vivimos en el centro del país, en la región centro del país.
Pero además, déjenme decirles que el libro tercero, abarca un tema muy delicado, que es el de delitos electorales. La gente no sabe que ahora el uso de programas sociales con fines electorales, es un delito electoral a partir de hace tres o cuatro meses, febrero, si mal no recuerdo. Está legislado, está publicado, está promulgada la ley y ahora, el uso de programas sociales con fines electorales es delito grave.
Si un funcionario está usando programas sociales, puede ser denunciado y lamentablemente no alcanzará fianza, sino que tendrá que ser procesado y judicializado en su tema, sin libertad y sin posibilidades de salir. Es delito grave, como la corrupción, como el huachicoleo, como el feminicidio, el delito electoral es grave.
Por eso, este libro es un instrumento jurídico para que no se cometan las mismas tropelías electorales, los mismos abusos, los mismos delitos, las mismas arbitrariedades electorales, que consisten en la compra de un voto, en la amenaza, en la entrega de dinero en efectivo, de despensas o en el intercambio de programas por el voto. Eso es delito grave.
Y, me parece que tenemos que entrar a esta nueva fase electoral, que era indispensable.
Jorge Luis pregunta y se hace preguntas, ¿por qué si hay toda esta característica y categoría de la ley, por qué se sigue insistiendo en las mismas prácticas?
Pues por eso, por la barbarie de algunos gobernadores, por la incivilización de algunos otros, que creen que son dueños del feudo en el que están y que pueden cometer todo tipo de conductas antijurídicas, sin que nadie les perturbe y sin que nadie los moleste. Y eso ya no es posible.
Por eso, este libro ayuda como instrumento jurídico para defender la voluntad popular, y para poder aplicar, por eso incluso hay un catálogo de cómo presentar quejas, de cómo presentar denuncias, incluso a veces que voy a presentar el libro me dicen algunas gentes: “es que aquí ya presentamos una denuncia en la Fiscalía estatal”.
No, súbanle de tono: preséntenla en la Fiscalía feneral, no sólo en la estatal. El delito electoral también está catalogado como delito federal y si en lo local los están, de alguna manera parando o frenando o no actuando, denuncien ante la FEPADE, ahí sí no habrá forma de que nadie de los que cometan delitos se salven.
Por eso es una nueva cultura política en la interrogante que decía Jorge Luis. Sí, se trata de una nueva cultura política y jurídica.
Yo he estado muchos años en la actividad pública, y antes no había límite, no había límite para establecer las conductas de funcionarios, la entrega de recursos, la corrupción de programas, la entrega de despensas, la entrega de dinero en efectivo, las dádivas. No había límite.
El compañero que estaba en la oposición y que ganaba un distrito o un municipio, era una hazaña, era una hazaña, y por eso creo que ahora con este instrumento jurídico, hay que defenderlo.
Yo siento que la izquierda durante muchas décadas, hemos logrado llenar plazas, incluso calles, tomar calles, pero nos ha faltado ahora que somos Gobierno, iniciar el proceso de constitución de instituciones, de capacitarnos y de defendernos con la ley en la mano.
Y, este es un instrumento jurídico para defendernos, por eso lo escribí, porque siempre que salía (inaudible), pero es que están haciendo esto y no podemos hacer nada. Pues ahora sí se puede hacer.
Hay que denunciar, no hay que permitir que los mismos se salgan con la suya, con tanta tropelía y con tanta conducta antijurídica.
Por eso muchas conductas de ellas dan por consecuencia la nulidad de las elecciones. Cuando se demuestra que se cometieron conductas de manera reiterada, hay delitos electorales pero también hay procedimientos sancionadores que pueden terminar en la anulación.
Ésta es una consideración académica, por eso me parece fundamental que todos empecemos a construir instituciones, a mejorar instituciones, a limpiar instituciones que durante el pasado sirvieron con un solo propósito: legitimar el fraude y legitimar decisiones arbitrarias.
Ahora bien, yo he revisado estos tres libros; ahora estoy, por cierto, maestro, sus observaciones que vi que están subrayando, estoy en la segunda edición y lo voy a mejorar, porque en este tipo de encuentros algunas personas que presentan el libro o en el público me dicen: Oiga, ya leí el libro, pero esta parte me parece que debe de mejorarla, debe de atenderla, yo creo esto, y así está surgiendo la segunda edición, que va a ser aumentada y corregida.
