Grupo Parlamentario MORENA, LXVI Legislatura

Presentación de la iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 7 de la Ley del Servicio Exterior Mexicano, en materia de contratación migrante, en voz del senador Juan Carlos Loera de la Rosa

El objetivo de este decreto es crear un marco jurídico integral para garantizar el retorno digno, la repatriación ordenada y sobre todo la reintegración social y productiva efectiva de personas mexicanas que regresan del extranjero, muchas de esas ocasiones, deportadas en contra de su voluntad, para proteger sus derechos como son la identidad, el trabajo, la educación, la salud, la vivienda y la asistencia social.

Porque el verdadero hogar no necesariamente es donde nacimos. El verdadero hogar es donde nos reciben con amor, con dignidad, con solidaridad, con cariño. Y hoy desde el corazón de la frontera, desde Chihuahua, venimos a levantar la voz por quienes, habiendo vivido lejos, nunca dejaron de tener amor por nuestra patria.

Quienes hemos crecido en el desierto y entre la frontera, sabemos que emigrar es una decisión que parte de la necesidad, pero también del amor y de la esperanza. Y también sabemos que el regreso, cuando se da, no siempre es con los brazos abiertos. Muchas veces nuestros paisanos y paisanas retornan con lo poco que pudieron salvar y con el alma desgastada por los años lejos.

No podemos ser un país que les aplauda a los paisanos y paisanas cuando mandan dólares pero se les cierra la puerta cuando tocan de vuelta.

Desde Chihuahua lo hemos visto en carne viva, jóvenes que hablando dos idiomas no pueden entrar a la escuela, o madres que regresan con sus hijos después de ser deportadas y no encuentran cómo comenzar de nuevo.

Hombres que trabajaron toda su vida, trabajaron y trabajaron, y mandaron y mandaron remesas, llegan y no pueden ni siquiera abrir una cuenta de banco o tramitar una credencial.

A cada historia de retorno forzado le sigue un muro invisible de burocracia. Y sin embargo, a pesar de todo, nuestros migrantes nunca dejaron de ser leales a la patria. Sostuvieron a miles de familias con remesas, llevaron a la cultura mexicana en el corazón y muchas veces defendieron el nombre de México, incluso cuando acá se les olvidaba.

Esta iniciativa nace del corazón, no del cálculo político. Es un acto de justicia y de reconocimiento porque nadie que haya salido huyendo del hambre o la violencia, debería volver para encontrar lo mismo. Porque el retorno no debería ser un castigo, sino una oportunidad.

Es cuanto, Presidente.