
Hoy está en nuestras manos impedir que la impunidad impere en las calles de nuestro país y con ello logremos una integral transformación en el sistema de investigación, procuración y por lo tanto la impartición de justicia. Y yo sólo le pido una cosa a los prianistas, sobre todo a los panistas que ni siquiera se tomaron el tiempo de venir aquí a la comisión de seguridad de manera presencial, que no sean hipócritas y les quiero recordar la tragedia que durante demasiado tiempo ha sido silenciada en mi estado, la masacre de Allende en 2011, en el sexenio de Calderón, en complicidad con Genaro García Luna y sus profundos nexos con el narcotráfico, un crimen atroz marcado por la crueldad, la impunidad y el abandono.
Durante varios días de marzo del 2011, el terror se apoderó de este pequeñito municipio en mi querido estado de Coahuila, cientos de personas fueron secuestradas, asesinadas y desaparecidas por el crimen organizado. Con una violencia tan brutal, casas enteras fueron destruidas, familias desaparecieron sin dejar rastro y el dolor se extendió con una sombra que aún persiste en Allende. Y lo más desgarrador de este episodio no fue sólo la violencia en sí, sino el silencio que lo siguió, la impunidad que tanto los Moreira como Felipe Calderón permitieron en mi estado de Coahuila, como si el sufrimiento de Allende pudiera borrarse simplemente no discutiéndolo.
Pero hoy estamos aquí para romper ese silencio, porque recordar es un acto de justicia, porque las víctimas merecen verdad, memoria y dignidad, porque en ningún rincón de México debe ser olvidado cuando se trata de violencia e impunidad.
En el norte no olvidamos su falta de atención y visión por la seguridad que nuestra presidenta sí tiene, y tan es así que lo demostró cuando fue jefa de gobierno de la Ciudad de México, en donde logró la disminución de un 60% en delitos de alto impacto, el 51% en homicidios dolosos, en donde también los robos de vehículos y el robo del metro disminuyó en un 54%. Por ello, no olvidemos que al día de hoy la Estrategia Nacional de Seguridad que nuestra presidenta ha implementado con esfuerzo y con el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, el maestro Omar García Harfuch, reduciendo en tan sólo ocho meses más de 25% en homicidios dolosos. Se han detenido más de 24 mil 652 personas relacionadas con delitos de alto impacto, incautando más de 12 mil 736 armas de fuego y 1.150 laboratorios clandestinos desmantelados, que se traducen en 178 toneladas de droga lejos de nuestros jóvenes.
Señoras y señores, estos datos no son cifras menores y esta estrategia se traduce en los miles y millones de pesos que no llegarán a las estructuras criminales para fortalecer sus operaciones delictivas y millones de dosis de droga que no estarán en las calles, cantidades de las cuales las y los jóvenes mexicanos no serán víctimas como sucedió con Felipe Calderón.
Y con esta reforma no sólo continuamos con el fortalecimiento a esta plena estrategia de seguridad, sino que la garantizamos, la sistematizamos con la finalidad de generar productos de inteligencia para la persecución eficaz de los delitos, sin violar la privacidad de nadie.
Hoy aprobamos herramientas que serán de suma utilidad para prevenir, investigar y judicializar casos contra el crimen organizado. Lo que la oposición no quiere es que logremos arrebatarles a las bandas delictivas su poder en nuestra sociedad, infundiendo el miedo bajo el falso argumento de violentar el derecho a la privacidad. Sin embargo, la ley que se presenta cuenta con garantías de privacidad y de control judicial, tanto tal como lo exige nuestra Constitución y el Código Nacional de Procedimientos Penales.
Dejemos de engañar al pueblo de México. Basta que el prianismo tenga en sus manos el control del crimen organizado a costa de la vida de miles de mexicanas y mexicanos inocentes. Muchas gracias.