El senador José Narro Céspedes, afirmó que, ante la pandemia, los problemas del campo se comienzan agravar, además por la sequía y la escasez de semilla para sembrar y alimentos, por lo que urgió al gobierno federal agilizar los programas emergentes del campo y garantizar durante el presente ciclo agrícola la autosuficiencia alimentaria y que éstos no sean tardíos por causa del burocratismo.
En conferencia de prensa virtual esta mañana desde su casa en la Ciudad de México, el presidente de la comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Senado de la República dijo que a raíz de la poca cosecha del año pasado aunado al problema de salud que enfrentamos todos los mexicanos, la economía del campo y de las familias que de éste viven comienza a descapitalizarse.
Reconoció que, si bien, han iniciado a operar nuevos programas de apoyo a la pequeña agricultura, los recursos son insuficientes para lograr el que el campo se recupere por completo, sobre todo en aquellas pequeñas zonas agrícolas de temporal, pues a estas alturas los campesinos comienzan a preparar sus tierras, mientras que en algunas zonas de riego de Zacatecas y del país la gente ya está sembrando prácticamente sin ningún apoyo.
Aunado al burocratismo, adelanta el senador morenista, la pandemia ha hecho más difíciles los apoyos; tan sólo en el caso de Villa de Cos, Zacatecas, hay más de seis mil cheques varados y muchos de ellos comienzan a caducar, por lo que se prevé que los nuevos cheques de apoyo al campo tarden de dos a tres meses y en un tiempo ya desfasado.
El senador José Narro Céspedes, además dijo que la cosecha del año pasado no se ha podido comercializar mediante los productos alimentarios debido al cierre de tiendas departamentales y mercados de comercialización fijos y ambulantes.
En tanto las presas, dijo, en la actualidad y por la falta de lluvias se encuentran a un mínimo de almacenamiento, mientras que por otro lado, en muchos estados se han complicado con incendios forestales.
Por ello y por la falta de otros productos alimenticios del campo, los productores se enfrentan a créditos inviables y caros, pues los requisitos al doble hacen que éstos se vuelvan muy lentos para poder llegar a los productores.
Refirió que el año pasado se apoyó con créditos al campo para cerca de 300 mil hectáreas, cuando en años anteriores se cubrían con este beneficio alrededor de 10 millones de hectáreas, y hoy éstos se han complicado por la burocracia y los altos intereses en el crédito rural.
Ante este desolador y deteriorado panorama para el campo mexicano, José Narro Céspedes dijo que a pesar de la puesta en marcha de programas del Bienestar, es urgente se construya uno emergente de estrategia alimentaria para los sectores más vulnerables del campo mexicano para poder enfrentar la pandemia.
“Necesitamos programas que permitan detonar la actividad productiva en el campo; fortalecer la tarea organizativa y lograr que éstos recursos no se vayan como subsidios al consumo sino hacia la actividad productiva que repercuta en que la gente se integre a la tarea de producción y desarrollo económico de su región”.
Por ello, anunció que el próximo martes 21 se abrirá una mesa de diálogo entre el titular de la Secretaría de Agricultura (SADER), Víctor Villalobos Arámbula, Yako Rodríguez, presidente de la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, los secretarios de desarrollo agropecuario estatales y él como presidente de la comisión de Agricultura, para abordar y darle salida a los problemas actuales del campo y reorientar la producción del campo ante la contingencia por el COVID-19.
Celebró el anuncio que a partir del 17 de mayo cerca de Un mil de los Un mil 400 municipios comiencen a reactivarse económicamente y los cuales no han resentido mucho el problema de la pandemia, mientras que el resto del país, a partir del uno o dos de junio comiencen el proceso de reactivación paulatino.