Si damos un rápido repaso al devenir histórico, podríamos afirmar que la materia electoral a partir de los 50, es cuando ha cobrado relevancia; y más estas últimas dos décadas o tres.
Recordemos que en 1953, se reconoció el derecho al voto de las mujeres.
Después, en el 63, se crearon los diputados de partido, con la reforma de Leyes Heroles.
Por primera vez, en el 69 se reduce de 21 a 18 años la edad para votar, salvo si fueras casado, podrías votar en cualquiera si eras casado.
Luego en el 77, empiezan los diputados de representación proporcional, 300 de mayoría, 100 de representación proporcional; y los colegios electorales serán la última instancia, la última palabra en la calificación de la elección. No había INE, no había Tribunal Electoral.
Fue hasta la reforma del 86-87, cuando se crea el Tribunal de lo Contencioso Electoral; y en el 90 se crea el IFE, como árbitro electoral independiente.
En 1994, se establecen los límites a los topes de campaña y se limita la aportación de recursos a los partidos políticos, fundamentalmente financiamiento privado.
Se elimina el voto de los partidos; se deja sólo derecho a voz y se ciudadaniza el órgano electoral.
La Cámara de Senadores se compone con 128 miembros, 64 de mayoría, 32 de primera minoría y 32 de lista nacional.
En 1996, se baja al 2 por ciento el umbral, luego se vuelve a aumentar como hasta ahora, 3 por ciento.
La sobrerrepresentación se limitó al 8 por ciento y se limita el número de diputados que pueden tener un solo partido.
El IFE fue dotado de facultades para definir los topes de gastos de campaña.
El Tribunal Federal Electoral se incorporó al Poder Judicial de la Federación.
La Cámara de Senadores hace los nombramientos de los integrantes del Tribunal Electoral y, por vez primera, en el 2005 se establecen las primeras cuotas de género, 30-70.
Fíjense ustedes, 2005, 30-70. Es la primera vez que se estableció una acción afirmativa a favor de las mujeres.
La reforma del 2007 al 2008, dio lugar a la Unidad de Fiscalización del IFE; y otorgó autonomía y gestión a la contraloría.
Se prohibió en esta reforma la compra del tiempo en radio y televisión y se prohibieron las campañas negativas.
La cuota de género pasó a ser 60-40, en lugar de 70-30.
Y en el 2014, el IFE pasó a ser INE.
Se creó la Sala Regional Especializada para sancionar infracciones electorales; sancionar incluso la violencia política de género.
Se informaron los procedimientos en el ámbito local.
Se crearon los OPLES, Organismos Públicos Locales Electorales.
Se incorporó la posibilidad de candidatos independientes y llegó la paridad de género a establecerse 50-50.
Finalmente, en el 2019, ya en esta Legislatura, se reformó a la Constitución; se utilizó lenguaje incluyente y se hace extensivo de paridad de género a la integración de casi todo, órganos electorales, Poder Judicial, Administración Pública.
Pero falta. Yo he sostenido que, independientemente de cómo resulte la elección, tendrá que darse paso a una reforma electoral.
Es más, les podría adelantar que ya estamos trabajando en ella. Voto electrónico, urna electrónica, uso racional de los recursos.
Actualmente el INE, junto con los partidos, va a destinar o está destinando más de 40 mil millones de pesos para la organización del proceso.
Es una cantidad que ofendió a un país con tanta pobreza, con tanta necesidad, debería hacerse de manera distinta.
Por esa razón, también estamos viendo cómo sujetar al principio de legalidad al Tribunal y al INE, porque estos han cometido excesos y se han convertido en entes legislativos, invadiendo facultades, atribuciones de otros poderes. Por eso, es importante estar muy pendiente de lo que va a suceder.
Hay un breve repaso histórico. Pone al descubierto que prácticamente cada vez que hay una elección importante, le sigue una reforma legislativa con igual relevancia; esto se debe a que los procesos electorales descubren juntos que se puede mejorar en la regulación de los procesos democráticos.
Para el perfeccionamiento de cualquier regulación, es necesario observar el funcionamiento de las instituciones, sólo así puede determinarse si cumplen los fines para el que fueron creados, en contraste con los efectos reales que en su actuar surgen.
