
Con su permiso presidente, muchas gracias por la palabra. Y aquí estamos tres años después, y va de nuevo como dicen.
En México, 515 mil familias se dedican al cultivo del café, muchas de ellas al frente de mujeres, madres de familia, que encuentran en este cultivo fuente de ingreso. Hombres y mujeres indígenas, mestizas y afromexicanas, que en pequeños terrenos de entre media y tres hectáreas, en laderas y en cañadas, los siembran como parte fundamental de su economía. El cambio climático, la deforestación, la sequía, las enfermedades de las plantas como la arroya, son parte de los riesgos que corren las economías familiares dedicadas al cultivo del café.
Los otros riesgos están asociados al mercado de este grano, ya que si el grano es vendido con la pulpa, los acopiadores, muchos de ellos coyotes, pagan precios extremadamente bajos. Y aún desculpado, el café tampoco alcanza un gran valor, porque la producción en México está muy estratificada. Más del 95% de nuestros agricultores lo producen en terrenos de menos de tres hectáreas, lo cual impide negociar mejores precios por este maravilloso grano.
Ante esta circunstancia, el mercado impone condiciones muy ventajosas para quienes tienen la capacidad de adquirir, almacenar, tratar y transportar grandes volúmenes del grano, el cual ofrecen a las grandes corporaciones transnacionales a precios muy por encima del valor pagado de manera directa a sus productores y productoras. Estas grandes corporaciones, que sólo algunas cuantas son socialmente responsables, mantienen un incremento en el precio del mercado, pero tristemente quienes lo siembran y cosechan continúan en condiciones de pobreza. Por eso es necesario hacer una nueva propuesta para que el mercado nacional del café dé conformidad con el acuerdo internacional del café para que posibilite una distribución más equilibrada de los beneficios económicos de la producción y de la venta de este producto.
Nosotros como México debemos de poder competir contra otros países como Brasil y Colombia y por eso debemos de organizarnos. Este es el propósito de la ley para el desarrollo de la sustentabilidad de la cafeticultura.
Es establecer nuevas bases para el fomento, producción, distribución, industrialización y comercialización del café a partir de alinear a la cadena productiva bajo el propósito común, y tal como ellos es la calidad y la mejora en la producción, una distribución más justa de los beneficios derivados en su consumo, eliminando el intermediarismo que es totalmente ineficiente e inequitativo. El proyecto de decreto no propone en ninguna forma establecer ni precios fijos ni precios de garantía. Busca promover la transparencia en cuanto al valor del grano en el mercado a fin de que los productores cuenten con mayores herramientas de gestión al momento de vender su producto.
La norma se orienta a garantizar a la cadena productiva a través de una comisión en la que también participen las organizaciones sociales de los cafeticultores, los sectores empresariales y, por supuesto, las autoridades competentes en la materia, para que de manera conjunta se generen y fomenten las políticas públicas orientadas a la productividad, calidad y colaboración entre los sectores. La Ley de Desarrollo Sustentable de la Cafeticultura no es violatoria de ningún tratado internacional, no invade competencias de otras dependencias públicas y no fija precios del café ni propone la colusión de productores para elevar de manera artificial el valor de este producto en el mercado. Esta es una norma que, como dije anteriormente, propone establecer una nueva institucionalidad con base en principios de comercio justo para el producto y que sea de mayor calidad para el consumidor.
Para concluir, quiero resaltar que en México se utiliza y promueve el cultivo del café bajo sombra, el cual implica un amoroso cuidado al medio ambiente y evita la deforestación y también permite que los ciclos de agua sean continuos. En nuestro país tenemos grandes productores de café en los estados de Chiapas, de Veracruz, de Puebla y de Oaxaca, entre muchos otros. Mi tierra cuenta con la denominación de origen del café Pluma Hidalgo Oaxaca, el cual se siembra a mil metros de altura frente a las maravillosas costas de Huatulco.
Compañeras y compañeros, les pido su voto a favor en torno a nuestra industria del café y en especial en favor de estas 515.000 familias mexicanas. Muchísimas gracias.