Gracias, senadora presidenta.

Mi voto, por supuesto, va a ser a favor de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública que hoy se pone a consideración en esta Comisión y es una estrategia sólida basada en la experiencia y en lo aprendido desde 2018 que plantea una ruta clara y bien estructurada para garantizar la seguridad y la paz en todo el país.

Porque desde que empezó la Cuarta Transformación se alejó la estrategia de seguridad de la lógica fallida de que la violencia se combate con violencia, y pone en el centro de la atención las causas estructurales que originan la inseguridad, la desigualdad, la exclusión, la falta de oportunidades, es decir, se apuesta por el bienestar como condición para tener paz.

Es una estrategia que además de atender las causas estructurales también apuesta por el fortalecimiento del Estado mexicano, ampliando las capacidades institucionales y su presencia en el territorio, particularmente en las regiones más afectadas por la violencia y en aquellas donde no existen cuerpos policiales locales aprovechando la cobertura de la Guardia Nacional.

Este enfoque justifica plenamente el segundo eje de la estrategia, consolidar a la Guardia Nacional como una fuerza de seguridad pública confiable, cercana a la población y con presencia efectiva en el territorio. Una institución que se ha venido ganando la confianza ciudadana por su profesionalismo, disciplina y por el respeto a los derechos humanos. La estrategia también parte del reconocimiento claro de los retos que aún enfrentamos.

El combatir la inseguridad es una labor inacabada, por eso se asume la necesidad de seguir transformando el Sistema Nacional de Seguridad Pública para responder a los fenómenos delictivos cada vez más complejos y sofisticados.

Por eso, uno de los ejes fundamentales es el fortalecimiento de la inteligencia y la investigación, para aprovechar la tecnología, los datos y el análisis de patrones delictivos para actuar con mayor precisión, eficacia y capacidad de anticipación. Y en esa lógica se contempla la creación de la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial para consolidar este importante eje.

Todo esto tiene sentido sólo si hay una coordinación real entre los tres órdenes de gobierno, porque la seguridad pública no es ni puede ser tarea exclusiva del Ejecutivo Federal. Es una responsabilidad compartida que exige corresponsabilidad. Desde el Poder Legislativo reiteramos nuestra disposición para seguir acompañando, fortaleciendo y perfeccionando el marco legal que haga posible esta transformación.

Mi voto por ello es a favor de la estrategia encabezada por nuestra presidenta Claudia Sheinbaum y coordinada por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, que ya ha dado resultados concretos. Una estrategia que tan sólo en los primeros seis meses de esta administración ha conseguido reducir en un 32% el promedio diario de víctimas de homicidios dolosos. Gracias a esta estrategia se han golpeado con fuerza las estructuras criminales, más de 18 mil personas detenidas, 144 toneladas de drogas aseguradas, 9600 armas de fuego aseguradas, confiscadas, perdón, y 839 laboratorios clandestinos desmantelados.

Son millones de dosis que ya no llegaron a nuestras calles ni a nuestros jóvenes y son también recursos que ya no están en manos del crimen organizado. Nuestro reconocimiento al compromiso de entrega de quienes, desde sus distintas responsabilidades, han hecho posibles estos resultados. Todo esto, mi voto es a favor de contar con una estrategia integral que coloca la paz como una prioridad nacional y como un derecho para todas y todos los mexicanos.

Muchas gracias, presidenta.