Este ejercicio está presente hoy pues el proceso electoral, el más grande la historia que está en vísperas de atender, la elección el 6 de junio, y que dará cuenta de varias áreas que requieren de una mayor certeza jurídica y de una normatividad estricta.
Vivimos uno de los momentos más lúcidos de la historia moderna de México. A mí, lejos de espantarme y preocuparme lo que está pasando en el país, les puedo decir que me alegra vivir esta transición política, y los que son candidatos y candidatas a diputados o a presidentes municipales; por cierto, muchas gracias presidente de Valladolid, que está aquí, y algo a quien le eliminaron a la mala, pero es parte del libro.
Si usted hubiera leído el libro antes, no lo hubieran eliminado, se hubiera defendido muy bien. Bajaron a varios, bajaron a varios.
Por eso es que tenemos que prepararnos, ya no hay que confiarnos de nadie, hay que armarnos jurídicamente de todo esto.
Entonces, para mí, lejos de preocuparme, lejos de asustarme, disfruto el momento que vivimos, una transición política única. Nada menos que un cambio de régimen, en el que sí, aparecen resistencias, intereses opuestos; esto es normal, era previsible, nadie nos dijo a los que luchamos tantos años, tengo luchando 23 años con Andrés Manuel López Obrador, pero nadie nos dijo que sería fácil este cambio de régimen.
Nadie nos dijo que de la noche a la mañana se iban a ir aquellos que durante décadas y siglos vivieron de privilegios, se corrompieron.
Por eso, a unos días de los comicios debemos reflexionar seriamente sobre el sentido de nuestro voto, y a eso va el libro: a defender el voto y a defendernos de los procedimientos sancionadores en materia electoral.
Esta, para mí será una elección refrentatoria, aunque algunos lo nieguen. Es decir, servirá para decidir si respaldamos las políticas públicas implementadas, si profundizamos la transformación de las instituciones, si continuamos con el cambio verdadero que nos propusimos o bien, si permitimos que retorne la corrupción, la frivolidad, la descomposición social, así como los privilegios de un sector muy reducido.
De ahí la importancia de los comicios que en nueve días se llevarán a cabo.
En un análisis retrospectivo podría asegurar, sin temor a equivocarme, incluso compartiendo esa opinión con quienes han sido legisladores y legisladoras, que aquí están algunos de ellos, en un análisis retrospectivo podría asegurar que de no haber obtenido nuestro movimiento en el 2018, la mayoría de los votos y con ello llevar a la Presidencia de la República al licenciado Andrés Manuel López Obrador.
Y con ello en la misma elección, haber conquistado la mayoría legislativa en las Cámaras; no habríamos conseguido para los maestros y las maestras derogar la mal llamada reforma educativa y así dar paso a una reforma consensuada con el magisterio y poner fin al trato indigno que recibieron los maestros y maestras.
Tampoco habríamos logrado aprobar la Ley de Austeridad ni la Ley de Remuneraciones de Servidores Públicos, ante las que aún encontramos resistencias, pues el salario de jueces, magistrados, ministros e integrantes de órganos autónomos, sigue siendo muy alto, de 300 mil pesos o más; que sigue siendo un privilegio y que está en este momento sub júdice en el Poder Judicial, la resolución.
Pero de no haber logrado la mayoría en el 2018, tampoco se hubiera elevado a rango constitucional el Estado social de bienestar. Es decir, haber elevado a rango máximo de ley los programas sociales, como las pensiones a personas adultas mayores, a las personas con discapacidad, becas de estudiantes y jóvenes, y para quienes trabajan en el campo, como el Programa Sembrando Vida y los precios de garantía.
Estos son programas que se elevaron a nivel superior, ya están en la Constitución General de la República, aunque hay quienes se oponían y quienes se opusieron en el Congreso a esta ley, son los primeros que dicen: Yo intervine para que la trajeran, yo intervine para que trajeran estos programas aquí, y no es cierto.
Ésta es una voluntad política del Congreso, impulsada por el Presidente de la República. Es el único que pudo haber impulsado esta política de bienestar social.
Sin la mayoría legislativa que el pueblo nos otorgó en el 2018, tampoco hubiera sido posible separar el poder económico del poder político; y las decisiones relevantes para la nación seguirían en manos de un grupo económico pequeño, que se negaba a pagar impuestos o que exigía que se le condonaran. Además continuarían operando los grandes negocios que evadían al fisco, como los factureros o las empresas fantasmas.
De no haber tenido mayoría legislativa, no se habían modificado los esquemas de salud (inaudible) y corruptos. No se habría enfrentado con éxito, como ahora la pandemia del COVID-19.
No se habría logrado la creación de la Guardia Nacional, como una entidad civil de élite para combatir la inseguridad pública, propósito que vamos a cumplir y que es una asignatura en proceso.
Tampoco se hubiesen suprimido mecanismos de manejo y de recursos discrecionales, arbitrarios y, en ocasiones, irregulares. Y no se habría recuperado la rectoría del Estado en materia de energía y de recursos naturales.
Si no hubiésemos tenido la mayoría legislativa que nos dio el pueblo, el Presidente tendría obstáculos permanentes para ejercer su Gobierno. Sería rehén de presiones, ambiciones e intereses.
Si no hubiese habido mayoría legislativa, tampoco se habría logrado la igualdad de equidad y la paridad de género en todos los ámbitos de la vida pública, otorgándoles a las mujeres el lugar que históricamente les debería corresponder.
Tampoco habríamos podido aprobar las leyes que protegen a la familia, a los menores, a las mujeres de toda violencia.
No se hubieran elevado a delitos graves la corrupción, los delitos electorales, el secuestro, la extorsión, el huachicoleo, entre otros, si no hubiese habido mayoría legislativa que nos otorgó el pueblo.
No se habría actualizado y modernizado la procuración y la administración de justicia, que son aún asignaturas que están en proceso de consolidación.
Si no hubiese habido respaldo del pueblo a la mayoría legislativa, no hubiésemos logrado todas las reformas que ahora tenemos de manera irreversible.
No hubiese avanzado el país en materia legislativa.
Estas son las razones que me motivan a expresarle al pueblo de México, que la mayoría legislativa sirve para gobernar y sirve para consolidar el cambio que la mayoría legislativa otorga confianza, equilibrio y gobernabilidad.
Por eso luchamos, por eso insistimos en lograr que la gente con conciencia, de manera firme, auténtica y libre; de ahí importancia de (inaudible)
Yo quiero decirles además, en efecto, ahora que conozco Yucatán, que he estado saliendo a Sinaloa y varios estados, le decía al maestro Jorge Luis, estoy preparando notas desde hace tiempo. Yo soy un apasionado del derecho agrario, apasionado, y ahora estoy sirviendo, inspirado en lo que ha pasado en varias partes del país, del campo, espero que después el maestro me invite a la universidad para presentarlo, porque este campo sí puede ser una palanca de desarrollo y yo creo en ello.
Por esa razón, me parece pertinente decirles que me siento muy contento, muy honrado de estar en Yucatán. Gracias por invitarme a presentar esta, la más reciente obra de mi autoría, número 33 de mis libros.
También soy como Jorge Luis, maestro de la UNAM, no dejo mi clase; sigo dando clases en la UNAM, a pesar de que tengo muchos compromisos pero sigo siendo maestro frente a grupo de la maestría en Derecho de la UNAM, y no quiero dejar mis clases; ahí estamos.
Y por eso también me enaltece estar acompañado de una gran mujer. Gracias, Vero, que todo salga bien.
Hay que confiar en la gente, hay que confiar mucho en la gente. La gente sabe.
No hagan caso de encuestas, de grillas ni de golpes bajos.
Y estoy aquí, aprovecho para llamarlos a la unidad a todos. Ya es hora de estar unidos todos para enfrentar los desafíos y los retos que el México moderno nos va a imponer.
Ya es hora de que estemos todos juntos. Nadie sobra, nadie sobra.
Incluso aquellos que no puedan seleccionarlos en los procedimientos de selección de candidatos, ya es hora de que todos pidamos unidad en Yucatán, por el bien de Yucatán.
Yucatán es un gran estado, un estado liberal; aquí hay mucha gente liberal, hay mucha gente progresista y yo confío en que van a saber qué decidir frente a la urna el día 6 de junio.
Muchas gracias. Buenas tardes.